Capítulo 4

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Queridos lectores esta historia no está basada en ninguna otra como las que estoy acostumbrada a escribir. He tenido un sueño que no me he podido sacar de la cabeza y ahora he decidido plasmarlo en la siguiente narración.

TMNT no es mío, así como tampoco ninguno de sus personajes

La historia vino de mi perturbada y retorcida mente.

Disfruten la lectura :)

-¡Sí!

-Pues entonces lo primero...

-Espera un momento ¿no fuiste tú el que nos atacó ese día? ¿Por qué quieres ayudarnos?

Esa iba a ser una noche muy larga.

-¿Recuerdan la esfera que encontraron en el edificio de los cerebros con tentáculos? –Vio al trío asentir- Esa es mi casa, yo soy Yin y mi hermana Yang, yo me encargo de cumplir la parte negativa de los deseos y ella la positiva.

-Entonces ¿por qué está pasando esto?

-Porque ustedes estuvieron pidiendo deseos negativos toda la semana, Yang me mantenía a raya pero fue justo ese día en el que a los tres se les ocurrió pedir deseos malos al mismo tiempo y cuando eso pasa yo pierdo la razón, es como cuando entra demasiada adrenalina al cuerpo, solo actué.

-¿Por qué quieres ayudarnos, entonces?

-¡Porque yo también perdí a alguien ese día!

Los tres lo miraron sin entender, el gato había comenzado a llorar.

-Mi hermana me lo advirtió, ella se puso en medio y ahora hay un desequilibrio demasiado grande en este mundo

-¿Qué pasó con ella? –Mikey tenía miedo en preguntar

-No lo sé, pero ya no puedo sentirla y ella misma fue quien me dijo que cuando eso pasara significaría que ha dejado de existir.

Mikey lo agarró antes de que cayera al suelo

-Ella me prometió que no me dejaría solo –El menor había renovado su llanto al recordar su propia situación

-Basta de llorar ¿no hay manera de remediarlo?

-Antes de irse Yang me dijo que buscara el equilibrio –los miró con ojos decisivos- Deben volver a pedir un deseo delante de la esfera pero tiene que ser sumamente desinteresado, lleno de sentimientos positivos

-Entonces ¿qué estamos esperando?

-No es tan sencillo, cuando se pide un deseo la esfera se mueve del lugar en donde estaba, tienen que buscarla y a su hermano también, él debe estar presente cuando la activen

-Pues no creo que Leo quiera venir por las buenas

-Y hay otro problema

-¿Cuál? –corearon los tres

-Hay tiempo límite

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Cuando a Lee entró para arropar a Mikey, se le borró la sonrisa del rostro, el pequeño tenía la mirada perdida en el techo, ella se acercó con cuidado, cogió un cuaderno que estaba en el piso llamándole la atención al niño.

"¿Qué te ocurre?"

-No es nada

"No mientas"

-¿Cómo sabes que miento?

"Me lo acabas de confirmar" escribió con una sonrisa triunfante mientras él hacía un puchero

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