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Les tomó alrededor de 29 minutos llegar a la casa de Ash, Eiji se encontraba nervioso había pasado varios años desde que no veía a Aiden, aunque él decía que amaba sin importar que le preocupaba que cuando lo vea esta no solo lo lo ame sino que lo desprecie.

Estaba en una lucha interna con sus pensamientos pesimistas, hasta que sintió la mano de Ash tomando la suya.

Ash es su paz, sabe que mientras el rubio esté a su lado no importa que pasara, el estará bien, aprieta la mano del rubio para que este lo mire directamente a la cara, se miran por un rato para luego sonreírle mutuamente.

—Listo Eiji —habla Ash 
—Estoy listo Ash.

Entraron al living de la casa con Yuuri y Chiko de atrás de ellos, podía escuchar ruido que provenía de una de las habitaciones de la casa.

—Parece que todo el mundo ya está despierto —comenta Yuuri con una sonrisa nerviosa, cosa que no pasó desprevenida a Ash, soltó la mano de Eiji para tomar de los hombros del otro japonés. 
—No estés nervioso Yuuri, todo estará bien —sonríe— Y si te hacen sentir incómodo solo me lo dices y nos largamos.

Yuuri solo asiente con un sutil sonrojo en la cara, el tritón lo único que pudo hacer fue voltear a ver otra parte, Eiji sabe que Ash es un buen hombre y muy amable, pero la amabilidad que le muerta al otro nipón le incomoda mucho.

La atención de Ash vuelve a Eiji, estira la mano para que esté la tome y al hacerlo lo guía hasta la habitación donde había mucho ruido. En vio a varias personas riendo, una hermosa mujer rubia que encantaría a cualquier hombre, tritón o cualquier especie que se le cruce en el camino, una chica que parecía asiática como cualquiera de Japón pero con un encanto exótico y también estaba un hombre con un extraño cabello morado en el centro y rapado en los lados, y con algo tapaba sus ojos.

Todas esas personas parecían un mundo muy distinto del cual Eiji pertenecía, un mundo que desde el momento que conoció a Aiden deseaba pertenecer.

De repente la conversación de todos ellos pasó a segundo plano cuando se dieron cuenta de su presencia.

—¡Ash! —la primera en hablar fue la hermosa mujer rubia.
—¿Donde estabas y quienes son ellos? —la pregunta vino de la chica más joven.
—¡Buenos días no! —Ash se coloca delante de Eiji y Yuuri que tenía a Chiko en brazos—. Ellos son Yuuri Katsuki, el pequeño en los brazos es Chiko Katsuki —presentó primero a los Katsuki— y él —señaló al tritón— es Eiji Okumura.

El tritón hizo una reverencia, esas que ha visto tantas veces a los humanos hacer.

—Hola soy Barbara Callenreese, la madre de Aslan.
—¡Aslan! —Yuuri mira a Ash—. Con que ese es tu verdadero nombre.
—Si —le sonríe—, ¿es un nombre tonto verdad?
—Para nada, me gusta —se miran con mucho cariño.
—Si ese es el nombre de mi "Novio" —la voz de Yut sonaba molesta, Eiji le agradeció silenciosamente la interrupción de la chica—. Soy Yut-Lung Lee.
—Oh un gusto conocerte Yut-Lung —Yuuri le sonríe.
—Yue no seas tan malo con los invitados de Ash —el chico de cabello extraño les sonríe, tratando de que la mala vibra de la chica bonita se disperse—. Soy Shorter Wong encanto de conocerlos. — Extiende su mano, Yuuri de inmediato la toma.
—¿Bruja donde está el anciano? —la mujer rubia lo mira con mala cara.
—No puedes tratarme bien, ni con personas extrañas presente —rueda los ojos—, tu abuelo está en el jardín.
—Bien —volta a ver a Yuuri—, quédate aquí ya vuelvo.
—Bien
—Eiji es hora. —Toma la mano del tritón y lo guía hasta el jardín.

Al llegar, el moreno ve a un anciano arreglando las plantas, de inmediato sintió como su corazón se volvía loco, era claro que dicho anciano era su Aiden.

—¡Aiden! —estaba nervioso, está feliz, tenía miedo, en su pequeño ser experimentó varios tipos de sentimientos en solo un instante.

No sabía qué hacer hasta que sintió como la mano de Ash lo apretaba con fuerza. 

—Todo estará bien Eiji, yo estoy contigo —las palabras de Ash nuevamente hacen que tome valor.

Al estar ya en el jardín es Ash el primero en hablar.

—Abuelo.

Aiden al voltear a ver a su nieto se quedó paralizado por lo que vio, Ash estaba de pie y en su rostro reflejaba tristeza y a su lado estaba su primer amor, pero no tenía la cola con la que lo recordaba, estaba de pie con dos piernas.

—¡Eiji! —al decir el nombre del tritón, vio como este sonreía sin más y de sus hermoso ojos color chocolate salían lágrimas.
—¡Aiden! —no pudo esperar más y se lanzó a los brazos de su amado.

Era muy cierto que Aiden ya no tenía la misma apariencia con la que lo recordaba, pero eso no significa que sus sentimientos por él hayan cambiado.

—Eiji no has cambiado nada. —Aiden no sabía cómo actuar, estaba muy feliz por abrazar a Eiji devuelta, por otro lado estaba mal él conocía los sentimientos de su nieto hacia el tritón y tampoco quería que este siga con un amor que ya no puede ser correspondido.
—No, los tritones no tenemos el mismo tiempo de vida que los humanos, por eso no envejecemos como ustedes. —Sonríe mientras se separa un poco para verlo a la cara—. No te acuerdas que te lo había dicho.
—Cierto —acaricia el rostro del tritón—, pero soy un anciano y se me olvidan algunas cosas.
—Aiden.

Ash solo podía mirar la escena, mentiría si dijera que no le dolía ver el como Eiji miraba a su abuelo, era grande la diferencia en cómo se comportaba con él. 

Con cada gesto que veía solo hacia que viera que no tenía ninguna oportunidad y peor ahora, será mejor solo conformarse con ser solo amigos.

Pero aún con ese pensamiento, tanto Ash como Aiden no están preparados para lo que Eiji hizo, un beso, eso fue todo, beso a Aiden como si no existiera nadie a su alrededor. 

True love has no kindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora