❁❯─────────────────────❮❁
Eran como eso de las 2 de la mañana y todos en el pueblo de Greendale dormían plácidamente mientras Betty y Jughead Jones estaban siendo trasladados a quién sabe dónde en la camioneta de los Ghoulies, siendo secuestrados por la pandilla rival de las Serpientes.
Jughead estaba en un extremo de la camioneta sentado, con las manos amarradas y Betty estaba en el otro, igualmente amarrada y custodiada por dos Ghoulies a su lado.
— Quita tu mano de ahí, o la cortaré y se la daré a los cerdos como comida. —amenazó la rubia, con voz firme, al pandillero castaño que había colocado su mano en su rodilla, descaradamente.
— Calma, preciosa. —un Ghoulie joven y de cabello rubio susurró sobre el oído de Betty, muy pegado a ella para su gusto o el de Jughead. — Deja de temblar, después nos divertiremos muucho contigo.
— Tócame y te parto la cara a ti también, hijo de puta. —escupió Betty en su cara, apartándose lo más que pudo de aquel sujeto asqueroso que le causaba repulsión.
— Perra mala. —el rubio rió y la miró de una forma depravada. — Me gusta.
Pasó un rato, y Betty estaba harta del Ghoulie a su lado, Jughead solo estaba viendo que nadie le hiciera nada a la linda rubia de ojos verdes que no mostraba signos de debilidad aunque se moría de miedo por dentro.
— ¡Hey! ¡Déjala! —Jughead gritó molesto, sintiendo la ira correr por sus venas cuando miró al Ghoulie meter la mano entre las piernas de Betty. — ¡No la toques, maldito imbécil!
— En verdad eres preciosa. —susurró el Ghoulie lascivamente en su oído, moviendo su mano repetidas veces y frotándola descaradamente mientras la rubia se retorcía asqueada y se tragaba las lágrimas, negándose a llorar.
— No me toques, idiota. —Betty espetó, luchando por cerrar las piernas. — Te dejaré sin testículos.
— Basta, Harlow. —Penny pidió rodando los ojos, asqueada ante la escena. — Apenas lleguemos y podrás hacer tu merced con mi sobrina querida.
— En tus sueños, perra idiota. —Betty dijo bastante molesta y fastidiada mientras le seguían faltando el respeto de esa forma tan asquerosa.
━━━ • ஜ ಌ ஜ • ━━━
Y mientras los hermanos Jones se encontraban secuestrados por la pandilla de los Ghoulies, Alice Smith estaba apoyada en el marco de la ventana, esperando a que su hija y su hijo adoptado llegaran sanos y salvos a casa, sin imaginarse que en realidad todo había salido más que mal.
— Jughead no contesta el celular. —FP informó, entrando a la habitación con frustración. — Y Betty mucho menos.
— Siento que algo les pasó, FP. —Alice logró admitir, bastante preocupada por los dos jóvenes Serpientes que no volvían a casa.
— Calma. —FP dijo, poniendo sus brazos alrededor de sus hombros para darle algo de paz y tranquilidad a la hermosa mujer. — Seguramente se les acabó la pila del celular, es todo.
— ¿Tú crees? —Alice suspiró, recargándose en su pecho, aún sin apartar la mirada de la ventana y deseando verlos llegar.
— Sí, Ally. —prometió el hombre, intentando no parecer alterado y dándole un beso en el oscuro cabello de la mujer.
— Es que no sé. —volvió a suspirar. — Ya tardaron mucho y no han vuelto.
— Son adolescentes, sabemos lo impredecibles que son. —FP dijo, en otro intento fallido de calmarla.
ESTÁS LEYENDO
𝗦𝗘𝗥𝗣𝗘𝗡𝗧 𝗕𝗟𝗢𝗢𝗗
Non-Fiction𝐒𝐞𝐫𝐩𝐞𝐧𝐭 𝐁𝐥𝐨𝐨𝐝 | 𝗗𝗘𝗦𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗡𝗨𝗔𝗗𝗔. Jughead Jones y Betty Smith, eran los futuros líderes de la pandilla de las Serpientes sureñas. Los hijos de FP Jones. Aunque no de sangre, Betty en realidad no era hija de FP, pero él le habí...