En busca de la libertad

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No soportaba más aquella situación. Llamé a Rick enseguida, pero no cogió el celular. Entre al internet a buscar información con respecto al local de mis sueños, a aquel que mencionó Rick estaba en alguna parte de la ciudad, y tras unos minutos de búsqueda lo encontré. Puse prontitud en ir hasta aquel lugar y librarme de una vez por todas de ésto que tanto me atormenta, o al menos contaba con que así fuera, pues mi salud mental me daba a entender que nada era como yo lo pensaba, y muy bien podía ser lo contrario a lo que pensaba. Ya no sabía en qué creer.

Me adentré con mi motocicleta en aquellos lares de calles anegadas y personas desahuciadas, dando a la alusión de que era el típico lugar alejado de la mano de Dios. Traté de no mirar mucho a los alrededores, ya que sentía como la mirada de los vagabundos se clavaban en mí esperando tan solo el mínimo momento para abalanzarse, y despojarme de todo cuanto tenía. Sin embargo, mi vista se fijó fuertemente en ese letrero luminiscente. Ese letrero que fue el promotor de mis males y delirios, con esa frase tan idónea "Somnia Expērtus".

Tuve miedo de dejar la moto afuera del local con personas observándola con codicia, pero en eso la puerta se abrió mientras me encontraba frente a ella, y una voz surgió de su interior, la cual me dijo que podía dejarla fuera, pues no le ocurriría nada. Me costaba creer, pero opté por confiar. Sin embargo, no creería lo suficiente, pues encadené el timón para evitar un posible robo, y en caso de que así fuera, se les dificultara.

Entré al sitio, del cual me esperaba diversos objetos de espiritismo, mejunjes e incluso muchos budú, pero no fué así. Estaba más vacío de lo que esperaba, tan sólo había una pequeña mesa con incienso sobre ella. Además de unas almohadas para sentarse alrededor de los 4 laterales de la mesa. Ni siquiera había velas, si no, que la habitación estaba acompañada de una tenue luz violeta, y en ocasiones se tornaba anaranjada. Me adentré cada vez más en la habitación llamando a ver si alguien decidía salir y atenderme, hasta que después de unos 4 minutos salió una señora de mediana edad, se podría decir. Me sorprendió verla, puesto que cuando me encontraba fuera, la voz que escuché era la de un señor mayor, pero viéndola ahí frente a mí no podía creer lo mismo.

-Saludos, señorito. ¿En qué puedo ayudarte?
-Me dijeron que eres una especie de gurú de los sueños. Necesito tu ayuda.
-Efectivamente, lo soy, pero veo que no estás a tiempo de tener una larga explicación de lo que hago y cómo lo logro. El tiempo pasa sobre ti como una gran ventisca helada acometería contra los arrozales en tiempos de siembra y cosecha.
-Si sabe que no tengo tiempo, por favor ayúdame.
-Y lo haré. Siéntate por aquí, por favor.
-Espera... ¿Cuánto he de pagar por ésto?
-Hablemos de eso en cuanto acabemos.
-No, ¿Y si luego no tengo lo suficiente?
-¿Preferirías pagar para luego enterarte de qué es una estafa, o pagar luego de corroborar que realmente funciona?
-Muy bien. Será a su modo.
-Ahora necesito que me cuente los 3 sueños.
-Los 3 sueños?
-Aquellos que te han estado atormentando tanto.

Me mostré predispuesto una vez estaba allí, frente a la vidente, a contar los sueños, pues me costaba creer que fuera de fiar. Se podría entender que no perdía nada por hacerlo, y así lo entendía, pero algo en mi se negaba a hacerlo, como si temiera a desvanecerse. Aunque al final le dije, les conté mis sueños desde la primera aparición de la niebla repleta de oscuridad, hasta donde Tatiana se perdía en ella. Sin embargo, omití los detalles que me parecieron innecesarios como mi situación con Tatiana, por la cual terminamos, o que tan siquiera era mi novia.

La señora agachó la cabeza, donde me invadió un terrible suspenso al sentirme a la espera, como si fuera a recibir los resultados del diagnóstico de una enfermedad que parece intratable. La señora rompió el silencio y me dijo que sabía cómo solucionarlo, pero que el tiempo apremiaba. No entendí que pasaba, ni siquiera me dió una explicación de porqué llegó a ese resultado, así que, procedí a cuestionarle su método.

-Te explicaré. Por tanto, presta atención. Tú condición es conocida como Letargo próximo, he tenido pocos casos, pero ninguno tan avanzado como el tuyo. El caso es que se presenta como 3 sueños, pude sentirlo desde que entraste. Cada sueño va encaminado a una emoción, o vivencia; en tu caso fue totalmente aleatorio.

Mi cabeza daba vueltas. Buscaba irremediablemente una interpretación clara ante esta entrada sin previo aviso de información tan repentinamente.

-A qué te refieres con aleatorio?
-Tus sueños siguieron un orden anormal. Puesto que, parten del pasado al futuro, los tuyos partieron desde tu futuro, luego a tu pasado y por último a un punto medio, pero cumplió las reglas de estar relacionado con algo:

1er sueño: Describe como serán tus días; lúgubres y depresivos. Cubiertos de una profunda e inhóspita oscuridad.

2do sueño: Describe tu soledad. Aunque estuviste rodeado de personas, que bien eran familiares queridos, siempre estuviste solo, y buscabas consuelo en amigos, pero te enteraste que no siempre iban a estar para ti.

3er sueño: Describe tu felicidad. Narra los días donde realmente lograste experimentar lo que era ser feliz, pero esa felicidad estaba anclada a alguien, una chica. Sin embargo, pisaste en falso y destruiste todo ese castillo de alegría que habías construido. Dejando tú ser sumergido en culpa y lamentos. Dando la formación de la oscuridad de tu alma.

Sus palabras eran simbólicas, abstractas, pero creaban tristeza en mí. No obstante, lo que generaba mi mente en ese instante es cómo supo lo de Tatiana si nunca le conté cómo sucedió realmente, pero ahora eso no era lo importante. Lo relevante ahora era liberarme de eso, de una forma u otra.

-Muy bien, tenemos los orígenes y lo que sucederá si no hago nada, ¿Ahora qué?
-Necesito que traigas ante mí 3 representaciones: La chica que representó tu felicidad, tú mejor amigo que representa tu búsqueda de un escape de la soledad...
-¿Y la otra representación?
-Tú, como representante de la oscuridad que habita en tu alma. Logrando así el simbolismo de cada sueño.

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