DIEZ

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El sol comenzaba a hacerse presente a través de la antigua habitación de Jonah. El joven se encontraba recostado observando detalladamente el techo, fijándose en cada grieta.

El rastro del alcohol aun era evidente en su sistema, no recordaba cuanto había bebido la noche anterior pero el amargo sabor estaba fresco en su garganta.

Absurdos y distorsionados pensamientos cruzaban por su mente. En la lejanía, en lo más recóndito de su ser se escuchaba ese murmullo, esa pequeña voz que lo acompañaba siempre.

«Delilah, Delilah, Delilah.»

Todo, de una forma u otra, lo llevaba directamente a ella.

Tal vez se debía a la descomunal cantidad de tiempo que había gastado guardando cada detalle de su existencia en su memoria. Las tardes completas en las que impregno su esencia en su alma, en su cuerpo. 

Tomo su celular para revisar la hora y al ver la pantalla trizada de manera fugaz recordó el porque de su estado. La verdad que había presenciado, las llamadas, los gritos, las respuestas, el llanto. Una mueca de dolor cruzo por su rostro. 

A veces deseaba no quererla tanto.

CÓMO CONSEGUÍ OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora