Capítulo 12

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—¡¡Mean!! —los gritos provenientes de la sala irrumpieron la amena plática que el mencionado estaba teniendo con Plan—. ¡¡Mean!!

El alto caminó irritado hasta la puerta encontrándose con un Title muy agitado -¿Qué pasa?- preguntó moviendo solamente los labios, aún tenía a Plan al otro lado de la línea -Cuelga- murmuró Title en respuesta, señalando el pasillo hacia la sala. Sin entender porque quería que colgara, dio media vuelta dispuesto a seguir hablando con el rubio, dándose por interrumpido cuando escucho que lo llamaron nuevamente desde el pasillo.

—Mean —esa voz... no, no podía ser. El alto se dio la vuelta lentamente deseando haber escuchado mal.

—No tienen porque reaccionan de esa manera. Ni que hubiera venido a matarlos.

Mean se apresuró a recoger el celular, ya que lo había dejado caer al ver a Saint delante de él, diciéndole a Plan -te llamo luego- para después colgar rápidamente y guardarse el móvil en el bolsillo trasero.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el castaño al mismo tiempo que Saint entraba a la habitación.

—Esperaba encontrar la habitación asquerosa —comentó el pelinegro asombrado, ignorando la pregunta de Mean.

—No soy inútil —respondió Mean molesto.

—Escríbelo —contestó el pelinegro riéndose de él—. Y por si no lo recuerdas. Esta también es mi casa —rodeó la cama y abrió el armario sacando algunas prendas de la gaveta inferior.

—¿Dónde has estado? —le preguntó Mean. El pelinegro volteó a verlo de reojo, deteniendo lo que hacía por un momento—. Krist... ha estado preocupado —Saint bufó, eso era algo que ya sabía. Siguió revolviendo la ropa dentro del armario.

—¿No me dirás? —Mean volvió a cuestionarle después de un rato, recostándose en la puerta del baño.

—No es como si te importara —el pelinegro se volteó observando al castaño con gesto molesto y los brazos cruzados sobre el pecho.

—¿Crees qué te estaría preguntando de no ser así? —Mean imitó su postura, caminando unos cuantos pasos hacia delante.

—Lo haces por Krist —le respondió formando un pequeño puchero en los labios.

—A él también le importas —el castaño rodeó la cama hasta quedar a una corta distancia del pelinegro. Saint clavó su vista en el suelo como si fuera lo más interesante del mundo, mordió su labio inferior como cada vez que se ponía nervioso y comenzó a sobar su pie izquierdo contra su tobillo derecho de manera insistente. Mean terminó con la distancia que los separaba y pasó su mano izquierda por debajo de la barbilla del otro, obligándolo a verlo a los ojos.

—¿Qué estás tramando Saint? —una fina capa oscura cubría las pupilas levemente dilatadas del pelinegro, el incesante temblor en su cuerpo y la manera en la que mordía su labio, casi con saña, le indicaban al castaño que algo estaba maquinando su atolondrada mente. Y definitivamente no era algo bueno.

Bunny, habla —le pidió de manera dulce pero fuerte. Saint apretó los dientes y tragó saliva, desvío la mirada y se deshizo del agarré de Mean.

—No es nada, Mean —comentó viendo hacia otro lado.

—Bunny... ¿Me crees tonto? —Saint bufó molesto y rodó los ojos.

—No me hables como si todo estuviera bien, no seas hipócrita, Osito —contestó molesto diciéndole aquel apodó sarcásticamente, haciéndose a un lado y sentándose sobre la cama.

—Como quieras, Saint —le dijo el castaño haciendo énfasis en su nombre. Giró sobre sus talones caminando hacia la puerta de la habitación. Sonrió instintivamente cuando sintió el tacto de Saint sobre su mano.

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