Poesía de media noche.

Sueños en Castillos y Dioses

Hoy pude comprender mejor, se que ya no piensas en mi, que anhelas mi presencia... bueno, en pocas palabras nada de mi. Te e dejado ir, de una ves por todas, rezo y espero que los siguientes no sufran el mismo destino que yo.

La canción ya fue cantada, las piezas de nuestra partida de ajedrez ya fueron guardadas. La reina cayo fácilmente mientras que el rey se mantuvo hasta el final. Como de debe de ser. Solo que lamentablemente un alfil que ya había sido comido seguía jugando.

Sigo utilizando metáforas. Para decir de una manera mas poetica que esto termino. Las cosas son mejor así, caminos separados.  Ya no te veo con tristeza, ni enojo... te veo como si todo hubiera sido un hermoso sueño el cual no paso de verdad.

Es parte de este proceso de duelo, solo me levanto y sacudo el polvo de la parca de mi espalda. Cuando logro olvidarte, mi mirada te encuentra y hace el mayor esfuerzo por no seguirte... mi mente se desgasta en olvidarte cuando realmente aun te quiero con todas mis fuerzas.

Por mas que trate de engañarme aun pienso en ti, tenias mi fe. Eras mi Diosa Lunar, a la cual le escribía dia y noche. Y lo hacia por que queria tus bendiciones, las cuales eran tus besos, tus caricias, tu atención.

Ahora lo único que me queda es verte desde lejos, como al principio. Mientras tu te alejas, yo deseo ver un mensaje tuyo, el que preguntes por mi, no engaño a nadie...ni a mi. Sigues presente, no importa a donde mire, ni que escuche ni que diga. Tu sigues ahi maldita sea.

Aprieto mis manos, cierro mis ojos esperando que al abrirlos estes frente mío, diciendo que me extrañaste tambien. Abrazándome muy fuerte y que no me vuelvas a dejar nunca. Besarte de nuevo hasta cansarme.

Lamentablemente no puedes escucharme ni leerme nunca mas. Realmente dudo mucho que te importe. A veces me pregunto si te arrepientes de toda esta amarga y fastidiosa situación. No se que hacer con lo que me diste, las miradas, las promesas, las caricias.

Eras mi tónico para mi ansiedad, apaciguabas mi alma.