Capitulo 4

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Es hora de hablar.

—¿Estas lista?

—Lo estoy. —Respondió Sun Hee.

—¿Y bien?— hablo Dae— ¿Quién va primero?.

—¿Piedra papel o tijera?—Respodí

Gano, raramente gana. Es más nunca gana. ¿Por qué ahora de repente gana? ¿Por qué?

—Eithan.—Confecé—Aquella mañana Ethan llamo.

—¿Estas segura de que quieres contarlo ahora?—Agrego.

—Lo estoy, no puedo ocultarlo por siempre.

Hace aproximadamente seis meses salimos de corea con dirección a los ángeles, California.

¿El motivo? Un pequeño descuido que casi causa nuestro fin.

A pesar de no ser nuestra primera vez en el país, era la primera vez que salimos de corea sin equipaje alguno. La primera vez llegando sin reservación previa.

Al llegar al país lo primero que hicimos fue tratar de conseguir un lugar para dormir. Eran las 3 am cuando el vuelo aterrizo en la terminal de vuelos internacionales, pasamos la aduana y salimos del aeropuerto.

Eran aproximadamente las 4:15am. No teníamos medio de transporte, siquiera dinero americano.

Todo estaba oscuro, no había siquiera transito. Dae estaba un poco asustada, ambas lo estábamos.

Caminamos kilómetros con dirección al norte con la esperanza de encontrar algún hotel.

Parecía que todo estaba en nuestra contra, por mas que avanzábamos no había ninguno. Comencé a preocuparme, el frío comenzaba a intensificarse, pequeñas gotas comenzaban a caer, mi suéter delgado se estaba comenzando a transparentarse dejando ver mi bra color negro debido a las pequeñas gotas.

Dae por su parte, miraba a todos lados. comenzamos a correr. Después de correr por 35 minutos vimos un hotel a nuestra derecha. Sin dudarlo corrí hacia el.
****
Desperté en una habitación blanca, el olor a medicina penetraba mi nariz, el frío era algo insoportable.

A mi derecha Dae dormía plácidamente en el sillón; A su lado también dormidos estaban 3 chicos, aun desconocidos para mi.

Aun estaba desconcertada, me dolía mi brazo izquierdo con una intensidad que no conocía antes.

Me queje.

Casi inaudible para no despertar a Dae. Pero pareció haberlo escuchado uno de los chicos, despertó con calma, aún frotando sus ojos hablo.

—¿Estas bien?

No conteste, segundos después Dae despertó.

—¡¡¡Sun!!!—Grito haciendo despertar a los dos chicos más. —¿Estas bien? oh por cierto el es Ridey, Ian Y el es Ethan.

—Lo estoy. —Mentí.— Quiero ir a casa.

—No podemos, lo sabes.

—Entonces busquemos un hotel pero quiero irme de aquí.

—Aun no puedes, no estas bien.— hablo uno de los chicos.

—¡Mierda Dae! ¿Puedes hacer que se vallan?— hable en coreano y exaltada. No siempre te atropellan. Realmente me sentía fastidiada.

Dae se encargo, y minutos después volvió conmigo. No hable. Ella tampoco lo hizo. Espero a que el medico me revisara y volvió a dormir.

Al día siguiente fui dada de alta,fuimos a hotel y pudimos cenar pizza. ME ENCANTA LA PIZZA CHINGADAMADRE. XDXDDD

Dae estaba callada, su naturaleza no es callada pero debido al incidente no dije nada, pensé que era normal que estuviese así pero después de comer finalmente hablo.

—El hotel, el hospital,la comida,el transporte, todo lo pagaron ellos, esperan abajo para disculparse apropiadamente.—Aún sin mirarme lo soltó.

Lo sabia, la notificación del estado de cuenta no me había llegado. Era de esperarse.

Sonreí. —Hazlos pasar.— Le dije con una cálida sonrisa.

Me devolvió la sonrisa. — Ahora mismo. — Dicho esto se retiro.

*****

Cinco Meses Después.

—Me da miedo. — Mi voz temblaba.

—¿Qué mierda te da tanto miedo Sun Hee?-Contesto un poco alterado.

—¡¡TODO JODER, TODO!!—Grite.—Ni si quiera te he contado mi procedencia, que hago, por que estoy aquí. No quiero decepcionarte Ethan. —No pude aguantar mas las lagrimas.

Jamas había llorado frente a alguien. Ni siquiera frente a Dae.

****

—Quedamos como buenos amigos, es hora de ponerle orden a nuestra relación. —Conteste.—No es fácil, pero gradualmente pasara.

—¿Y tu?, ¿Quieres contarme?

—No es nada realmente. Es solo que... Papá me contacto recientemente. —Lo soltó sin sentimiento alguno, algo tan habitual y peculiar de ella.

—¿Qué piensas hacer?— No era la primera vez que sucedía.

—Nada, cambie mi número. —Aquella mirada.

—¿Estas segura? No siempre podrás huir. — Trate de persuadirla.

—Mientras pueda lo haré.— Fallé de nuevo.

—Bien, si necesitas ayuda aquí estoy. lo sabes.

—Lo se.

—Y bien, ¿Qué haremos con Black Wins?—Cambio el tema.

—Algo grande.

Su identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora