23. Drama.

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Pacífica POV.

Las gotas de lluvia golpeaban ferozmente mi rostro, mientras que corría tanto como lo permitían mis delgadas piernas. Quería alejarme de la mansión Gleeful y todo aquello que se relacionara con los dueños de ésta. Siquiera podía vislumbrar bien las calles a mi alrededor, de mis ojos no paraban de salir lágrimas que limpiaba con furia con mis brazos. En mi cabeza me repetía una y otra vez "¿Por qué?"

Finalmente lo esperado pasó, mi pie resbaló y caí. Justo ahí fue cuando solté todo; estaba cargada de impotencia, tristeza, rabia. Las lágrimas no paraban de abandonar mis ojos y ya no me molestaba en limpiarlas, no podía levantarme, mis piernas dolían.

—Por favor...—Supliqué—No puedo quedarme aquí—Sentía la mezcla de agua salada y la lluvia en mis labios—¿Por qué? —Cubrí mi rostro con ambas de mis manos, pronunciando lo mismo una y otra vez.

Un claxon fue el que logró sacarme de mis pensamientos, uno que conocía perfectamente bien.

—¿Gid? —Pronuncié apenas, sintiendo cierto alivio en mi interior. Levanté mi cabeza y pude apenas ver Gideon saliendo del auto de mi tío, o eso creía dado a que mi vista estaba completamente nublada—¿Realmente eres tú?

—¿Paz?—Sí, era él. No tardé en envolverlo con mis brazos en tanto se acercó y hundí mi rostro en su cuello—¿Qué fue lo que ocurrió? —Tomó mi cara entre sus manos y la escaneó. Lo último que pude ver ese día fue su semblante preocupado.

Narrador omnisciente.

Todos los presentes en aquella sala de espera se encontraban sumamente preocupados por la salud de la joven Pines, quien llevaba tres días sin despertar. Se preguntaban qué había ocurrido para que la rubia fuera encontrada en tales condiciones. Gideon Pines, su primo, sentía que estaba al borde de un colapso. No había podido conciliar el sueño desde que llevó a su tan querida prima al hospital y solamente se limitó a tomar tazas de café. Se culpaba a sí mismo por dejarla sola ese día y no podía abandonarla otra vez.

—Gid, corazón, ¿por qué no duermes un rato? —Habló una joven de pelos castaños a su lado; Mabel Gleeful, su novia, quien ha estado haciéndole compañía al peliblanco durante este tiempo. Solía ir y venir, trayendo comida a su amado, quien la dejaba a un lado—Pacífica estará bien, ella es muy fuerte. No creo que le agrade saber que te quedaste despierto tanto tiempo. Siquiera has comido bien... —Posó una de sus delgadas manos encima del hombro del susodicho, quien se sobresaltó ante el tacto.

—Todavía no entiendo por qué sigues viniendo aquí—Respondió Gideon con sorna es sus palabras, retirando la mano adversa—. Pacífica venía por el camino a tu casa. ¡Tu hermano seguro es el culpable de su estado! —Exclamó poniéndose en pie y señalándola con su dedo indice—. Voy a llegar al fondo de esto, tanto tú como él me la van a pagar, porque sé que los dos están relacionados—El corazón de Mabel latía con fuerza y un nudo comenzaba a formarse en su garganta. ¿En verdad la culparía de lo ocurrido? Quizá hace un par de años Mabel no fue la mejor persona con los Pines, pero en ese instante sería incapaz de dañar a un ser querido de su pareja.

—No es así, cielo, no creo...

—¿No es así? ¿Entonces por qué tu hermano no ha venido tan siquiera a ver a Pacifica? —Mabel mordió su lengua, Gideon tenía razón, Dipper no había tampoco preguntado por la rubia durante esos días. Quizá lo que planteaba era cierto, ella apenas pudo verlo en un lapso durante este tiempo, ya que solo llegó a su casa a dormir. Era algo extraño, siendo que aquel par parecían unos tórtolos.

—Tienes razón en eso, hablaré con él en tanto llegue a casa, pero debes relajarte, ¿sí?

—¿Relajarme? No puedes decir eso si no es alguien querido tuyo de quien se desconoce si estado, y no tienes la seguridad de que este abra sus ojos en algún momento— El rostro de Gideon estaba completamente rojo a causa de la ira y sim percatarse estaba sujetando el hombro de su novia con fuerza, quien hizo una mueca pero prefirió callarse, si decía algo más el joven iba a terminar de enloquecer.

—Gideon, hijo, debes calmarte— Habló su padre, colocando su mano en el hombro del menor, dándose cuenta de la escena a su frente—. Deja a Mabel—. Gideon sacudió su hombro con rudeza, safándose del agarre.

—¿Quién dice que no? ¿No recuerdas años atrás cuando solía hacerle la vida imposible a Pacífica? ¡Tanto ella como su hermano deben ser culpables!—Los ojos de Mabel comenzaron a cristalizarse, las palabras de su amado eran tan hirientes, pero sentía que merecía eso. Sí, fue una persona tan detestable en su pasado y quizá lo sigue siendo. —No... —Las palabras de Gideon quedaron en el aire en tanto una luz azul lo envolvió y lo lanzó a un lado de la sala.

—No vuelvas a tocar a mi hermana, Pines— El menor de los Gleeful por fin hizo su aparición luego de tantas menciones. Había escuchado cierta parte de la conversación, al encontrarse oculto en la sala. Fue calumniado, debido a que este vino todos los días para conocer el estado de la rubia, pero no quería ser visto, ya que sí, claramente era su culpa. —¿Estás bien?— Le cuestionó a su hermana, quien limpiaba sus ojos y se limitaba a asentir.

—¿Qué haces aquí, Gleeful? —Inquirió Gideon una vez se incorporó— Seguramente tú eres el culpable de que Pacífica no despierte—. Tenía razón y por eso se mantenía bajo las sombras, oculto con la ayuda de su amuleto, pero no permitiría que su hermana fuera dañada.

—Piensa lo que quieras, Pines. No voy a entrar en una discusión contigo. —Esto llevó a que acto seguido el susodicho tomara al moreno por el cuello de su camisa mientras elevaba su puño dispuesto a arruinarle su atractivo semblante.

—Adelante, pégame—Comentó Dipper con una sonrisa ladina dibujándose en su rostro. El rostro del albino estaba al borde de explotar de la cólera, no podía creer lo desvergonzado que era. Tanto Bud como Mabel se acercaron a ambos varones dispuestos a separarlos. No obstante, el puño de Gideon quedó a unos tantos milímetros de su objetivo, dado a que fue interrumpido por las palabras del doctor.

—¿Familiares de Pacífica Pines? —El doctor miraba el cuadernillo que traía en sus manos, por lo que no le dio tiempo dr contemplar la escena a su frente formada por ambos varones, quienes no tardaron en separarse apenas escucharon tales palabras. —La joven ha despertado.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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¿Me enamoré de mi enemigo? •Reverse Falls•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora