TRES

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Esa necesidad de tener compañía, de sentirse querido, le drenaba todo rastro de humanidad en su insignificante existencia.

No soportaba estar en silencio, ya que en ese estado, sus pensamientos tomaban más fuerza y las dudas volvían, taladrándole la cabeza a más no poder.

«¿Acaso fue la mejor opción haberme ido lejos?»

Todo ese tiempo de ir y venir, de encuentros fugaces y escasos, de no poder verla cada día ¿Lo eran todo? 

Desde que tomo la decisión de irse, supo que nada en su relación seria lo mismo. Todos sus planes, el futuro que deseaban tener juntos, quedo completamente borrado.

La normalidad de sentir su cariño en persona, de poder tocarla, besarla, se veía opacada por las videollamadas y mensajes de texto. Esto lo llenaba de inseguridades, miedo. Pero luego venía la calma, Delilah decía que lo amaba, que en verdad necesitaba verlo. 

Afirmaba que su motivación para seguir levantándose cada mañana era el saber que en menos tiempo podrían ver películas en el cine de la plaza y visitar el parque japones para alimentar a los patos. 

Aseguraba que sin él no sería la misma y al final de cada llamaba le juraba que lo amaba, en verdad lo hacía.

CÓMO CONSEGUÍ OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora