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Una vez estuvieron bien instalados, Lorand invitó a Pruna a dar un paseo por el jardín y ella accedió gustosa, a continuación una vista de incalculable valor se extendió en su visión.

Enormes árboles cubiertos de musgo y pequeñas florecillas blancas con el centro rosa a su alrededor, coronándolos de una magnífica belleza. Rosas, margaritas, un espectro de maravillosas y diversas flores deleitó su mirada y a pesar de que muchas de ellas desconocía, pudo reconocer las especies que más predominaban; los tulipanes, quienes rojos y vigorosos saludaban a la pareja que caminaba despacio entre la hierba... al final, sí había un jardín, y era el más hermoso que había visto.

—¿Os gusta?

—Me encanta. Me gustaría venir aquí a menudo durante mi estadía, si es posible, por favor.

—Podéis venir cada vez que queráis... sentémonos, por favor.

—Gracias... y... —musitó cambiando de tema y sentándose en un improvisado banco de madera, que le daba un toque más rústico al ambiente, justo debajo de un sauce—. Explicadme más de esta peculiar tradición de los Császár.

—Este día es para celebrar el éxito de todos los sembradíos de la comunidad, es exclusiva de los Császár. Cada quien trae algo y se hacen juegos tradicionales y demás.

—Entiendo.

—Entonces, la celebración se llevará a cabo en un par de semanas, en caso de que haya algún problema, se movería de inmediato la actividad a 3 días más...

—¿Cómo es posible eso, cambiar el día de una fiesta anual que se supone tiene una fecha específica?

—Simple, no la tiene, se suele hacer antes de que finalice el mes, no importa qué día.

—Sois más extraños que Lorena —susurró.

—¿Perdón?

—No, nada... —respondió risueña mientras Lorand la miraba con una ceja enarcada—. Una cosa más señor Lorand.

—Decidlo con confianza.

—No... mejor no, pensándolo bien no es decoroso...

—Que una dama hablé este tipo de cosas con un caballero... sé que diréis eso.

—Lamento haberos molestado.

—No molestáis, así que decidme.

Luego de la proposición que el hombre le hizo la noche anterior, no se atrevía a dudar de que fuese un hombre, al que le gustaban en definitiva las mujeres. Pero igual sentía la necesidad de preguntar aquello, sin saber que marcaría su destino.

—¿Os parezco atractiva? —luego de hacer la pregunta él la miró, aquello le había tomado por sorpresa, siendo sincero jamás imagino que aquella beldad expresaría esas palabras sin miedo alguno... era toda una caja de sorpresas.

—¿Vos?, ahora mismo, sois la joven más hermosa de la comunidad.

—No me refiero solo a mi belleza física.

—Es un deleite puro estar en vuestra compañía mi lady, ya os lo he dicho antes, cualquiera que lo experimente tendrá un momento agradable con vuestra elocuencia y ánimo... no dejéis que nada ni nadie perturbe ese ánimo, si Kuna no os ha querido, ha de ser porque está ciego y no puede reconocer una verdadera joya cuando la ve.

—Me halagáis, señor Császár.

El ambiente se aligeró y ambos yacían en una paz tan envolvente, que incluso se cuestionaron la opción de dormir allí al aire libre, bajo la protección de los árboles... pero no, había un asunto que zanjar entre ellos y llevaban días y semanas dándole vueltas. Ellos sabían que debían enfrentar la cuestión, y aquel parecía el momento más adecuado para hacerlo.

Boldog Szilva: Ciruela Feliz libro 1 [Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora