Liberación

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El ocultista nos pidió cerrar los ojos, y que nos preparemos para seguir sus instrucciones, pues esto es un proceso delicado. Nos hizo tomarnos de las manos, él se encontraba a mi frente, pues decía que necesitaba tener cerca a los indicadores de cada sueño. Luego me indicó de que debía decir cada sueño mientras miraba hacia la representación del mismo, exceptuando el primero pues ese decía hacerse mientras observaba el vacío cuenco, el cual se iría llenando según me libere de mis cargas, acepté.

Empecé por el de Rick, lo miré a los ojos y le conté el sueño en cuestión, como obra mágica, la vela se desprendía humo de un característico color azul, el cual nos envolvía mientras le contaba el sueño. En ese instante era como sí Rick pudiera internarse en el sueño, y ver lo que yo ví, pero como solo un espectador. Podía recorrer el sueño como si fuera suyo, y ver lo yo ví a su antojo. Tras acabar se rompió la conexión, la vela dejó de arrojar humo, abrimos los ojos y pude ver orgullo y tristeza donde no sé porqué, pero sentí la necesidad de decirle "Gracias" y él sonrió.

Continuó con Tatiana, todo sucedió igual, pero ésta vez la vela emitió un color de una hermosa tonalidad del violeta que nos inundaba además de un rico aroma. Tatiana puede divagar por mi sueño, el cual no le había contado a Rick, así que ya me esperaba la sermón que me daría por no haberle dicho que aquella chica había sido mi novia. Todo pudo haber terminado, pero cuando el sueño acabó hubo una profunda oscuridad donde solo estábamos Tatiana y yo. Los cuales representabamos el único vestigio de luz en aquel vacío infinito. Nos miramos un momento, ella se acercó y me abrazó, dónde me dijo que no servía ocultar que también me extrañó, y que aún me amaba, que porqué iba a ocultarlo. Sonreí y la besé.

Abrimos los ojos, una lágrima corría por su mejilla acompañada de una cálida sonrisa, la cual fue el plato de recepción para decir un hermoso "te amo". Mi corazón se aceleró, sentía que pasara lo que pasara podía estar en paz, pues, estuve anhelando esas palabras desde nuestro rompimiento.

Es hora, entendí, era el momento de contar el último sueño, el cual la representación era yo mismo, dónde me arropaba la oscuridad; mi hundimiento, depresión, desolación, todos los sentimientos negativos que se habían aferrado a mí vida, y que de alguna forma lograron una personificación, y querían reclamar mi cuerpo, al menos así lo describió el ocultista.

Empecé a contar el sueño, las velas desprendían humo de un color negro, el cual arropó a todos en la sala. Me introduje en mi mismo, y estuve nuevamente en un lugar oscuro, dónde solamente había trazado un camino con franjas de un rojo fluorescente, seguí el sendero hasta ver dónde acababa, hasta que llegué a una puerta, al abrirla ví un sillón. Dónde había alguien sentado en el, me acerqué y un gran peso se posó sobre mí, caí de rodillas. El ser se levantó del asiento y se acercó a mí, era yo mismo.

—Hola, Gabriel. Bienvenido.
—Qué eres?
—La pregunta es quiénes somos. Porque el qué, es una pregunta muy trivial. Yo, soy tu. Tú, eres yo. Entonces, quiénes somos, es mejor que preguntar qué somos, ¿No crees?
—No entiendo lo que dices.
—Oh! No tienes que entenderlo, solo asimilarlo, como yo he asimilado todo de ti, hasta comprender que tú rumbo no te llevará a ningún lado, así que, yo conduciré por ti.
—Eres esa horrible oscuridad...
—Horrible? Me ofendes. Sí somos idénticos. Pero, muy bien, Gabriel, será a tu modo.
—Quiero que me dejes en paz. Que desaparezcas de mi vida.
—¿Cuál vida, Gabriel? Tú hace mucho que dejaste de vivir, eres como un cascarón vacío. Entonces, ¿Ahora me dirás qué quieres vivir porque ves que alguien más quiere adueñarse de lo que perdiste? Eso es muy hipócrita, Gabriel. No está bien.
—Nunca me he mostrado con hipocresía, siempre he tenido objetivos claros, principios definidos, y si alguna vez he flaqueado supe recomponerme y superarlo.
—Eso, Gabriel, es una mentira. Antes de enterarte de mi existencia tú anduviste porque sí, siempre sintiendo lástima de ti mismo. No pudiste reconciliarte con Tatiana por tu propio miedo, y tienes pocos amigos por tu propia negligencia. Y yo, Gabriel, estoy para remediar eso.
—Tal vez tengas razón, pero no te da el derecho de reclamar lo que no te pertenece.
—Al contrario, Gabriel, me da todo el derecho del mundo, pues, es tanto tuyo, como mío. Tú deberías descansar, la existencia te ha exigido mucho, deberías tomar un relevo y que las aguas se lleven tus penas. Deja que yo me ocupe del resto, mientras tú quédate solo relájate.
—Pero me he esforzado tanto...
—Nadie lo sabe mejor que yo, y es por eso que haré cosas dignas de tu esfuerzo. Te recompensaré como es debido.

Me daba por vencido ante aquella entidad, la cual aseguraba ser yo, mis negaciones personificadas. Aceptaba que la razón que tenían eran verdaderas, y no tenía como negarlas, así que, porque no entregarle las riendas a él, y que siga él con la batalla. Él sabría relacionarse mejor con las personas, que yo, él sabría cómo tratar mucho mejor a Tatiana que yo. No tenía porque peliar. Entregaba mi ser hasta que aparecieron Rick y Tatiana desde distintos rincones, como una luz que marchaba desde el horizonte.

—No deje que acabe así, Gabriel. Sí tienes pocos amigos, no es porque no te sea posible tener más, es porque tienes los necesarios para ser feliz. Y si uno te basta, o incluso 2, porque ha de molestar acaso.
—Gabriel, creí que nos habíamos reconciliado ya, cómo es posible que ese beso se te olvidara tan rápido. No has vivido con miedo a nuestra reconciliación, eres humano, es normal tener pensar así después de lo que pasó, no puedes culparte con todo.
—Alejense! Él no necesita escuchar nada de ingratos que nunca estuvieron para nosotros.
—No, siempre estuvieron para mí, yo fuí quién se alejó. En el sueño donde estuve con mi familia, fuí yo quien decidió irse, y buscar algo más allá, algo que siempre estuvo ahí y no supe verlo. Mi mayor felicidad siempre fue al lado de Tatiana, nunca hubo soledad porque siempre estuvo Rick. Tú has sido el resultado de mi propia visión de las cosas, no como eran realmente.
—Pero Tatiana te abandonó!
—Nunca lo hizo, era yo quien la evitaba.
—Rick es solo uno, ¿Es eso todo cuanto quieres? En algún momento te aburrirás de la monotonía, y querrás algo más.
—Prefiero una persona que valga por muchos, no muchos que valgan por una sola, o por muy poco. Puedo buscar más amistades, pero mi mejor amigo siempre será él.
—No sabes lo que dices. Tal vez sean así por ahora, pero volverán al inicio. Todo es un ciclo!
—Ya me encargaré yo de impedir que eso pase. Por ahora, creo que te has estresado mucho por estar encerrado en esta oscuridad, te haría bien un poco de luz.

Con un chasquido toda la oscuridad se disipó, y todo se convirtió en una calidad luz que rellenaba de una profunda paz.

—Bien dicho, Gabriel. Estarás bien a partir de ahora, trata de no volver a caer. Porque entiendo que somos más de lo que aparentamos.
—Así lo haré.
—Será mejor que me vaya hay quienes me esperan.

En ese instante la personificación de mi se convirtió en un niño, en mi de pequeño, el cual con sonrisa fue corriendo hacia lo que era una representación de mi familia. Un "Adiós, Gabriel. Gracias por todo" fue lo último que escuché antes de que se abrieran mis ojos.

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