Alfa RaW VS Omega RaW *[SeXing]

5-De cuatro años.

[]

— ¡No, YiXing, baja eso! — exclamo una mujer de cabello bien peinado y gesto duro. — ¡YiXing!

— ¡Pero yo quiero este! —contesto el niño, bajando un poco el oso de peluche que había elevado con una sonrisa. —Dijeron que podía escoger lo que yo quería.

—Eso es para niñas, déjalo. —señalo la mujer, mirando de reojo a las demás personas en la exclusiva tienda. —Obedece.

—No dice que sea para niñas, mami. — objeto el pequeño de cuatro años, apretando más el osito y poniéndose nervioso al ver a su madre tan enojada.

—Es para niñas. Las cosas para niños son estas. —tomo a su hijo del brazo, jalándolo hasta la sección donde había coches, espadas, armas, soldados y maletines de doctor o empresario. — ¿Lo ves? Es como el maletín de papá, ¿no quieres uno para ser doctor?

YiXing negó, aun apretando el peluche. — ¿Por qué no puedo llevarme el osito doctor? Es como papá.

La mujer borro su sonrisa, asustando al pequeño con su aroma picante. —A tu padre no va a gustarle eso, ¿lo entiendes?

—E-Entonces quiero el maletín de papá...—pidió con temor, recordando a su padre enojado.

— ¡Que buen niño, cariño! —la alfa le acaricio el cabello, tirando de una de las orejas del oso para quitárselo.

—Pero también quiero el osito, por favor. —giro su pequeño cuerpo para alejar su peluche de su madre y la miro con decisión, como a ella le gustaba que le hablaran. —Es mi cumpleaños y es mi derecho.

Con una sonrisa ladeada, la mujer asintió. —Bien, al menos hablas como un alfa.

YiXing festejo internamente, corriendo a la caja registradora más cercana de la tienda con sus juguetes. La mujer camino con elegancia, haciendo resonar sus tacones y mirando con desprecio a los omegas que estaban en la zona, incluyendo a la bonita vendedora que miraba a YiXing con dulzura.

— ¡Yo quiero esto, señorita! Por favor. — el niño se estiro lo más que pudo para intentar dejar sus juguetes en la barra.

—Pero que niño tan educado. — alago la omega, tomando los juguetes para cobrarlos. — ¿Efectivo o tarjeta de crédito, madame?

La alfa la miro como si fuera lo más horrible de todo el mundo, incluso su aroma intimido a la pobre chica. — ¿Cómo te atreves a hablarme, omega? Exijo que me atienda un beta o un alfa.

—N-No fue mi intención, señora, yo—

— ¡Ni siquiera toques a mi hijo! ¡Él será un alfa de elite! —su voz y su aroma intimido a varios, incluido el pequeño niño, que jalo al oso para abrazarlo con fuerza.