Három
●ღ●Tras alejarse de quien enarbolaba la bandera de su perdición, se dirigió al portón donde un grosero guardia no le permitió el paso, con la excusa de que "no traía escolta y no había manera de que confirmara su identidad" no importó que Hannah le pidiera amablemente e incluso rogara que le permitiese probar que enserio era quien decía, puesto que hasta que el señor del castillo no se presentó frente a ella, el guardia no dejó de buscar excusas para no dejarle entrar.
Era quizá tan alto como Lorand, pero... en efecto, muy diferente.
—¿Quién sois y qué queréis?
—Soy Hannah Rainer, señor, vuestra prometida
—¿Quién os ha enviado?
—Mi padre.
—¿Y cuál es el nombre de vuestro dichoso padre?
—Gerald Rainer, Marqués de Norfolk
—Desde luego, Marc dejadla pasar.
—Pero señor...
—Haced lo que os ordeno sin rechistar —murmuró acercándose al portón. Por lo general no caminaba por esas zonas, pero aquel día le había parecido extrañamente maravilloso para salir a tomar aire fresco. Lo que no esperaba, era encontrarse con aquella mujer haciendo alboroto frente a la puerta.
Una vez la dejaron entrar, la escoltó hasta su habitación y con una fría reverencia cerró la puerta, a la cual le echó el cerrojo de inmediato, sí, era cierto que esperaba una prometida, pero hasta que no estuviera seguro de que aquella mujer era quien decía ser, no se arriesgaría a permitirle pavonearse por ahí.
Oh.
Pero Hannah ni siquiera se percató de este hecho, en cuanto vio la agradable cama de dosel, se quitó los zapatos y se acostó, ya una criada la ayudaría a quitarse la ropa.
●ღ●
Hannah durmió hasta el día siguiente, ajena a su encierro y en la mañana le enviaron dos criadas una con su desayuno y la otra para ayudarla a vestirse.
¡Qué vergüenza! Que la encontraran con la ropa llena de polvo que trajo del camino. Sin embargo las criadas tuvieron el tacto de no decir nada al respecto.
—¿No desayunaré con el conde?
—Me temo que no, mi lady —dijo amable la criada que la vestía.
—¿Qué podría hacer entonces? Ya he dormido lo suficiente, me gustaría explorar la casa...
—Preguntadle al conde cuando venga a veros —respondió la otra con una mueca de lástima. Hannah confundida frunció el ceño.
—Os traerá unas noticias importantes, así que sentaros tranquila a desayunar.
Entonces cuando salieron de la habitación, fue que Hannah entendió que estaba encerrada.
Lo supo en cuanto corrió hasta la puerta y no pudo abrirla... ¿Hasta cuándo seguirían encerrándola como si hubiese cometido una especie de delito? Le molestaba y no tenía escapatoria alguna, ni nada que la entretuviese hasta que el conde se dignara en asomar la cabeza.
Y no fue hasta pasada la tarde que la envió a buscar con las mismas criadas, para comer juntos la cena.
En un extremo, autoritario y exigente, la miraba por encima de la codorniz que le habían servido y empezaba a enfriarse, analizando a detalle el interrogatorio que le haría para descubrir si era en realidad quien decía ser.
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Boldog Szilva: Ciruela Feliz libro 1 [Sin Editar]
Historical FictionHistoria ganadora de los wattys 2020 en la categoría de Novela histórica. Historia destacada en ficción histórica, enero 2021 Saga: Magyar Romantika Boldog Szilva: Ciruela Feliz libro 1 #PGP2020 ¿Será lo que dicta el corazón más grande que la lealta...