CAP #6

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- ¿qu...quién es Pether?

No lograba enfocar bien la visión, tal vez era por todo lo que habia ocurrido.

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Tomé una gran bocanada de aire y cerré mis ojos nuevamente ya que no estaba en condiciones ni siquiera de moverme,  poco a poco me comenzaba a quedar dormida me sentía tan tranquila,  tan cómoda y tan segura que no se en que momento aquellas emociones me hicieron caer en un profundo sueño.  Así pasaron algunos minutos hasta que sentí una suave voz llamándome.

P:: Niña...  Niña despierta por favor, todo esta bien yo solo quiero saber como te sientes

Abrí los ojos lentamente y ahí estaba el dueño de esa voz tan dulce y tranquila, era un hombre alto de cabello castaño que ya tenía algunas canas, sus ojos eran de color avellana y su mirada era dulce y tranquilizadora, sonreía mientras se fijaba en mi de una manera tierna y paternal una mirada que nunca había visto en toda mi vida, como pude me levante y me acomode en la cama de una manera más cómoda,  bajé la mirada al no sentirme segura del todo y me quede en completo silencio, aunque me inspiraba confianza era un completo desconocido y solo sabía que se llamaba Pether.

P:: Tranquila pequeña yo no te haré daño,  pero necesito que me digas que ocurrió y si aun te duele algo

Solo negué con la cabeza al escuchar lo que decía involuntariamente sentí como mi cuerpo comenzó a temblar, mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar todo lo que había pasado y no podía decirlo, no aún. Pether al verme en ese estado posó una de sus manos sobre mi cabeza y comenzó a acariciar de una forma tierna lo cual me tranquilizó.

P:: Al menos dime tu nombre, se que soy un desconocido pero te juro que no te haré nada malo ¿esta bien pequeña?

Tímidamente asentí con la cabeza y traté de tomar el valor para hablar, lo miré asustada para luego tomar su mano con algo de desconfianza y alejarla de mi cabeza.

- Me lla...llamo  Emily...

Dije casi en un susurro para luego levantarme definitivamente e irme rumbo a la salida de la habitación, no quería estorbar a ese buen hombre que me había ayudado aunque no lo merecía, antes de dar el primer paso Pether me tomó del brazo con delicadeza y me volvió a acostar, no sentía miedo como en las veces que otras personas lo habían hecho pero si algo de intranquilidad la cual pronto fue calmada por algunas palabras provenientes de el.

P:: Un gusto pequeña Emily, aun no puedes esforzarte anda descansa un poco más puedes quedarte todo el tiempo que quieras o al menos hasta que te recuperes y no acepto un no por respuesta

Dijo aquello con una sonrisa para luego darse la vuelta para irse del lugar, yo solo lo miré y asentí con la cabeza mientras cerraba mis ojos, aun estaba agotada y sentía como que la vida me estaba dando otra oportunidad.

Me dormí profundamente después de unos minutos hasta que al pasar unas cuantas horas desperté de golpe a causa de una de las pesadillas que me atormentaba, comencé a llorar en silencio mientras tenía los nervios de punta, no paraba de temblar mientras solo miraba mis piernas y las apretaba con fuerza

- No...  No más..  ah...

Susurraba en un tono muy bajo hasta que de repente me comencé a calmar, seque mis lágrimas y abracé mis piernas para por último quedarme dormida nuevamente.

Al dia siguiente comencé a despertar lentamente por Pether el cual estaba sentado al lado de la cama sacudiéndome suavemente, sentía un gran dolor en todo mi cuerpo debido a los golpes que no habían sanado. 

P:: Buen día pequeña, el desayuno esta listo vamos a comer que necesitas nutrirte

Pether me ayudo a sentarme en la cama para luego tomarme entre sus brazos y cargarme como si de una princesa se tratase,  yo no sabía como reaccionar y solo miraba como me llevaba a la salida de la habitación.

Cuando salimos vi lo enorme y bello que era el lugar, Parecía una mansión sus pasillos tenían algunos cuadros a los cuales no les presté atención ya que Pether caminaba algo rápido hacia el comedor,  yo estaba sorprendida observando todo con algo de curiosidad, parecía un sueño del que nunca quería despertar. Pether muy cuidadosamente me sentó en una de las sillas del comedor y acerco a mi el desayuno, se veía exquisito y olía de igual forma.

P:: Provecho

Sonrió como siempre y se sentó frente a mi para luego el comenzar a desayunar tranquilamente, yo algo insegura también comencé a desayunar, el sabor de la comida era indescriptible para mi sencillamente lo más delicioso que habia comido en toda mi miserable vida. 

una vida no tan sencillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora