Capítulo 1 -Fantasmas del Pasado.

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Juliana se encontraba frente a la puerta de esa precaria casa, si es que eso se podía llamar casa, seguía siendo igual de precaria que cuando se fue, seguía transmitiendo la misma desolación y el mismo aura completamente deprimente que hace años, pero después de todo, esta fachada no era lo que representaba a Natalia Afanador, ella siempre se destacó en ese deprimente barrio, y, pese a ser la chica ruda, del cabello siempre suelto, de los labios tinturados rojos, de esa mirada endurecida enmarcada en el negro de su delineador, pese a los jeans rasgados que solía usar, las camisetas de bandas de rock o franelas de cuadros, o incluso, las diferentes y muy características chaquetas de cuero, Natalia siempre fue la persona más pulcra de ese lugar, incluso, cualquiera la podría confundir con la hija rebelde de algún ricachón.

—Vamos Juliana, solo tienes que tocar la puerta y preguntar por ella.

Estaba nerviosa, no lo podía negar, esto era algo que esperó por mucho tiempo, pero también sabía que su manera de irse no había sido la mejor, que había maltratado el corazón de Natalia con sus crueles palabras, sin embargo, ahora, un poco más madura, venía dispuesta a reparar ese daño que había hecho.

—¡Voy a matar a esa niñ...!

La mano de la morena quedó sus pendida en el aire cuando el padre de la castaña salió hecho una furia de la casa.

—Tú. — Rugió en tono despectivo. — ¿Qué demonios haces acá? Tu no perteneces acá.

—Créeme que no vengo por ti, Daniel Afanador. — Juliana respondió con el mismo tono de rencor que aquel hombre. — Vengo a ver a Natalia.

—Ella dejó de ser de tu incumbencia desde hace mucho tiempo, desde que le rompiste el corazón. — El hombre parecía completamente fuera de sí, no sabía si era por el temblor de sus manos o por sus ojos fuera de órbita, pero algo le daba ese aire de un ser completamente trastornado.

—¡¿AHORA LA DEFIENDES?! — Juliana lanzó una risa sin gracia. — Lo único que recibía ella de ti fueron golpes y el empuje a una vida indigna. — Sin poder retener más su rabia empujó al hombre, haciéndolo chocar contra la pared. — Una vida que ella no se merece, ella se merece algo mejor que esta mierda.

—¡Tú tampoco le diste algo mucho mejor! — Daniel Afanador le devolvió el empujón. — Por tu culpa perdimos meses de ventas, porque mi hija prefería drogarse a vender la mercancía, prefería borrarse para olvidar tu mierda de paso por su vida.

—¡Eso no es cierto! ¡Ella dijo que se había incito a un programa de rehabilitación! — Juliana sentía sus piernas temblar, no sabía si de rabia o si de temor, temor de encontrarse con el peor de los panoramas, una Natalia insalvable, quizás más muerta que viva. — ¡Debes estar mintiendo!

—¡Ojalá hubiera muerto en alguna de sus sobre dosis! ¡Esa muchacha inservible, desde que te fuiste no ha sido un aporte a esta casa! — La sonrisa maliciosa de ese hombre no había dejado dudas en la morena. —¡La destruiste más de lo que la destruí yo en toda una vida!

—Ella no pudo... ella quería salir... por...mí.

—¿Sigues creyendo que significas algo para ella?

—Ella me ama.

Daniel Afanador se abalanzó sobre el cuerpo de Juliana, haciéndola girarse de manera brusca, clavando sus dedos en la quijada de la muchacha para mantener su vista fija al frente, su asqueroso aliento a alcohol la mareó. — Mira que tan importante eres para ese pedazo de mierda, mira cómo te espera, mira cómo te sufre.

El corazón de Juliana cayó a sus pies, una chica bajita ayudaba a Natalia a bajar del carro, tomando su mano, pero todo se fue al demonio cuando la misma pequeña rodeo la estrecha cintura de Natalia con sus brazos, terminando por darle un beso, que, al parecer, la castaña no rechazó, pues sus manos fueron a dar a los pómulos de la pelinegra, alargando ese beso por torturantes minutos.

Adictiva - (Ventino) [Jutalia] [Makia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora