capitulo 9

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Sun Hee.

El día había sido como cualquier otro. Junto a la banda nos encontrábamos comiendo en un  restaurante, todos charlaban animadamente entre ellos. No estaba prestando atención a lo que decían.

Con mi tenedor hacia pequeños círculos al rededor de la comida; jugando con ella.

Al paso de un rato mi mente volaba a otros lugares, divagando en diversos temas que me atormentaban. No era la primera vez que esto sucedía; a menudo Dae resaltaba lo distraída que era.

Aquel mensaje hacía que todo a mi alrededor dejara de existir. Todo se tornaba negro y un nudo en mi garganta se engrandecía a la par de la ansiedad.

No fue cuando Young llamó mi atención, aún con su mano en mi hombro volvió a nómbrame.

--¡Sun Hee! Oye reacciona.- sin quitar su mano de mi hombro Me miró con una calidez extraña, algo que realmente me sorprendió. En estas semanas inevitablemente nos habíamos vuelto cércanos. Y de nuevo un miedo se apoderó de mi; el poder revivir aquello me aterraba, me ponía realmente mal.

--Disculpa, ¿Dijiste?.-Puse mi mano sobre la suya aún en mi hombro, Dedicándole una sonrisa. Indicándole que todo estaba en orden.

--Estábamos es que deberíamos ir a un parque de diversiones, ¿que te parece?¡Vamos! ¡Realmente quiero ir!- Lee Ahn decía con un animadamente.

--Suena genial, por mi no hay problema.- Dije despreocupadamente.

La chala prosiguió tranquilamente. Algunos de los integrantes habían dejado los lentes y cobre bocas fuera, Dae y yo al no tener nuestras identidades reveladas no habíamos llevado cubre bocas, solo unos lentes y no precisamente de sol. Solo unos transparentes a juego con nuestro vestuarios.

Grave error.

Lee Ahn se estaba burlando de Bin, este al no entender su doble sentido se encontraba fastidiado con su compañero.

--¡Que aquí no sirven leche!- exclamo el peli-castaño algo fastidiado.

--¡Pero yo de quiero tu leche!- le dijo con voz temblorosa, no podía aguantar más la risa.

-- ¡Ya te dije que no tengo lecheeeee!, ¡mierda Ahn! ¿¡De donde carajo la voy a sacar!?- se preguntaba el peli-castaño aún sin entender que estaba siendo víctima del doble sentido.

Ahn no pudo soportar más, dejó salir una fuerte carcajada junto con los demás miembros. Ni hablar de Dae, estaba tan roja como un tomate. Su risa era la más sonora. Pero algo me incomodaba, al igual que Bin yo tampoco entendía, ¿porque carajo quería leche cuando estamos comiendo comida picante? Si acaso sería para calmar el ardor pero no picaba tanto, parecía soportarlo. ¿Porque la insistencia?

La sonora risa de los presentes se vio interrumpida por una chica de ojos cafés, tenía cierto aire a Dae.

Un poco tímida pidió una foto con Young este con una alegría sin igual le sonrío y sin más acepto. Mi teléfono comenzó a sonar llamando la atención de los demás, al no reconocer el numero me levante de mi silla buscando lejanía a la mesa.

Estando en privacidad respondí mi teléfono, sin darme cuenta que me encontraba en el marco de la foto.








[...]

Mas allá de mi mirada nerviosa veo mis muros derrumbándose. lentamente el amanecer estaba llegando; Era eterno. parecía Eterno. lo odiaba cada vez que recuperaba un poco de cordura la situación me la arrebataba y me sentía imponente. Él ni siquiera poner proteger lo que quería, el no poder tener lo que quería no hacia mas que hacer que dejarme llevar por mis emociones. no podía hacer nada contra ello. Después de todo no puedes cortar con un cuchillo sin filo.

El maldito problema seguía repitiéndose una y otra vez, sin posibilidad de darme un descanso. Era una maldita tarea que no podía resolver.

Se veía como un alto muro, uno que marcaba presencia. Uno que me hacia sentir pequeña y débil, como el sonido del viento. Pero diferencia de este yo me enredaba convirtiéndome en una tormenta de ansiedad, miedo e impotencia.

Mírame.

A diferencia del viento no solo podías escucharme.

Tenia que acabar con aquel muro, aun si tenia que lastimarme en el comino, aun si mi herida se infectaba tenia que acabar con este. Porque esa era la forma en la que podía verte. Mis gritos no solo se hacían audibles para las personas a mi alrededor. Se hacían audibles para mí, gritándome despertar. Como si aun dentro de mí existiera una Sun que debía reaccionar. Una que fuera capaz de apaciguar aquellas emociones que gradualmente se apoderaban de mí.

Aunque me encontraba lejos de aquella opción no podía dejar de pensar qué tenia que romperla, Porque solo así podía verte.

Debiste gritar fuerte, bebiste hacerme escucharte. Pero solo lo expandiste.

la impotencia solo se expandía como si de luz se tratase, Pero a diferencia de la luz este no alejaba a la oscuridad.

Debía despertar.

Quería despertar a un nuevo mañana. Anhelaba Esa mañana, pero mientras mas lo anhelaba más imposible sé hacia. Era como si mis gritos fueran silenciados. Así como mis incontables sueños. Aquellos que crecieron aun cuando fueron aplastados, florecieron sobre la pared con confianza creando un paisaje que solo era hermoso en mis ojos.

Pero destruir aquel muro era destruirme a mi misma, porque aun en las ruinas de aquel muro seguían mis sueños, aquellos que crecieron en la ansiedad de este. Haciendo que todo mí ser estuviese en deuda, por haberme dejado crecer en el, abligandome a querer reconstruirlo como forma de pago.

Sin saber qué no le debía nada, Al contrario él sabia más que nadie me debía aquella estabilidad que me arrebato sin posibilidad de lar lucha.

Y este no podía serme devuelto.

Las verdades distorsionadas y mentiras que me fueron enseñadas eran ahora mi mas fuerte refugio. Y a él una ola se acercaba, amenazando traer un océano con él.

Eras tu.

Aquella ola eras tú, amenazando destruir ese refugio que construí con aquellas ruinas. Y trate de hacer mi mejor esfuerzo. Pero por mucho que trate no fue suficiente. y ese sentimiento de impotencia al no poder proteger aquel refugio, no hacia mas que evidenciar mi caída. Y ahora en el suelo frente a ti, totalmente derrotada no quiero levantarme ni ser levantada.

Ni siquiera por ti.

Su identidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora