El quinto mes arrancó movido. En especial para Sarada, porque su vientre ya empezaba a tener forma y le pesaba. No tanto, pero su vientre se notaba y Boruto se daba cuenta porque empezó a reemplazar sus quipaos, por vestidos sueltos y escotados. Se daba cuenta que hasta su cuerpo había cambiado, no era tan pequeña, sus pechos empezaban a realzarse y no le molestaba; la hacía ver incluso más sexy que antes. Mientras estaban en casa, encendían la estufa y ella podía estar con ese vestido, el problema era cuando salían y tenía que abrigarse. Ahí sí era todo un dilema. No encontraba poleras que le quedaran bien y todo le molestaba. Por eso trataba de no salir demasiado. Odiaba hasta vestirse. El rubio se reía de sus desgracia, porque debían ir a comprar los regalos para navidad y ella iba emponchada, luego de eso pasarían por la inmobiliaria a terminar de hacer el último depósito para el alquiler del departamento y la semana siguiente se mudarían a su nueva casa.
El camperón que llevaba puesto no era ajustado, pero con su vientre crecido, le molestaba muchísimo. Empezaba a tener calor y frío al mismo tiempo. Odiaba no poder tolerarlo. Se aferró al brazo de su esposo y caminó con dificultad. Boruto acarició su vientre y besó su coronilla. Ya estaba más ansioso que antes. Pasaron por la tienda más cercana y compraron algunos adornos navideños. Unas estrellas en punta, guirnaldas brillantes y bolas de colores. Haru amaba adornar el árbol navideño con sus abuelos. Ellos solo compraban lo que colgarían. Por último pasaron por una tienda de juguetes. Tardaron en elegir el regalo, porque Sarada no quería regalarle nada que no le gustara, prefería algo didáctico. Empezaba a gustarle el dibujo. Decidieron comprarle una libreta de dibujos. No sabían si lo sabría usar, pero le enseñarían. Al salir el viento sopló fuerte y se sujetó del brazo del rubio para mantenerse caliente.
-Vayamos a tomar algo. Tengo frío-sujetó sus manos dentro de sus bolsillos y él asintió. Estaban cerca de uno de los restaurantes.
El árbol navideño que estaba en el centro de la avenida de Konoha los dejó asombrados. Se tomaron unas cuantas fotografías, abrazados, besándose, de cualquier forma, por un momento se olvidaron del frío. No le importaba que su vientre creciera cada día más, porque significaba que su niño sería fuerte, la sujetó de la cintura y la aferró. La llenó de besos y se sacaron más fotografías. Sarada le quitó el teléfono y dejó como pantalla de bloqueo.
-Ey, no cambies las fotos por mí. Amo tu fotografía de fondo...
-Ahora tienes una nuestra y con nuestro niño más grande-le robó un dulce beso en los labios y apresuró los pasos. Por su misma torpeza, terminó tropezándose y cayó sobre la nieve. Boruto se alarmó al ver su caída y se inclinó sobre ella preocupada. Enseguida empezó a reírse de su caída.
-Sarada, no me asustes así-intentó reírse y no le salió. La ayudó a pararse. Ella lo fulminó con la mirada y se abrazó a su cuello.
-No soy una inválida, Boruto. Solo estoy embarazada-soltó otra risa al ver que la alzaba, besó su cuello, enloquecido-. ¡Boruto! ¡Me haces cosquillas! ¡Bájame que peso!
Boruto siguió riéndose como un enamorado y la bajó con lentitud, hasta chocar sus frentes, se fundió en sus ojos negros y ella en sus ojos oceánicos. Sonrieron al mismo tiempo y se besaron. Estrecharon sus manos y entraron al bar. Se sentaron en la mesa que daba en la vidriera. Enseguida se acercaron a saludarlos. ¿Cómo no conocerlos? Todo el mundo hablaba sobre ellos en la televisión y el embarazo de la Octava. Pidieron una chocolatada caliente. Y algo liviano para comer. Se quedaron mirando en silencio, diciéndose todo con su mirada, sus labios formaban sonrisas pícaras. Se reían de ellos.
-No puedo creer que ya llevas cinco meses de embarazo-soltó emocionado el rubio y revolvió la cuchara en la taza. Ya le habían traído las tazas-. Cada vez luces más hermosa. Empiezo a creer que sacaste la belleza de la tía Sakura.
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Océano Escarlata (BoruSara)
Fanfiction《Todo lo dejé por ti, y esto es lo que consigo, a veces creía que tu mirada fría algún día se volvería cálida. Y eso nunca pasó. No te fundas, no te vayas, no te ahogues. Quédate conmigo un poco más...》 Sarada regresa a Konoha después de haber ido d...