Capítulo 2

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Capítulo 2

Algunos meses después...

Peta

Sostenía la mano de mi madre. Mientras yacía en una cama de hospital. Mi madre había tenido sensación de malestar con falta de aire. No había otra alternativa de que su falta de aire se minimizara o simplemente desapareciera, entonces el hospital público fue su única solución en ese momento tan complicado.

-¿Estás mejor?

Traté de sonreírle. Pensé que mi madre lo necesitaba en ese momento. Ella estaba abatida, no había dormido durante la noche y me di cuenta de que había adelgazado de un día para otro.

-Sí. Yo creo que estoy. Miró a su alrededor y vio otras camas ocupadas con mujeres enfermas. Algunas más jóvenes y más viejas que ella.

-¡Hija, No puedo seguir en este lugar! Yo quiero ir a casa.

Desesperadamente me agarró del brazo.

-Calma madre. - Pronuncié tomando su mano con cuidado. Todavía había una goma transparente con suero enroscado en su brazo derecho. - El médico dijo que primero hay que hacer algunos análisis. Pero pronto estarás en casa.

Ella sonrió débilmente y volvió la cabeza hacia un lado. Su cuerpo estaba dentro de un pijama. A la altura de su cintura era había una sábana delgada.

-¡Quiero fumar un cigarrillo!

Murmuró aburrida.

-¡Nada de cigarrillos!

Le dije rápidamente.

-Ahora tú estás en este hospital con dificultad para respirar. Precisamente por estos malditos cigarrillos.

Mi madre me miró y frunció el ceño.

-Tienes razón.

Después de los resultados de las pruebas de mi madre, el médico pidió mi presencia en su sala, que estaba en un pasillo a la izquierda. Entré en el lugar y me senté en la silla había un médico con barba blanca. Él era viejo, tenía una amplia experiencia en la medicina.

Sus dedos acariciaron algunos archivos de los pacientes. El registro de mi madre estaba justo encima. Podía leer su nombre. Yo sólo no entendía su diagnóstico.

-Bueno señorita...

Comenzó diciendo. Seguí mirando fijamente a la cara.

-Tuve que echar un vistazo a las pruebas de su madre...

El médico miró hacia otro lado.

Pronto me empecé a poner nerviosa. Me costaba hablar de la salud de mi madre.

-¡Por Favor, doctor! ¡Háblame de la salud de mi madre! Ella está bien, ¿no doctor?

Una vez más el doctor me miró. Rápidamente mis ojos corrían por su bata blanca de laboratorio y vi su insignia de médico con su nombre bordado en verde.

DR. AUDI

CARDIÓLOGO

-Lo siento, pero tu madre tiene una de las válvulas del corazón obstruidas. Tiene que ser operada de urgencia-

Hizo una pausa. Mis ojos se llenaron de lágrimas. Al escuchar esto fue como si alguien me pusiera una pistola en mí y me diera un tiro en el pecho.

-Ella no aguantará mucho tiempo.

-¿Qué me está diciendo, doctor?

Otra lágrima rodó por mi cara, el médico me miró son mucha aflicción.

-Tu madre tiene que someterse a una cirugía del corazón y debe ser lo más rápido posible. Sin embargo, voy a ser breve y claro con usted. Si usted está esperando el SUS para realizar esta cirugía, su madre morirá sentada en la base de datos.

Miró hacia abajo.

-Así que le aconsejo que use una cirugía privada. Ella es de alrededor de 15.000 reales.

Desesperada, le dije.

-¡No tenemos ese dinero! Mi madre recibe una pensión que es apenas suficiente para nuestro sustento, doctor.

-Entiendo.

El médico apoyó los codos sobre la mesa.

-Si usted consigue los 15.000 de reales, un compañero de trabajo puede realizar esta cirugía privada en la clínica. Él es muy bueno. Y él es un gran cirujano.

Confesó entregándome la tarjeta de la clínica, el nombre y número de teléfono del cirujano. 

Club de Vírgenes (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora