Maratón (parte 1/?)

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Hola chicos, bonita tarde- noche. Espero les guste les tengo preparados un mini maratón.  

Y pues bueno no se si ya se han dado cuenta, pero actualice la parte de los personajes agregándole imágenes a cada uno, lo quise hacer antes pero wattpad no me permitía adjuntar mas de una imagen, tengan orgasmos visuales con los personajes claro cada quien se los puede imaginar como mejor les plazca.


Robert

Robert es un chico muy bien parecido, con un cuerpo duramente trabajado y claro esta que esa musculatura no se consigue de la noche a la mañana, de piel morena y ojos claros, cabellos ondulados sobre su cabeza en pocas palabras el sueño de cualquier chica.

Luego de dejar a Alyna en su cabaña voy a casa de mi padre, al ser alguien de nuestra posición social tiene muchas influencias y si bien el favor que necesito no es la gran cosa, si necesito la intervención de mi padre puesto que estamos a mitad del ciclo escolar.

- Robert, ¿qué te trae por acá? .-al entrar a la casa lo veo sentado en la sala con un periódico entre sus manos. - siéntate hijo.

-Hola, ¿cómo estás? .-evito decirle la razón real de mi visita acabando de llegar, podría negarme su ayuda sabiendo que no es por gusto el verle la cara, realmente no me apetece estar donde mi padre, pero al ser un amigo muy cercano del director es necesario.

-Tan bien como lo puede estar un vampiro de 800 años, y Robert sé que esta no es una visita de cortesía. Así que dime cual es el motivo real de que estés aquí? - Demonios!, me conoce tan bien.

-Vaya padre, que perspicaz. Dejándonos de hipocresías he venido porque necesito un favor de tu amigo el director de la universidad a la que asisto.- El solo me observa sin decir nada.- Veraz tengo una amiga, y me gustaría que estudiara en la misma universidad que yo.

- Oh, vaya. Así que tienes una chica especial. - Me mira expectante, como tratando de saber más sobre ella con solo observarme.- Veré que puedo hacer, te tengo una respuesta mañana.

-Te lo agradezco, ahora debo irme.- me despido de él y camino hacia la puerta, cuando lo escucho decir.

-¿Por qué no te quedas a cenar con tu padre?

- Gracias, pero ya cene. Con permiso.- no me deja avanzar cuando lo tengo enfrente con una velocidad vampírica.- Déjame pasar.- digo lo más serio posible.

- Vamos Robert, no puedes guardarme rencor por la eternidad. Sé que he cometido muchos errores contigo y créeme, estoy arrepentido.-veo sinceridad en su mirada, sin embargo el rencor que guardo dentro de mi es más fuerte que yo, que todo. -si pudiera regresar el tiempo juro que lo haría!, no hay día en que no me arrepienta de no haber estado para ti cuando niño, de haberme perdido de tu desarrollo, de no ser un padre para ti.

De solo recordar los sucesos pasados me da una rabia enorme, siendo capaz de asesinar a mi propio padre. Sin embargo me controlo y empuño las manos tratando así de contener la ira que se apodera de mi cuerpo de una manera más sencilla. salgo de la casa, dejándolo ahí, sin detenerme a verlo más.

Y es que, ¿ cómo podría olvidar todo, de la noche a la mañana?, las noches eran terribles para mí, para un niño pequeño cuyos anhelos no son más que tener a su familia unida, tener un padre que juegue con él y le enseñe lo que sabe, en cambio tuve un padre ausente, que nos destrozó a mi madre y a mí. Durante las noches no podía dormir al escuchar a mi madre llorar sin consuelo creyendo que yo estaba dormido.

Las cosas no siempre fueron así, alguna vez fuimos una familia feliz, donde mi padre amaba a mi madre, o al menos eso creía yo, todo era felicidad hasta que una tarde mientras paseaba por el centro del pueblo de la mano de mi madre, lo vimos ahí con otra vampiresa, y no de la mejor manera. en ese momento todo se derrumbó para nosotros, el sin embargo no pareció inmutarse, tomo a la chica y salieron en dirección contraria de nosotros dejadnos sin una explicación y totalmente destruidos. Mi madre y mi padre no eran almas gemelas, así que ahora yo entendería el que nos haya hecho eso si aquella chica fuera su alma, sin embargo no lo era. La crueldad de mi padre es algo que no podré olvidar ni mucho menos perdonarle. Gracias a el mi madre fue la más infeliz, y realmente agradezco que haya encontrado a su alma gemela después de todo volviendo a ser la mujer tan bella y feliz que siempre fue. 

Mi mate, ¿Una bailarina exótica?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora