Capitulo 3

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Dae

Acababa de estrechar las manos de todos los presentes en la sala como era costumbre en todos los tratos que soliamos hacer antes de...

Antes de todo este desastre.

—Ya terminamos por hoy—Sun Hee llego a mi lado, con algunas hojas en la mano izquierda.

—Tengo muchas ideas—Solté, en algún punto de la reunión me dio por observar sus comportamientos en grupo, mi cabeza siendo un lío por tantas ideas.

—Quiero escucharlas—Respondió Sun Hee pero escuche un gruñido en su estómago que la interrumpió—Pero muero de hambre.

—¿Qué quieres comer—La abrace por atrás, como siempre hacía, la sentí un poco rígida.—Ven.

Ella se volteo quedando frente a frente, y la abrace por los hombros.
Estando cerca de su cuello, susurre.

—Todo esta bien, no te estreses.—Procure que mi susurro no fuera muy alto, solo para que ella lo escuchase—Creo que fue una mala idea el dejarte la parte administrativa a ti.

—No, no es nada de eso—Me interrumpió, su voz era más tierna de lo normal—Solo, estoy fuera de juego.

—Después de seis meses, es algo inevitable.

Suspiro rendida y me devolvio el abrazo.

—¡Vamos a comer alitas picantes!—Me tomo por el brazo, guandome a la salida de la sala de juntas, estabamos a punto de salir pero me di cuenta de que olvidaba algo.
No conecte el ultimo cable.
Me asegure de que todo estuviera en orden y salimos.

Pasaron tres días, los días mas exhaustivos de todo este trabajo.No teniamos portunidad de detenernos a descansar.
Sun hee era la mas ocupada de las dos, y me sentía culpable así que cada que podía la ayudaba en algunos papeleos e inclusive ¡Le lleve de comer! Obviamente no lo cocine yo porque seguramente se hubiera muerto pero la conseguía de el restaurante que tanto le gustaba.

Ni siquiera teníamos tiempo de comprar los víveres que hacían falta, por lo que siempre comíamos en distintos restaurantes y puestos de comida.
Aunque tarde o temprano tendríamos que hacerlo.

El cuarto día, después de firmar con la empresa.

Era una mañana como cualquier otra.

Odiaba a los pájaros que habitaban en el árbol justo en frente de mi ventana con toda mi alma.

Los polluelos tenían hambre desde muy temprano en la mañana y como tenían una madre tan irresponsable, no se callaban.

Busque mi celular entre toda mi cama con el objetivo de saber la hora pero al intentar encenderlo, no prendia.

No sabía como carajos en las historias de internet siempre tenían con pila su celular, inclusive cuando no lo cargaban en dos días.

Yo hubiera pagado mucho money por uno de esos.

Lo bueno de este departamento era que el enchufe de mi habitación estaba justo al lado de mi cama, el paraíso.

Su identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora