Q u i e r o ser

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Lo aleja y empieza a examinar su rostro pero no ve algún cambio drástico.

— ¿Qué más has sentido?

— Duele.

— ¿En dónde?

Se agarra el brazo y el pie.

— Ah, es que esta herida te la hiciste cuando te caiste por las escaleras y la otra del pie cuando Jackson te amarró con una cuerda. Temo que tendrás que aguantar el dolor, no puedo llevarte a un médico porque será problemático y el libro no decía nada de... ¿O sí?— chasquea los labios —. Ah, maldición, quemé el libro.

El más cercano a resolver sus dudas es aquel hombre que le vendió el libro.
Tiene que buscarlo.

— Cuando sientas algo dímelo.

Desde que empezó a sentir Young no le ha dicho lo que  duele o siente porque no sabe.

— ¿Cómo lo digo?

— Tal cuál, si sientes dolor o quieres algo dilo "me duele, me siento, quiero" así sea algo pequeño, ¿Entiendes?

— Sí.

— Vamos a dormir, bueno yo porque tú no puedes, ¿Verdad?

— No puedo hacer lo mismo.

— Vale, ven.

Regresan a acostarse bajo las cobijas uno cerca del otro.
Realmente sus ganas se fueron y solo desea dormir abrazando a Young.

Al amanecer despierta muy contento, prepara un buen desayuno y come con esa linda compañía que lo mira con ojitos tiernos.
DaeHyun está feliz porque las posibilidades de que Young corresponda a sus sentimientos son altas.
Llega el momento amargo de la mañana; bajar al sótano.

Lo sienta de golpe en la silla.

— Auc...

— Lo siento, lo siento, se me olvida que te duele ahí — le da vergüenza —. En verdad no fue mi intención lastimarte — hace una caricia en la mejilla —. Me voy.

Se da la vuelta para subir.

— Quiero... Boso.

Detiene su caminar y sonríe. Lo mira de nuevo.
— ¿Por qué?

Quiere saber si al menos conoce el porqué de lo que desea.

Young responde varios segundos después.
— Me gusta.

DaeHyun se acerca y se inclina para darle un lindo beso en esos pequeños labios.

— Aún se sienten fríos pero también me gusta darte bosos.

Esta vez quien sonríe es Young.

— Llegaré pronto.

Se marcha.

Al pasar por el lugar en donde se pone el puesto de aquel hombre disminuye la velocidad, quiere hablar con él pero no está. Igual baja para ir a preguntar sobre él.

— Tiene un templo — un amable conserje responde —, está a las orillas de la ciudad, si gustas anotar la dirección.

— Sí, por favor.

Saca un bolígrafo y una libreta.
Por la dirección que anota puede ver que queda a media hora.

— Muchas gracias.

— Oh, tú eres hijo del señor Reiz.

DaeHyun afirma y apenas si muestra una sonrisa.

— Trabajé en la fábrica un tiempo, sus muñecas parecen reales pero me salí por la tentación.

My Doll - DaeJaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora