Capítulo 01

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Mean Phiravich, un chico alto, delgado y de cabello castaño, estaba sentado en el sofá de la sala utilizando su celular. Hace un par de semanas que lleva pegado al aparato, haciendo caso omiso a su mimado compañero de piso.

—Hey, Phiravich, ¿Sigues hablando con el chico bonito? ¡Mean! —Saint, de piel blanca, cabello negro y carnosos labios, quien era su compañero, le gritaba como se había hecho costumbre desde que parecía haber desarrollado aquella adicción.

—¡Te estoy hablando! ¡Hazme caso! —gritó de nuevo arrebatándole el celular de las manos.

—¡Devuélveme eso! —contestó Mean, levantándose del sofá para correr detrás de Saint, quien al verlo salió disparado hacía la habitación principal con el celular entre las manos.

—¡No! —gritó el pelinegro antes de encerrarse en la habitación.

—¡Saint, abre la puerta!

—¡No lo haré!

—¡Saint Prachaya*, abre la maldita puerta!

—¿Para qué? —preguntó—, ¿para qué recuperes tu celular y vuelvas a ignorarme?

—Saint —murmuró el castaño mientras reposaba la frente en la puerta y se pellizcaba el puente de la nariz.

—¿Qué tiene ese niño idiota que no tenga yo? —dijo en un tono lastimero.

—Bunny, ya hemos hablado sobre eso.

—No me digas Bunny. ¡Y quiero hablarlo otra vez! —demandó. Como siempre lo hacía.

—¡Ya, Saint! Deja tu puto drama, bien sabes que entre tú y yo, nunca volverá a haber nada —gritó Mean exasperado—. ¡Devuélveme el puto celular! —la puerta se abrió después de eso, dejando ver a un molesto Saint sentándose sobre la amplia cama.

—Si nunca no habrá nada, ¡¿por qué sigo durmiendo en tu puta cama?! —notablemente enojado se levantó de un salto fuera de esta para encerrarse en el baño y seguir gritando desde ahí.

—Dime, Mean, ¿será por qué tu niño bonito no existe fuera de tu celular? —el castaño se dejó caer sobre la cama ofuscado, sobando sus cienes suspiró, y es que Saint le parecía peor que mujer en su período—. Probablemente sean fotos falsas y tú de idiota babeándole al celular.

Esa última frase era la que el pelinegro más le repetía, ¿y qué más daba si era una foto falsa?

De pronto algo a su costado vibró, tanteando las sábanas con los ojos cerrados, notó que era su celular. Se sentó rápidamente y lo tomó desbloqueando la pantalla. Sonrió al instante.

De repente los gritos y alegatos de Saint no eran más que un pequeño zumbido lejano, opacado por la conversación del celular

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De repente los gritos y alegatos de Saint no eran más que un pequeño zumbido lejano, opacado por la conversación del celular. Y es que el niño bonito tenía una forma tan basta de hablar, que ni él se atrevería, lo hacia olvidar todo a su alrededor. Tal vez sea cierto lo que decía Saint y no conoce a Plan en persona, pero con el cuerpo que mostraba en las fotos que le enviaba, a Mean se le hacía imposible resistirse. Y es que Plan es fanático de lo sensual, le había pedido al castaño una foto suya y este se podía imaginar lo que Plan hacia al estar sólito. Le encantaba preguntarle y escuchar su voz cuando se agitaba, por su manera de respirar podía imaginar lo que estaba haciendo. Si le hablaba malo se ponía intranquilo, pasando su mano por todo su cuerpo, cuando le dice todo lo que le haría podía imaginarse lo que el otro estaba haciendo. Y eso que solo es una foto suya, ¿Qué pasara cuando se encuentren? de seguro que se lo explicaría...

—¿Podrías apartar tu vista un momento del celular y abrir la puerta? —preguntó, no, más bien le gritó Saint. Sacándolo de sus pensamientos por completo cuando el pelinegro le lanzó algo que no alcanzó a ver. Caminó hasta la entrada, aún con el teléfono en mano, y sin ver la mirilla o preguntar antes, abrió. Dándole la espalda a la puerta y tomando de nuevo su lugar en el sofá.

—Deberías de dejar de hacer todo lo que te dice Saint —fue lo primero que le dijo al recién llegado, podía adivinar quien era aún sin haberlo visto. 

—Y tú deberías de tratarle mejor, pero no todo lo que se quiere se consigue.

—Eso también es muy cierto —concordó con él—. Mean, ¿no crees que sería mejor que dejaras a Saint? —el mencionado rodó los ojos molesto, prestándole por fin atención al invitado.

—Krist, Saint es completamente libre, él puede irse cuando se le dé la gana —volvió su vista al móvil cuando este sonó, sonrió de nuevo.

—Krist, Saint es completamente libre, él puede irse cuando se le dé la gana —volvió su vista al móvil cuando este sonó, sonrió de nuevo

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—¡Mean, esto es serio! —dijo Krist alzando la voz al ver que el castaño volvía a ignorarlo.

—¡Pues yo lo digo muy en serio! —le respondió alzando aún más la voz, apartando de nuevo su vista del celular.

—¿Sobre qué peleamos? —una tercera persona apareció, entrando a la casa y metiéndose en la conversación como si hubiera estado allí desde el inicio.

—Lo de siempre, Saint, ya sabes —contestó Mean.

—¿Se puso de zorra de nuevo?

—¡Title! ¡Saint no es ninguna zorra! —le gritó Krist molesto. Title hizo un sonido con la boca restándole importante al comentario.

—¿Sigues hablando con Plan? —preguntó cambiando de tema al ver a su amigo tan prendido en el celular.

—La pregunta ofende —le molestó, negando con la cabeza e invitándolo a sentarse junto a él en el sofá.

—La pregunta ofende —le molestó, negando con la cabeza e invitándolo a sentarse junto a él en el sofá

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—¡Llámalo! Y lo pones en alta voz —se emocionó Title al ver la conversación que mantenía el otro.

—No, esas son llamadas privadas —se negó Mean.

Siguió contestando los mensajes y riéndose junto con Title, ya que él era el único que comprendía su asunto con Plan.

Title Puangmalee era moreno de cabello castaño y le distinguían los hoyuelos en sus mejillas, él era único con el que podía sentirse a gusto dentro de la prisión de su casa, era quien lo entendía mejor.

Hubieran seguido en el móvil de no haber visto a Saint salir, muy enojado, con una maleta en mano seguido de Krist. Mean realmente estaba asustado al revisar el cuarto y notar la cantidad de ropa faltante del pelinegro, ¿Saint realmente se había ido? El castaño comenzó a sudar frío, si algo le llegaba a pasar a su mimado compañero, Singto, el hermano, sería capaz de matarlo.












*Saint Prachaya: el verdadero apellido de Saint es Suppapong. El apellido Prachaya es de Singto.

Fanático SensualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora