Antigua Diosa Lunar

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Entre la gente pude ver una silueta sumamente atractiva, esbelta a la ves que voluptuosa.  Ese ser que se aproximaba a mi era el mismo de siempre. Lleno de vida, ternura y amor.

De botas hechas a la medida y una blusa verde oscura que resaltaba su linda cintura me acompaño al parque más cercano, dónde recordamos el pasado. Las disculpas volaban, seguido de los halagos.

Su personalidad inquieta se alejaba de mí y regresaba como péndulo.
En esos momentos sin que ella se diera cuenta, mi mirada la veía de arriba a bajo y viceversa.

Buscando sus tiernos y transparentes ojos pude recordar los buenos tiempos que pasamos y lo mucho la que la quise.

Bailamos viejas canciones, al no poder resistir la tentación y con previo aviso plante un cálido beso con sobrecarga de amor en su rosada y carnosa mejilla.

Aún tenía ese sabor y olor dulce de ese entonces. Los rayos del sol potenciaban esa piel blanca y belleza sobrenatural tan característica.

Antes de irnos ella me regaló una mirada tan cálida y llena de amor que consiguió erizar mi piel, despertando un deseo por descansar en sus brazos que no cualquier mortal tenía el placer de experimentar.

Esa mirada que permaneció en mi mente, un regalo que no cualquiera puede tener... Me hizo sentir querido y apreciado, cómo si una obra de arte yo fuera.

Poesía de media noche.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora