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Una vez aturdida Hannah, la lanzaron en el mismo lugar donde había despertado, el precio de su vanidad había culminado en quedar en camisón en medio del puerto, mostrando los tobillos a todo el que pasara mirando el espectáculo, entonces allí fue cuando dejó de parecer una dama de la nobleza inglesa. No podría presentarse ante el conde con semejante pinta, ¿Cómo podía alguien nacido en cuna de oro ser tan desdichado?
Era su castigo por pensar únicamente en su cabello, antes que en su hermano desaparecido. Al menos tuvieron el descaro de dejarla en el puerto, ¿Acaso aquella gente no tenía un poco de respeto por la aristocracia? Tal vez que anduviese sin doncella o sin escolta ayudaba a que la respetasen aún menos, y de todas formas no tenía manera de pagarse una nueva doncella, tendría que soportar la que su futuro marido le otorgara. Si es que llegaba el conde a aceptarla.Una vez volvió en sí, se levantó y humillada sacudió su inmoral falda, en la cual apenas se fijó, estaba demasiado indignada como para reparar en ello.
Dio un par de pasos desconcertada sintiendo un ligero dolor en su costado que decidió ignorar.¡En ninguna parte del mundo se trataba a alguien de la nobleza así! Esperaba que su prometido tomara represalias una vez se enterase de lo que le habían hecho desde que se embarcó en "La princesa".
Lo peor de todo es que no tenía ni idea de cómo conseguiría sin dinero, que alguien la llevara hasta Szombathely.
No, debía recuperar su dinero, usar el nombre del conde si era necesario, pero debía hacer algo.
Se dirigió al burdel a encarar a quienes la habían estafado con descaro, sin miedo de lo que le pudieran haber hecho después. Sin embargo cuando iba a entrar al recinto, unos gigantes alemanes le cerraron el paso, quienes le hablaron en magiar.
—Dejadme entrar, ¡Me habéis robado!
—No podéis entrar en este lugar, habéis sido expulsada.—¡Pero si yo...! Esto es hilarante. ¿Me permitís hablar con vuestro jefe?
—No hay nada que una mujer como vos —la menospreciaron mirándola de arriba abajo—, pueda hacer.
Ofendida Hannah reclamó, y justo unos guardias pasaron frente a ella, de inmediato les gritó, pero pasaron de ella como si fuera un mosquito molesto, le sorprendió un poco ver, que porque llamaba a unos oficiales en semejante condición no le prestaban atención, sin embargo vestida de seda y oro, no hacía más que mirarlos para que fueran en su rescate... le deprimió ver que la gente de baja sociedad era ignorada a ese punto.
No obstante, para sorpresa de la misma fue abordada por una completa desconocida, quien la sacó de sus pensamientos y la arrastró a unas cuantas calles del burdel.
—¡Soltadme! —chilló cuando la señora tiró de ella.
—¿Estáis bien? —cuestionó la gitana una vez se detuvieron a respirar y descansar, mas, no le dio tiempo de responder cuando enojada se plantó frente a ella—. ¿Acaso habéis perdido la cabeza? ¡Osáis ignorar vuestro rango! Rogando como una pordiosera...
—¡Me han robado!, además, ¿Qué podéis saber vos?, ¡¿Quién sois, y por qué me agarráis como si me conocierais?!
La señora inspiró profundo y la soltó, tiñéndose de preocupación y vergüenza, inclinó la cabeza hacia la derecha e hizo una mueca —mi nombre es Lorena, he visto como os han tratado, lamento que os haya pasado todo esto mi lady, pero sois rica, podréis conseguir todo lo que os han robado, además ¿Qué esperabais, que os recibieran con flores? Escuchad... —la desconocida quiso acercarse, pero Hannah alterada y fuera de si se alejó
—No me toquéis.
Por un momento la señora paró en seco, pensando en algún tipo de daño que la joven hubiese podido sufrir, se preguntó si algún bárbaro la había violentado, o algo así, mas, sacudió su cabeza borrando semejante idea al ver que Hannah se derrumbaba en el piso cansada.
—Lo siento mi lady, no era mi intención perturbaros...
—No me conocéis, es demasiado duro tener que pasar por esta situación ya, así que si sois tan amable, por favor dejadme ir en paz.
Pero la gitana no podía dejarla a su suerte, así como estaba fácilmente podrían seguir aprovechándose de ella.
—¿Dónde está vuestro marido?
—Esperándome en Hungría.
—¿Y vuestra doncella?
—Está, esperándome con mi marido —mintió
—¿Entonces andáis sola?
Hannah la miró desconcertada, con un inmenso deseo de preguntarle si era tonta o se hacía, pero la "clase" con la cual había sido criada no se lo permitía, así que recordando su dignidad y compostura, enterró sus sentimientos desolados bajo una fría sonrisa de cortesana.
—Lamento mucho las molestias, pero he de irme a encontrarme con mi marido, así que, hasta luego...
—¿Puedo acompañaros? Seré vuestra doncella...
—Ya tengo doncella, está esperándome.
—Sí, pero en casa de vuestro marido, así que estaréis sola.
—No estoy sola... —murmuró y dándose la vuelta se dispuso a regresar, sin embargo entonces la gitana al ver que había perdido su atención, la tomó del brazo y la hizo girar.
—Sois lamentable mi lady —se compadeció—. No podéis ni siquiera mentir bien.
—No estoy mintiendo.
—Es demasiado visible, como para que lo neguéis.
—Pero yo...
—A ver, mi lady... sé que estáis sola, vi cuando os tiraron del barco... admito que al principio me pareció extraño que la "escoltaran" de semejante manera, sin embargo, luego supe que había sido por un altercado entre Hauser, vos y vuestro hermano... Hannah, sé que vuestro deseo es encontrar a vuestro hermano, así que...
Sorprendida, Hannah se alejó de la mujer y con aire de sospecha entrecerró los ojos —¿Cómo sabéis...?
—¿Quién creéis que le ha pedido a las rameras del burdel que os roben?
—¿Habéis sido vos? —acusó incrédula
—No, mi lady ¡Por Dios!, ha sido Jonathan, ¿Cómo creéis que se yo toda vuestra información?... no podéis andar por ahí sola, por algún motivo el capitán quiere perjudicaros y haberse llevado a vuestro hermano ha sido solo una treta para molestaros... eso, o tiene algún problema con vuestro marido.
Hannah sopesó lo que la gitana le decía y por alguna razón le supo a la palabrería de la serpiente a Eva en el jardín del Edén, mas, aceptó inclinando la cabeza.
—Tengo una diligencia, puedo enviaros con uno de mis lacayos hasta Hungría, no tenéis que preocuparos es de confianza y estará esperándoos en cuanto os dispongáis a partir, pero primero tendréis que dejarme trataros, lleváis rato quejándoos del dolor en el costado, a ver, permitidme.
—¿Sois...?
—Soy curandera, y aprendiz de médico, es lo más que puedo hacer ahora mismo, ahora levantaros el camisón.
Obediente, aunque cohibida, Hannah se dejó hacer.
Los mágicos dedos colocaron un ungüento que aunque al principio estaba frio, calmó considerablemente el dolor y luego la hizo tomar la maravilla del láudano.
—Escuchad, puedo enviaros hasta Hungría sin embargo no puedo llegar hasta el castillo del conde por motivos personales, me temo que tendremos que dejaros en otro burdel, en Szombathely.
—¿Otro burdel?
—Tranquila, no hay manera de que Hauser llegue hasta allá primero que nosotros
—De acuerdo, no importa, ¿Me ayudáis a levantarme...?
Antes de que la gitana pudiera levantar a la mujer, se cayó de bruces en el suelo y rebotando miró risueña a la mayor
—Lorena, desde ahora seréis mi doncella, ¿De acuerdo?
—De acuerdo... mi señora.
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Boldog Szilva: Ciruela Feliz libro 1 [Sin Editar]
Historical FictionHistoria ganadora de los wattys 2020 en la categoría de Novela histórica. Historia destacada en ficción histórica, enero 2021 Saga: Magyar Romantika Boldog Szilva: Ciruela Feliz libro 1 #PGP2020 ¿Será lo que dicta el corazón más grande que la lealta...