Capítulo 11

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Yui despertó en su habitación, aún estaba en la casa de los Sakamakis, ella pensó que despertaría en  la mansión Mukami. Giró su cabeza para comprobar que no hubiera nadie, pero divisó una cabellera blanca que estaba recostada sobre la colcha de la cama de la rubia. Era Subaru, que dormía plácidamente con los brazos cruzados debajo de su cabeza.

La chica no pudo evitar verlo y sonreír con un gesto de ternura, así que reincorporándose, levantó su brazo y acarició gentilmente los cabellos del albino, era una sensación agradable, así que se dejó llevar y los empezó a enredar entre sus dedos procurando no despertarlo en el acto.

--¿Q-qué ha-haces?-- tartamudeó el vampiro removiéndose y ocultando su sonrojo evidente por el tacto de la chica.

-N-nada.-- dijo nerviosa también sonrojándose.

--Tsk. N-no hagas eso por favor.-- le dijo aún más sonrojado.

--Perdón-- contestó bajando la cabeza.

Se generó un silencio incómodo, que parecía que duraba una eternidad, aunque en realidad fueron segundos; que fue interrumpido por dos toques en la puerta, llamando la atención de ambos, por lo que Subaru se levantó con un poco de molestia para ver quien era. Maldiciendo a la "fabulosa" persona de que en segundos atrás iba a confesarse con aquella chica que le gustaba tanto.

Fue a la puerta, encontrándose con el mayor de sus hermanos.

--Tsk, ¿Qué haces aquí?-- preguntó en un tono grosero y bloqueando el paso con su cuerpo.

--¿Tú qué haces aquí?-- contestó con pereza Shu.

--Que te importa.-- respondió en su mismo tono grosero.

--Acaso... ¿no será que ella te... preocupa?-- preguntó en un tono burlón.

--Tsk. No tienes nada que hacer aquí, así que lárgate.

--Tú tampoco. Yo tengo más razones para estar aquí que tú... her-ma-ni-to~.-- se enderezó y lo retó con aquellos ojos azules.

Subaru azotó la puerta en la cara de Shu, pero el rubio puso el pie, impidiendo que la puerta se cerrase.

--Auch~, ¿qué te pasa, te enojaste?-- soltó con ironía.

--¡Lárgate!-- exclamó el albino fastidiado, pero en su interior se regañaba a sí mismo por haber olvidado una pequeña cosa: los vampiros se pueden telestransportar. en ese momento se sintió un poco tonto al recordar que su hermano tiene tal habilidad.

(...)

Horas después, Yui salió al bosque sin tener un rumbo fijo, por lo que se encontraba divagando en su mente y sin darse cuenta, se topó con la puerta de la Iglesia y decidió entrar para rezar un poco y tal vez confesarse ante Dios. Caminó hasta el altar y se hincó.

--Señor, sé que he hecho mal y que no merezco tu perdón y que me arrepiento de mis acciones porque sé que estuvieron mal y aún así me dejé llevar por los pecados que siembran aquellos vampiros. Ya no soy la misma y lo acepto, pero te juro no caer de nuevo en las provocaciones de ellos, sin pensar dos veces, así que por favor, escucha mis plegarias.

Rezó unas cuantas veces más y se fue a sentar en banca de la primera fila. Se quedó con la mirada perdida en el techo hasta que sintió dos personas se sentaron al lado de ella, por lo cual era raro porque era de madrugada, pero no le tomó importancia y los saludó con educación.

--Buenas noches.-- saludó.

--¿Desde cuándo tan formal, ganado?.-- preguntó un azabache con puntas grisáceas.

--R-Ruki, ¿q-qué ha-haces aquí?-- tartamudeó nerviosa.

--Eva... venimos a llevarte con... nosotros-- dijo un chico con boina

--A-Azusa--

--Vamos ganado, vamos a la mansión Mukami-- ordenó Ruki que le tomó por el brazo y emepezó a jalarla.

Ya no se podía hacer más, todo estaba hecho, ni siquiera pudo despedirse de su amado y su mejor amigo, aunque ahora se le hacía extraño que cierto vago perezoso fuera a formar una amistad con una persona como ella. Por lo tanto sabía que todo cambiaría con la llegada de Serena, sabía que ya no sería el centro de atención de los Sakamaki, haciendo más énfasis, en Subaru.

Ya no se podía hacer más.    

After all, I'm still loving you. (Subaru x Yui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora