Refugio.

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Un viaje precipitado a Sudáfrica en busca de vibranium, un androide cada vez más poderoso y dos gemelos mejorados que solo complicaban las cosas fue la siguiente misión de los vengadores.

La misión quizás no hubiera sido un fracaso de no ser por la chica con poderes mentales capaces de mover las emociones incluso de un semidiós.

—Tengan cuidado la chica trató de jugar con mi mente...

Fue lo ultimo que escuchó Natasha antes de que su mente se perdiera en una cascada de recuerdos que se retorcían llevándola fuera de su realidad.

El cuarto rojo frente a ella le erizó la piel y por un segundo pudo sentir lo que en aquellos momentos sentía, una mezcla entre el dolor y la ira que no le permitían sentirse lo que realmente era.

—Es indispensable...tú jamás fallas...no hay un lugar para ti...

Seguía escuchando la voz mientras se sentía en aquella fría cama de hospital solo pensando en lo injusta que había sido la vida con ella al robarle todas y cada una de las posibilidades de ser feliz. 

Se veía a sí misma aquel horrible día en el que se graduaba y como rayo le llegaba la sonrisa de Clint y el brillo de sus ojos, su voz susurrando su nombre y después un dolor que le quemaba por dentro.

—Nat...¡eh! Nat vuelve —la presión sobre sus hombros la despertó de aquel trance.

Miro fijamente a Barton y llena de miedo lo abrazo con fuerza queriendo escapar de todos los monstruos de su pasado que a pesar del tiempo siempre seguirían ahí.

—Clint...—seguía aferrada a sus brazos.

—Fue la chica — la miro de arriba a bajo buscando alguna herida pero no había nada, aquella bruja solo atacaba desde dentro — puedes caminar.

Natasha afirmó y tomada del brazo del arquero llegaron hasta el jet, al parecer el ataque de los gemelos no solo se había limitado a Natasha pues Thor y Steve habían regresado casi arrastrándose y sumidos en una tristeza que no lograban describir. Pasados unos minutos Tony volvió con Banner ya transformado en hombre  después de haber devastado una ciudad entera.

Había silencio, al parecer aquellas visiones los habían dejado realmente afectados y preferían no hablar entre sí.

Barton tomo el control de la nave mientras esperaba a que se recuperaran los demás. De vez en cuando miraba a Nat quien se había quedado en una de las esquinas alejadas sin querer hablar con nadie.

Esta vez no llegaron a la torre de los vengadores pues debido al alboroto causado por Hulk debían mantenerse ocultos por un tiempo.  Así que Clint los llevo a un lugar apartado.

Había sido un par de años atrás cuando le pidió a Nick ocultar aquel refugio en dónde Clint se permitía estar a solas y tranquilo.

Una casa vacía con algunos muebles rústicos y un aroma cálido.

—Bueno henos aquí — dijo Barton abriendo los brazos.

—Cuándo fue que sucedió esto — pregunto Natasha — no me dijiste nada.

—Oh, oh problemas maritales — soltó Stark en tono de burla.

—Pensaba decírtelo pero al parecer estabas muy ocupada trabajando con Tony y con Steve.

—A mi no me metan yo jamás paseo con Romanoff en centros comerciales — seguía interviniendo Tony.

—Iremos a tomar algo de aire — finalizó Rogers indicándole a Stark y a Thor que salieran.

Natasha llego al sofá y se acomodo, Clint buscaba en la alacena una tetera y algunas tazas.

—Lamentó no haberte dicho nada antes Nat — decía Clint desde la cocina.

—Déjalo debes tener tus razones — comenzó a recordar su visión.

—Realmente ninguna...—la miro perdida en sus pensamientos —Nat estás bien — dejo las tazas sobre la mesita y le sujeto las manos — Oye Tasha que sucedió.

La pelirroja lo miró entonces, no se atrevía a contarle de aquel recuerdo, sus miedos.

—Fue muy malo al parecer — Clint bebió de su té.

—Era el cuarto rojo Barton, sabes cuánto me costo sacarlo de mi vida para que llegara una tonta niña y me regresará todos los miedos juntos.

—Nat...— envolvió sus manos en las de él— no dejes que te afecte de acuerdo eso ya está en el pasado, tú ya no eres aquella mujer, no ves lo maravillosa que eres, Nat eres un vengador que más puedes pedir.

—Una familia...— dijo y se levantó rápidamente dejando a Clint en el sofá.

Decidieron que era buena idea pasar la noche en el refugio de Barton de las tres habitaciones una la dejaron para Nat y las otras serían para ellos.

Thor decidió ir en busca de respuestas ya que su visión había sido realmente perturbadora y solo necesitaba hablar y encontrarle algún sentido. Tony tomo la habitación principal que tuvo que compartir con Banner mientras que Steve y Barton debían compartir la última.

Podía notarse una ligera tensión entre Rogers y Barton si bien era cierto que las cosas parecían haberse arreglado no habían estado completamente a solas como para tener que hablar entre sí de algo en común.

—Tú estás bien — pregunto al fin Barton cruzando los brazos bajo la almohada.

—Sí...— pensó Steve — aunque no puedo decir que completamente.

—Tú visión, se sintió real. — lo miró

Steve meditaba la respuesta se volvía ver ahí en esa pista de baile y entre sus manos la mujer que siempre había amado.

—Sí bastante — se recostó — a veces pienso en todo lo que perdí y en cómo jamás podré recuperarlo, ver a Peggy convertida en una anciana y después mirarme a mi mismo siendo el mismo de siempre sabes eso puede realmente enloquecer a alguien la culpa me seguirá por siempre. Y lo peor de todo es que jamás podré ser feliz con ella, por eso tú deberías de pensar mejor las cosas se que Natasha es seductora y aveces parece una niña mal educada a la que le gusta ser el centro de atención pero creo que ella contigo es realmente lo que es y eso solo lo logras tú.

—No sé si ella espere algo de mi me equivoqué Steve la traté mal cuando creí que me engañaba jugando contigo y conmigo al mismo tiempo así que no se si tenga alguna oportunidad de estar con ella.

—Por qué no intentar mientras puedas quieres esperar hasta el final para darte cuenta de lo que puedes perder, solo piénsalo Clint. — Rogers se acomodo en la cama — hasta mañana Barton.

—Hasta mañana capitán.

Heaven don't have a name Donde viven las historias. Descúbrelo ahora