NUEVE

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Delilah espera a Jonah sentada en la acera, a unos metros de la despampanante casa de su mejor amiga, Marise. Una suave brisa mueve su cabello pelirrojo, dejándola algo despeinada. 

Sonríe cuando el auto de Jonah se estaciona frente a ella. El chico se baja rápidamente hasta llegar a su lado.

—¡Siento llegar tarde! Nunca había estado en este barrio, creo que pase por la misma plaza unas cinco veces—hace un puchero y la rodea con sus brazos.

No te habrías perdido si hubieras aceptado que yo te trajera.

Lo siento no quería molestarte ¿Esperaste demasiado? El viento está cada vez más helado podrías pescar un resfriado ¿Tienes frío? ¿Te doy mi chaqueta?—hace el ademán de sacársela pero Delilah lo detiene.

No, no y no—enumera—,todo está perfecto, ahora vamos, nos están esperando—entrelaza sus brazos y lo incita a caminar por el bello jardín de hortensias que rodea la construcción.

No puedo creer que está sea su casa, caben tres...¡no!, cuatro de la mía ¿Segura que no te confundiste?

He pasado casi la mitad de mi vida aquí tontin, estoy mas que segura— Delilah suelta una leve risa. Cuando se encuentra frente a la puerta intenta tocar el timbre pero es detenida abruptamente por el castaño.

¡Espera! ¿Crees que esto sea una buena idea? Apenas los he visto en la escuela y se que querías que me integrara pero no soy muy bueno para iniciar una conversación, no sé si diré algo sin sentido, si los nervios no me dejaran hablar o si me harán hablar demasiado.

Delilah está atónita, lo mira a los ojos mientras toca el timbre y se acerca a él lo más que puede. La diferencia de altura es evidente, por lo que tiene que elevar la mirada unos cuantos centímetros.

Voy a tomar fuertemente tu mano y vamos a entrar. Si te sientes incómodo podemos ir a mi casa, vemos alguna película, nos acurrucamos...—insinúa haciendo que las mejillas de Jonah se sonrojen—Si no sabes que decir yo daré un tema que manejes a la perfección o me pondré en ridículo para que te diviertas y pases un buen rato— pasos se escuchan desde el interior de la casa—Estamos juntos en esto ¿sí?— susurra mientras el pomo de la puerta se giraNunca lo olvides.

CÓMO CONSEGUÍ OLVIDARTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora