JUNGKOOK
Las palabras de Jimin me ahogaron. Un minuto estaba eufórico por el sexo increíble que Jimin y yo acabábamos de tener, y él me dijo que escucharme hablar lo hacía feliz. Nadie me había dicho algo así antes. Y a él le gustaba mirarme a mí. A mi cuerpo. No podía creerlo.
Sin embargo, lo más sorprendente fue la sensación dentro de mí. La forma en que se sentía estar con él en sus brazos. Lo único que se acercó fue cuando estaba cruzando los puentes a toda velocidad, el viento golpeando mi rostro y mis entrañas hormigueando como locas. Eso era lo que sentía al tener los brazos de Jimin a mí alrededor.
Estar con él se sentía como magia.
Pero entonces todo se vino abajo cuando me dijo que él no quería tener más hijos. Entendí lo que estaba diciendo. Más o menos. Pero la cosa era que, hay suficiente amor para todos, incluso para cada nuevo bebé en el planeta. El amor parece seguir creciendo y creciendo, sin importar cuántas personas haya para dárselo.
Yo no sabía qué decir en respuesta a él, sin embargo. Me tomó mucho tiempo quedarme dormido y me desperté con nada más que preguntas a la mañana siguiente. No podía envolver mi mente alrededor de no querer otro bebé hermoso como Jiae. Pero es obvio que no quería hablar de ello, por lo que yo no toque el tema.
Durante los días siguientes, poco a poco, pude ver que las cosas sobre Jimin estaban cambiando. Estaba pasando más y más tiempo con Jiae y conmigo durante las horas de trabajo y parecía estar mucho más relajado. Dormí en su cama con él todas las noches.
Nosotros de hecho no hicimos nada desde aquella noche en la sala de estar, a pesar de que dormíamos en la misma cama. Tenía que admitir que no tuvimos relaciones sexuales la noche siguiente, tenía miedo de que Jimin hubiera cambiado de opinión. Que tal vez se dio cuenta que cometió un error y quería fingir que nada de esto pasó.
Pero ese no era el caso. La forma en que me miró y me tocó cuando estábamos acostados uno al lado del otro, me trató como algo especial... como algo que apreciaba. Él me abrazaría, presionando su cuerpo contra el mío. Lo sentiría ponerse duro de vez en cuando, pero no dejó que lo tocara. Él me dijo que quería esperar. Que no era sólo sexo lo que quería de mí.
Una noche, cuando ambos estábamos leyendo y hablando de vez en cuando, Jimin dejó que Jiae se arrastrara con nosotros. Ella amaba el hecho de que estábamos en la cama juntos. Corrió a través de la habitación y saltó en medio de la cama, luego se deslizó debajo de las sábanas entre nosotros. Luego se cubrió con las mantas hasta la barbilla y sonrió como si nada, mirando hacia atrás y hacia delante a los dos. Creo que realmente extrañaba tener dos papás, a pesar de que era muy pequeña cuando murió su papá omega.
Jiae era lo suficientemente mayor para saber lo que significaba para mí y Jimin estar en la cama juntos y ella no era tímida al hacer preguntas. La parte graciosa fue que eran preguntas que ninguno de nosotros tenía la respuesta. No todavía, de todos modos.
—¿Jungkook es mi nuevo papá omega?
—¿Sunny lo llama Jungkook o Papi ahora?
—¿Jungkook comenzará a decirme que me coma mi brócoli?
—¿Jungkook va a tener un bebé?
La mayor parte de las preguntas que hizo nos hicieron reír y decirle que lo resolveríamos todo. Todas excepto la última. ¿Jungkook va a tener un bebé?Quería saber la respuesta a esa pregunta también, pero Jimin estaba completamente en silencio mientras flotaba en el aire.
—¿No deseas tener un bebé, Jungkook? —Jiae preguntó.
—Lo hago.
—Entonces eso significa que tú y papá van a tener uno, ¿verdad?
