Heaven don't have a name

Hermanos.

Las voces se alcanzaban a escuchar por todo el pasillo, la risa escandalosa de Thor la irreverencia de Stark, la formalidad de Steve y la suavidad en la voz de Bruce. Natasha sintió que un nudo se formaba en la boca de su estómago pensar en tener que decirle a todos ellos lo que estaba sucediendo, cómo lo explicaría, cómo lo tomarían, quizás Tony se burle, o tal vez Steve la reprenda.

Pensaba en si abría alguno que cómo ella dudara de la existencia de alguien dentro de su ser, quizás Bruce ya que su mente científica le impide pensar de manera diferente y Thor, sería quizás el único en alegrarse de forma genuina aunque su relación no era muy estrecha,  los últimos meses parecieron congeniar bien.

Los quería a los cuatro, eran esos hermanos sobre protectores que no tuvo pero que de alguna forma los había ganado y esperaba que para siempre. 

La puerta se abrió los cuatro hombres trataron de guardar la compostura al ver el gesto serio de Natasha quien los miraba desde la cama cubriéndose con la sábana casi hasta el cuello.

—¿Cómo estás Romanoff, parece que recuperaste el agradable sentido del humor con el que sueles estar muy a menudo? — dijo Stark llegando hasta ella y acomodándose a un lado— te traje flores — le sonrió retirándose las gafas— son solo de mi parte — volteó el rostro a los tres hombres detrás — alguien más trajo flores, ¿no? pero que malos amigos son — concluyó dejando el ramo sobre la mesita junto a Natasha.

—Te ves bien has tomado tu medicamento — pregunto Steve.

—Tranquilo Capi que aquí el papel de doctor lo juega alguien más— intervino nuevamente Stark.

—Estoy bien — respondió Natasha sonriéndoles pues realmente se alegraba de verlos ahí — estoy mejor que nunca.

—Eso me alegra mañana volveré a Asgard y quería ver qué estuvieras aún completa.

—¡Ah! Sí Thor aún estoy completa.

—Sí bueno, noticias frescas — Tony se levantó — no habrá fiesta de despedida otra vez la última salió bastante mal cómo pudimos ver, pero si habrá una fiesta a la que Thor desde luego estás invitado pero no quieres asistir, no puedo entender tus razones — se acercó al rubio — que puede ser más importante que mi celebración de compromiso.

Todos lo miraron al mismo tiempo — ¿Qué? Acaso no creen que pueda casarme y sentar cabeza, ser un buen esposo y padre y todas esas cursilerías que nos regala la vida, así es señores le daré la oportunidad a la señorita Potts de ser la nueva señora Stark.

—Pues felicidades Tony seguramente Pepper estará muy feliz de ser tu mujer —Natasha trato de tranquilizarse pues tenía que darse prisa en contarles una noticia que los dejaría más sorprendidos aún.

—Así que Romanoff lamentó romper tu corazón ahora solo tendrás que seguir flirteando entre estos dos señores —Tony señalaba con ambos pulgares a Steve y a Banner —aunque de nada sirva por que todos sabemos a quien quieres en realidad.

Los presentes miraron a Stark pensando en lo fuera de lugar que su comentario había estado.

—Me voy, que se abra la puerta — me alegra haberte visto Natasha te espero entonces mañana sin falta.

Tony desapareció detrás de la puerta — Jamás va a cambiar espero que Pepper lo controlé un poco. — dijo Steve

—Ah venido Barton a verte — interrumpió Bruce— no lo hemos visto desde ayer, sabes algo.

—No él no ha venido — se quedó contemplándose las palmas de las manos.

De inmediato se dieron cuenta de que su rostro cambió.

—Seguramente se le a pasado pero ya vendrá Clint es despistado — agregó Thor tratando de manejar los ánimos.

—Sí quizás mas tarde.

—Chicos yo...— sentía que no podría hablar que las palabras se quedaban estancadas en su garganta— yo quería que supieran que...—los tres esperaban, Nat los miró a cada uno y entonces pensó que sería mejor decírselos por separado— que quiero que Thor venga mañana temprano antes de que se vaya — miro al Dios — crees que puedas.

—Claro una parada antes de regresar a casa — sonrió Thor un poco confundido al igual que los otros dos— estaré aquí.

— Perfecto ahora si les molesta quisiera dormir — dijo Nat acomodándose en la cama.

Los tres hombres se despidieron y salieron en silencio extrañados por el comportamiento de Natasha.

Lentamente la noche fue llegando mientras miraba por la ventana esperando la presencia de Clint, pero no llegó, de vez en cuando se pasaba la mano por el vientre y se detenía antes de terminarse de creer lo que no quería aceptar, quizás después de decírselo a los demás entonces así podría aceptarlo, tal vez si se lo decía a Barton entonces él podría ayudarla a darse cuenta de que lo que pasaba era real y no una fantasía que ella misma creaba.

Intento mantenerse despierta hasta la media noche pero no lo logro, la doctora le había contado que tendría más sueño de lo normal y era cierto su insomnio parecía haber desaparecido de un tiempo a la fecha.

Se escuchó el deslizar de la puerta, Natasha seguía dormida y no se dio cuenta de que Clint llegaba en total silencio y la miraba desde lejos.

—Siento no haber venido antes — susurró no esperando respuesta y se acercó hasta ella, le besó la frente y se quedó mirándola dormir sentado en una silla que había acercado hasta ella— te busque por todas partes Nat, estaba angustiado hasta que me dijeron que estabas en cirugía, debí estar aquí cuando despertaste lo siento mucho...recuerdas al chico, el gemelo, me salvo la vida y si Nat me sentí tan culpable al ver a su hermana llegar sola y decirle que había sido mi culpa— suspiro —espero tú si puedas perdonarme por venir hasta esta hora.

Le sujeto la mano que le quedaba a unos centímetros y la llevo a sus labios, se quedó dormido ahí mismo sin soltarla.

Cuando Natasha despertó se sorprendió de verlo a su lado, pero se sonrió de saber que no se había olvidado de ella. Tomo su mano y la llevo hasta su vientre después ella colocó la suya encima.

—Tú eres el único que puede darle sentido a todo esto Clint...es nuestro.

—Natasha...— Barton había abierto los ojos y la miraba fijamente —estás bien.