CUATRO

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El invierno en Helwitter era distinto.
El frío se sentía más potente que en ningún otro lugar en el que hubiera estado.
Una fuerte brisa rozaba sus mejillas, lo que causaba desconcierto en sus pensamientos. No sabía como comportarse en este lugar que ahora percibía tan impropio.

Los colores del nuevo aeropuerto eran brillantes, acaparaban toda la atención de quién pasará por dentro. Esas calles que había recorrido millones de veces, ahora estaban repletas de turistas extranjeros que charlaban en idiomas totalmente desconocidos para él.

Extrañado, decidió quedarse a observar en silencio, sentado en el café de la calle Francia con Diego Rivera, y le fue innato pensar en que estaría haciendo Delilah en ese exacto momento.

«¿Quizás observando los astros ¿Tocando alguna canción en su guitarra? ¿Pensando en el pasado?»

Él sí lo hacía, muy frecuentemente. 
Las horas ya vividas le eran mucho más emocionantes y extraordinarios que las de su confuso presente. Pensar en ello de alguna manera calmaba sus nervios a lo desconocido.

Su mente lo trasladaba a los mejores instantes de su vida, reviviendo cada emoción que añoraba volver a experimentar lo más pronto posible.

CÓMO CONSEGUÍ OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora