L a t i r

475 60 58
                                    


Despierta sin muchas ganas porque no ha dormido bien y al levantarse no recibe un "boso" de Young.

Tampoco tiene apetito por lo preocupado que sigue.
Debe hacer algo pero es sábado y no puede encontrarse con Jackson en la agencia.

Le marca a Suzy ya que seguro ella sabe la dirección de aquel hombre.

— ¿Por qué me preguntas la dirección de Jackson?

— Lo siento, como son cercanos pensé que sabrías, disculpa si...

— Sí sé cual es su dirección pero quiero dejar en claro que él no me interesa, simplemente sé en donde vive por su cumpleaños pasado.

Sonríe.
— Ya veo, ¿Entonces me la puedes decir?

— Sí.

Suzy le dicta la dirección, sin más rodeos termina la llamada y sale de casa.
No puede perder más tiempo.

Ve el puesto del hombre.
Se acerca.

— Buen día.

El señor lo mira.
— Ah, buenos días.

— ¿Recuerda que le comenté sobre el muñeco que reviví?

Le dice que si con la cabeza.

— Lo tenía en mi casa y... ¿De casualidad no lo ha visto o no se lo llevó usted?

— También me ocupo de un templo, no tengo tiempo como para ir robar objetos vivientes a una casa que no sé en donde queda.

— Cierto — suelta un suspiro —, disculpe, es solo que estoy preocupado, no quiero que nada malo le pase.

— No podría pasar nada, es un objeto, puedes intentar revivir  otra cosa.

— No es un objeto y ya no puedo hacer eso porque además de que no quiero, ya quemé el libro.

— Espero te hayas aprendido todo de memoria o al menos la hoja en donde venía el conjuro que hiciste — dice moviendo el índice como si fuera su abuelo regañando.

— Eso sería imposible.

— Tienes razón, y más con la poca inteligencia que posees.

DaeHyun entre cierra los ojos.

— ¿Alguien más sabía que tiene vida?

— Sí — mete las manos a los bolsillos de su abrigo —, un compañero lejano e incluso me ofreció dinero a cambio de dárselo.

— ¡¿Y vienes a desconfiar de mí?!

— De nuevo lo siento — sonríe apenado —, pero le repito que estoy desesperado porque le tengo cariño a Young, así se llama mi muñeco.

El señor mueve la cabeza de lado a lado.
— Entiendo que tenemos apego a nuestras cosas pero incluso le has puesto nombre y te dije que no debes humanizar.

— Que no puedo tratarlo como objeto, si lo encuentro se lo mostraré para que vea lo real que puede parecer.

— Pero no lo es, muchacho — suelta un gran suspiro —. Sí yo fuera tu padre ya me hubiera acabado de tanto hacerte entrar en razón y de corajes por tanto que contradices.

— Oiga, es su culpa por darme ese libro.

— ¿A caso yo te obligué a hacer el conjuro?

— No, pero me retó a comprar el libro.

— Al final fue tu elección y tú diste el dinero.

— Entonces regresarme el dinero.

— Trae el libro y con gusto.

My Doll - DaeJaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora