Capitulo 6

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Ansiedad.

Hee Young y yo.

Tendríamos que ser pareja de supermercado. Después de hablar con los chicos comenzamos a caminar en busca de productos cotidianos. En un primer momento no hablo, era demasiado callado. Parecía que tomaba esto con mucha seriedad, de un momento a otro deje a un lado mis penas y su cabello pelirrojo llamó mi atención.

—¿Tú cabello es natural?—Pregunte, Me deje llevar por mi curiosidad.

—¿Tú qué crees?— Me miro con una sonrisa ladina.

— ¿Eso quiere decir que si o que no?— pregunte sosteniendo su mirada.

—No aguantó más—evitó mi mirada, Rascó su nuca con su mano derecha. Aunque no entendía el porqué de su comentario.

Lleve mi mano a su cabello y lo acaricie, era natural. La suavidad sede éste era incluso más suave que una peluca.

—Así que es natural. — Me miró confundido, supongo que no pudo evitar dar un paso atrás. —No tienes que preocuparte, no estoy en busca de un romance, mis intenciones son limpias. —Baje mi mano, di media vuelta simulando ver los productos de la estantería, era obvio que no me interesaban balones de fútbol. Ni siquiera era buena en deportes.

—No es eso, es solo que..— Miro hacia otra parte. —Es un reflejo. No puedo evitarlo.—Habló un poco apenado. Ciertamente me sentí mal al hacerlo confesar.

—No hay cuidado, no tienes que contarme si no quieres. ¿Qué te parece si vamos a buscar productos de baño?, urgen en el apartamento.— Trate de hacer el ambiente cómodo, pues lo que más odio es la incomodidad.

—Cuando estoy muy cerca con una chica la ansiedad se apodera de mi, no sé qué pasa no puedo ser yo mismo. Por ello trató de evitar el contacto con chicas. — Escupió sin previo aviso, y como si fuese un espejo comencé a reflejarme.

—Lo lamentó, no lo sabía. — La culpabilidad se apoderó de mi.

—No te culpes, no es la primera vez que me pasa, ya estoy acostumbrado. —Respondió regalándome una sonrisa brillante.

—Estaría mintiendo si dijera  que no tengo curiosidad, pero creo que deberíamos dejarlo para otro momento. —Mi imagen cada vez se aclaraba más en aquel espejo.

—Hay una chica que me gusta.— Ahí estaba yo. Era obvio que aquel reflejo era yo.

— ¿Y en-Entonces? ¿Qué pi-piensas hacer?— Titubee. Aquel reflejo comenzaba a intimidarme. El miedo comenzaba a correr con dirección mía.

Tenía miedo, pero no era por el. Tenía miedo que la ansiedad volviera a mi, Había pasado tiempo desde la última vez. No podía dejar pasará de nuevo. No

aquí. No otra vez.

—Ella no sabe que me gusta, dudo que siquiera esté interesada en mi. — No podía seguir así, Me calme, conté internamente del 1 al 10. Hasta estar más tranquila. Fingí estar serena por lo menos hasta acabar con esta mierda.

—¿Estás bromeando? Eres Hee Young. Estoy segura que si te lo propones podrás hacer que se quede a tu lado. — hable libremente. Hable. Pude hablar.

—Para ella ser una estrella mundial no es suficiente, apenas me dirige su mirada cuando estoy cerca.

—No estoy hablando de Hee Young la estrella, estoy hablando de Hee Young la persona que sé que podrá ser. Aquella que deje las ataduras atrás. Aquella que pueda salir adelante superando el pasado. Aunque no sé qué tipo de pasado sea, sé que podrás salir de aquel abismo que no quiere dejarte ir.

—No sé si sea capaz de hacerlo. — no despegaba su mirada de abajo.

— "No seas amable, No seas Humilde, No seas justa, No sientas lastima. Solo has lo que papá quiere que seas. " Por más de 11 años esas palabras siempre estaban presente en mi cabeza. Sin poder ser lo que quería, sin poder estar con quien anhelaba. Tras reprimir mis sentimientos, la ansiedad comenzó a llegar con la compañía de la frustración e impotencia. Los ataques de pánico cada vez era más frecuente a medida que mi edad aumentaba. Tod...—Carajo. — Sabes que olvida todo eso. No debería de estar diciendo esto.

Me miró a los ojos, No Toribio. A diferencia de hace unos momentos me sostuvo la mirada.

—Todo era una farsa, Todo parecía estar en tu contra. Todo aquello que odiaba comenzaba a sentirse cálido, todo aquello que amaba comenzaba a sentirse ajeno. Comenzaba a convertirme en lo que odiaba. Comenzaba a sentirme ajeno y el miedo comenzaba a aumentar mientras sabía que no había vuelta a tras. —No era un reflejo, era yo.

—Será mejor que dejemos esto para después, hay personas aquí. —A nuestro alrededor habían 2 chicas, al parecer eran fans de  Hee.

—Es verdad, mejor apuremos nos, Qué olvide mi cartera en casa.

—Vamos, que yo nunca pierdo. —Dije divertida.

—Vamos.—Alborotó mi cabello con su mano a modo de caricia.

Al parecer no es tan tímido como dice ser.

Comenzamos a caminar tomando productos cotidianos tan rápido como pudimos, nos dividíamos de vez en cuando para hacer las cosas más rápido. Pero algo de él me dejaba pensando. Sus palabras eran una copia exacta de mis pensamientos. Pero lo aún más extraño era que hubiese soltado aquella palabras tan Fácil, siempre había sido cuidadosa, cuando alguien trataba de hacerme hablar evitada a como de lugar. Era muy cautelosa e inteligente en este tipo de citaciones. Algo en el era cercano y no eran precisamente su pasado ni sus palabras, era algo más que no podía descifrar.

Me sentía cómoda, pero no podía dejar de estar alerta. Este sentimiento era nuevo para mi. Pero no me causaba miedo ni mucho menos. Era una sensación inexplicable, algo que no dejaba que pudiera ser libremente. Una calidez que solo la encontraba en casa de mis padres.

Y no era exactamente la calidez de mi padre, era de quilla mujer que siempre anhelé tener conmigo.
Aquella que hace 8 años dejó de recordarme, dejo de mirarme, dejo de quererme. Dejo de vivir.

Mis ojos se cristalizaron cuando descifre esta sensación, antes de llegar a la caja y buscar a los chicos pronuncie 11 palabras que más adelante me dejarían pensando, pensando en mi futuro. En mi pasado, en mi presente.
En mi.

— No te rindas al volante, nos quedan un millón de millas delante nuestro. —

No perdimos, Tampoco ganamos. Y digo esto en ambos sentidos.

Su identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora