Un desenlace feliz

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- Pon de tu parte, Anaís- pedía Alexandria casi con impaciencia. - ¡No...n...no puedo!- gruñó la rubia dolorosamente, sin aliento- ¡M...me par...to en dos! - Puja un poco más, Anaís- dijo Sasha con dulzura, aferrándole una mano para confortarla. La aludida trató de hacerlo, emitiendo terribles y salvajes gritos de dolor. - ¡Idiota, no grites, que se te sube el muchacho!- exclamó Alexandria, tapándole la boca. Un minuto después, se escucharon dos suaves llantos en la habitación. - ¡Son gemelos!- anunció Sasha alborozada, tomando a uno de los bebés para limpiarlo- Mira, este tiene unas tikas, igual que Shion... - Pues, este es el retrato hablado de Kardia- le interrumpió Alexandria, ocupándose del otro niño. - Son varones- agregó Sasha, entregándole el recién nacido, ya limpio, a su madre, mientras Alexandria hacía lo propio. - No puede ser; ¡¿son hijos de dos padres distintos!?- exclamaron de repente ambas jóvenes, sorprendidas por su descubrimiento. - Esto será un problema- dijo Sasha algo turbada- Anaís, debes elegir esposo.
Horas después, Cámara del Patriarca
- Los llamé aquí porque ambos son padres de los hijos de Anaís- dijo el Patriarca muy serio, dejando estupefactos a Shion y a Kardia con su afirmación. Por toda prueba, el Patriarca hizo un gesto llamando a Anaís, quien mostró a los bebés que traía en sus brazos. Los Santos tuvieron que admitir el innegable parecido de esos bebés con ellos. - Yo estoy dispuesto a casarme con ella- informó Shion muy diligente. - ¡Ni te lo pienses, cordero trasquilado, ella es mía!- enfatizó Kardia enojado- ¡Si quieres, podemos hacer Guerra de los Mil Días! - Por mí está bien- afirmó Shion desafiante. - Ni lo sueñen- regañó severo el Patriarca- Saben que las luchas entre Santos están prohibidas. - Que decida Anaís- propuso Sasha, esperando poner fin a la discusión. - Yo elijo a Kardia- dijo Anaís sin la más mínima vacilación. Este dio un grito de triunfo, la alzó y le dio varias vueltas, mientras que el compungido Shion casi lloraba.
Unos días después
- Seraphina y Dégel ya se casaron, creo que nuestra boda será después de la de Kardia y Anaís- dijo Deuteros, colocando los brazos alrededor de la cintura de Alexandria, quien contemplaba el paisaje desde el templo de Géminis. Después de la Guerra Santa, las labores de reconstrucción estaban ya casi terminadas, debido a la cooperación y agilidad de todos. El triunfo tan rotundo había sido un aliciente, pues nunca se habían perdido tan pocas vidas en una Guerra Santa. - Me parece que Sísifo y Sasha deberían casarse primero- señaló Alexandria, viendo a la mencionada pareja recorrer todo el Santuario tomados de la mano y con una gran sonrisa en sus rostros- Han sufrido mucho, merecen ser felices. - Sí, pero nos tenemos que casar antes de que se te note la pancita- le recordó Deuteros, acariciando aquel vientre que ahora llevaba dentro su mayor tesoro. - Nunca había sido tan feliz- confesó Alexandria. Ambos fundieron sus labios en un beso tierno en medio de la romántica puesta del sol.

🎆Todos se casaron, tuvieron 10 hijos y vivieron felices para siempre🎆.

Fin. 🎉🎊

Lo , lo , final pésimo como los demás. Pero, por lo menos, hubo final.

Atrapadas (Saint Seiya: The Lost Canvas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora