El Comienzo

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🍌🍌
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—Eiji.
El nombrado volteo enseguida, al ver quien lo llamó era el rubio, no dudó en regalarle una sonrisa melancólica. 

—¡Ash, si viniste! —habló pausadamente.

Ash se acercó lo suficiente, cuando ya estuvo en la distancia justa se sentó, lo suficientemente cerca y alejado del tritón. 

—¿Por qué no vendría? —Sonríe sin descaro alguno. Tanto así que hace  el corazón del tritón se sienta cálido. Eiji sintió una validez que creía muerta—. Te había dicho que te ayudaría y eso hare.
—Dices eso, pero cómo lo harás Ash —interrogó el joven tritón con parsimonia.
—Primeramente deja de hablar así Eiji. sujeta los hombros del pelinegro—. Deja de sonar tan melancólico, con esa actitud no consiguieron nada.
—¿Como quieres que suene? —menciona dudativo.
—No lose… solo no suenes como si estuvieras a punto de morir —aclara feroz Ash.
—Bu..Bueno trataré de no hablar como dices. —Hace un puchero.
—Lindo —murmura hipnotizado por la expresión que le mostró el joven tritón 
—¿Qué? —Miro directamente a los ojos verdes de Ash.
—Nada. —Volteo su rostro sonrojado, de la penetrante mirada chocolate de otro—. Eiji dime más sobre Aiden. —Trato de desviar el tema, cosa que funcionó.
—¡Más sobre Aiden! —exclama.
—Si, ya se como es físicamente …. Bueno más o menos. —Se cuestiona a sí mismo el rubio— pero quiero que me lo describas con tu corazón; con cada detalle que recuerdes, como te trataba, como era su personalidad, quieres.
—Bien. —Toma su mentón y se pone a pensar qué palabras exactas usar para describir a su amado—. La última vez que vi a Aiden era alto, no tanto como tú Ash, pero eso se debía a que el tenia 15 años, su cabello era dorado como el sol, sus ojos eran de verdes aguamarina y cada vez que lo miraba directamente sentía que brillaban, su mirada traspasaba todo mi ser… era un chico extraño, pero me trataba bien —Sonríe melancólico—. Siempre fue muy amable conmigo.
—Veo que físicamente él, era todo un Adonis —dice haciendo una voz molesta 
—Aiden era muy guapo para ser solo un niño, estoy seguro que si lo hubiera visto con la edad que tu tienes el seria mil veces más guapo que tu Ash expone orgullo de la belleza de Aiden.
—Auch, justo en mi ego Eiji —Mira directamente al tritón sonriente—. Me gusta tu sonrisa.
—Enserio, pues a mi me encantaba la sonrisa de Aiden. —Fija su mirada en la  mira luna—. Cada vez que él sonreía se sentía como si en el océano estuviera tranquilo, como si nada y nadie pudiera perturbar su calma.
—¡Eiji! —La belleza del tritón lo dejaba sin palabras, Ash no sabía si se acostumbrara a eso algún día 
—Con Aiden era muy feliz —sonríe—. Lo amo tanto.
—Si, ya me doy cuenta de eso. —Toma las manos del —. Ayudaré a que te encuentres con tu alma gemela.
—No —habla de inmediato
—¡Qué! —Ash no sabía porque Eiji había dicho no, acoso no quería su ayuda
—Aiden no es mi Alma gemela. —Coloca sus manos en su pecho mientras cierra los ojos—. Es el amor de mi vida.
—¿No sería lo mismo? —pregunta confundido, para el rubio Alma gemela y amor de su vida era lo mismo.
—No, si Aiden fuera mi alma nunca se hubiera apartado de mi. —Vuelve a mirar a Ash con la tristeza marcada en su cara.
—¿Por qué estás tan seguro de ello? —No entendía lo que el tritón decía, con cada palabra que salía de los labios de Eiji se confundía más.
—Los de mi especie tenemos una leyenda de siglos —comenta sonriendo con amargura—. Cuando dos almas gemelas se encuentren nunca podrán ser separadas, no importa la condición o las adversidades en que se encuentren, ellos siempre van a estar juntos… eternamente.
—¿Por Qué estás tan seguro de eso? —Sabía que al estar hablando con una criatura de cuentos de hadas, tarde o temprano saldrían con lo del amor y todas sus variantes.
—Sus corazones, no podrán soportar la separación. —Desvió su mirada— si logran separarse por mucho tiempo mueren.. bueno eso pasa cuando son de mi tritones y sirenas aclara pensativo—. No se que pueda pasar en un humano y tritón… tal vez el tritón muera y el humano siga vivo.
—¿Eiji, aún sabiendo eso lo esperas? —pregunta con lástima, el solo imaginar que uno de ellos pueda morir por la separación le parecía terrible.
—¿Qué más puedo hacer Ash?
—No lo se. —Frunce el ceño- Tal Vez pudiste dejar de pensar en Aiden y ponerte a buscar a tu alma gemela.
—¡¿Mi Alma Gemela?! —La mirada del pelinegro se oscureció— tal vez nunca lo encuentre—. Cierra los ojos— pero no importa, siempre que esté con Aiden no me importa nada más. 
—Tú sí eres de los que se enamoran de por vida —sonríe.
—Supongo que si. —Devuelve la  sonríe—. Dime Ash tu nunca te has enamorado de alguien.
—¡Enamorado de alguien! —En es instante no pudo evitar pensar en Yut Lung y Shorter— Supongo que no y si alguna vez lo he hecho no fue para tanto.
—Suenas tan triste Ash. —Toma las manos de Ash—. Me pregunto qué te ha pasado, como para que tu voz suene así.
—Pero mira quien habla —sonríe de lado—. Dejemos eso de lado que me deprimes.
—¡Ash!

Dejaron de lado el tema para seguir con otros y así conocerse mejor. La noche transcurrió con calma, el tritón sentía paz, una paz que creía que no volvería a sentir después del abandono de Aiden, hablaron de cómo podrían encontrar a Aiden y cómo harían para que este quiera volver a ver a Eiji. El rubio estaba seguro que si el tal Aiden no quería ver al bello triton lo obligaría —a golpes—. Al final llegaron a la conclusión de que Ash tendría que preguntar a los lugareños más ancianos, si habían conocido algún chico que se haya parecido a Ash cuando eran jóvenes.

Desde ese día Ash se había encomendado a buscar pistas, preguntaba a cada lugareño que veía,  pero no parecía dar con el paradero de Aiden. Cada persona que le hacía la pregunta lo miraba como si estuviera loco. Estaba frustrado y no solo era el hecho que lo trataran de loco y entrometido, se encontraba frustrado y todo por alguien.

Bárbara ese era el nombre de su mayor frustración, su madre. Con su llegada parecía que los problemas que había tenido en New York lo siguieron;  en forma de una mujer alta, curvilínea, con una cabellera corta y rubia, unos ojos penetrantes de color verdes como los suyos y poseedora de unos labios que nunca dejaban de tener ese rojo pasión de Giorgio Armani. Ella estaba empeñada en hacer que su hijo recapacite y deje que lo ayude, pero Ash no se lo iba a permitir, el es un chico obstinado y nunca le a gustado que otros se metan en sus asuntos y eso también implicaba a su madre. 

Estaba cansado de escuchar sus quejas, del porque se levantaba tan tarde "En New York no te levantabas a esta hora Aslan, ¿Qué es lo que haces a alta horas de la noche?" , quejas y más quejas era lo que escuchaba de su madre. Pero todas las quejas que escuchaba entraban por un oído y salían por el otro, no le importaba en realidad lo que ella pensara o su abuelo, lo único que lo hacía medianamente feliz era escapar en las madrugadas y estar junto a Eiji.

El rubio se había percatado que le gustaba pasar horas y horas hablando con Eiji, también se había dado cuenta que cada vez que de los labios de Eiji salía algo que tenga que ver con Aiden se sentía molesto. No entendía el porqué, en un comienzo no le importaba que Eiji le contará las anécdotas románticas que tuvo con su amante desaparecido, hubo varias veces que se atrapó a sí mismo queriendo ser Aiden en vez de Aslan.

No quería aceptarlo pero en el fondo de su corazón sabía que había caído en las redes del amor por Eiji.

True love has no kindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora