TRECE

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«¿Así se siente un corazón roto?»

La tristeza lo consumía lentamente, desgarrando cada parte de su cuerpo.
Era irreal. Lejano. Imposible.

«¿Acaso lo era?»

Caminaba en círculos por su cuarto intentando calmarse. Todo lo que había escuchado, lo que había visto, no podía ser real. Deseaba creer, aferrarse a la lejana esperanza de que todo sería como antes, que tal vez había ocurrido un malentendido, un cruce de información erróneo.  Estaba escéptico a pesar de que las pruebas del engaño eran contundentes. 

En aquellos vídeos, en esas cientos de fotos, Delilah lucia radiante, tan feliz

«¿Cómo pude ser tan tonto?»

Se sentó a los pies de la cama,  no sabia como comportarse, cada centímetro de su piel quemaba y el peso que sentía sobre su pecho era descomunal. Quería gritar, romperlo todo. En su cabeza, una avalancha de situaciones, de recuerdos, lo dejaban al borde del colapso. 

¿Que había hecho mal? Intentaba demostrarle cuanto la quería cada vez que era posible, le decía que era hermosa a cada instante, la saludaba cada mañana, se despedía cada noche, hacia lo inimaginable para pasar un par de horas junto a ella, para recordarle cuánto la amaba y aún así no fue suficiente. 

Nunca era suficiente.

CÓMO CONSEGUÍ OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora