El Odioso De Los Park [ChanBaek]

Capítulo veintidós

BaekHyun había tenido un día gris, el octavo durante el tiempo que llevaba con ChanYeol, si bien, no eran tan frecuentes como antes, algo siempre le dolía en un día cualquiera.

Sin embargo, no estaba sólo. Siempre había un chico de orejitas grandes que se encargaba de llenarlo de amor, mimos y palabras bonitas. Como ese día, BaekHyun estuvo envuelto en unos grandes brazos mientras lloraba sin alguna razón aparente, simplemente se sentía gris. Suele pasar, aquel sentimiento de vacío y tristeza; llorar es la única manera de desahogarse.

ChanYeol suspiró y continuó con las caricias en el cabello rubio de BaekHyun, en un intento de que su llanto parara. El bajito se acomodó entre sus brazos y continuó derramando lágrimas.

—¿Estás mejor ahora, precioso?— le preguntó en un bajo tono al oído

—No— murmuro

—¿Pasó algo en específico? ¿Alguien te molestó, Baek?

—No— volvió a negar —Sólo me siento triste, yo-yo no entiendo que-que pueda ser, pe-pero ¡Me siento mal!

—Ya veo, tranquilo, bebé— besó su frente —Trata de descansar, estoy aquí y no voy a irme, ¿De acuerdo, mi príncipe?

—Uhuh

La rutina de ChanYeol y BaekHyun era algo repetitiva, pero era sencilla y cómoda. Muy temprano por las mañanas, ChanYeol tomaba sus cosas y salía para ir al gimnasio de siempre, después de una hora, cuando el sol comenzaba a iluminar el día, regresaba para encontrase con su pequeño chateando o jugando en su celular, viendo la tele o viendo vídeos en su laptop, se daban una buena dosis de amor y cariño para empezar positivamente el día, ChanYeol tomaba un baño y cuando salía, el delicioso olor del desayuno inundaba sus fosas nasales. Bajaba y desayunaba con BaekHyun algo que el mismo preparó para los dos, luego, BaekHyun tomaba también un baño. En el resto del día, iban al centro comercial, al cine o a caminar, o también lo más común de todo, quedarse en casa para un maratón de películas o ver una seria completa, abrazados, cubiertos con mantas y comiendo cualquier fritura.

A los dos les gustaba su nueva vida.

Al día siguiente, ChanYeol no salió por la mañana, dos razones. Uno, su Baek había tenido un mal día antes así que no lo dejaría sólo al despertar, dos, JongDae y MinSeok tendrían su despedida de solteros. Para evitar perder tiempo, decidieron juntar los dos eventos, no tenía sentido hacer dos por separado si compartían amistades, idea que JongIn y KyungSoo propusieron, ya que se encargaron de organizar todo.

—Buenos días~

Tomaron un baño juntos, como antes ya lo habían hecho. Por una razón desconocida, BaekHyun se sentía demasiado contento, repito, DEMASIADO.

Se vistió con efusividad, poniéndose algo bonito al parecer de ChanYeol, quien poco a poco lo ayudó a aceptarse tal y como era. Agarró su bocina junto con su celular y bajó corriendo de las escaleras. El más alto rió por lo bajo mientras secaba su cabello sentado en la cama.

Cuando ChanYeol comenzó a bajar las escaleras, varias cosas llamaron su atención. Un aroma delicioso a panqueques era inconfundible, la casa estaba hecha un desastre, culpable: Tiny; también BaekHyun cantaba muy fuerte acompañado de música a todo volúmen.

—Hey! Mamacita naega a-yayayaya. Janinhage kkae jyeobeorin kkumi a-yayayaya~. Mwonga muneojigo tteonasseo~. ¡Nunmulmajeo da memallaseo!~— cantaba mientras volteaba con una palita un perfecto panqueque en el sartén

ChanYeol sonrió ampliamente, cruzó sus brazos sobre su pecho al tiempo que se recargaba en la pared, observando a su bebé cantar alegremente, para él, no existía una sola persona en el puto mundo que cantara o bailara mejor que BaekHyun.