Capítulo 10

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—¿Saint vive aquí? —preguntó Gun antes de que Mean pudiera decir algo.

—¡No! —se apresuró al castaño a contestarle.

—Saint vive conmigo —habló Krist.

—¿Entonces por qué...? —Gun estaba contrariado.

—Porque Mean es... —Krist dudo que contestar, teniendo a Plan presente no quería causar un mal entendido—, amigo nuestro.

—¿Amigo? —preguntó Gun confundido, lo que él tenía entendido era que Saint estaba quedándose en la casa de su pareja—, pero tu dijiste... ¿él es? —preguntó señalando a Mean.

—Sí, Gun —respondió Krist molesto.

—¿Por qué no me dijiste? —ahora el molesto era Gun.

—¡Quería evitar esto! —gritó Krist, señalando al pelinegro, y odiándose a sí mismo por haber hablado delante de esos dos.

—¡¿Querías evitarlo?!

—¡Sí, eso quería! —Krist empezó a desesperarse—. ¡Déjalo ya!

Para estas alturas, Mean y Plan estaban más que confundidos. ¿De qué demonios estaban hablando esos dos?

En la cabeza de Mean habían preguntas del tipo: ¿Cómo sé conocen? ¿Había sido en China? Y lo más importante, si Gun conoce a Saint, ¿Plan también? No, imposible, el rubio había preguntado por él momento antes. A pesar de eso, las dudas estaban poniendo de los nervios al castaño.

Plan tenía la misma cara de desconcierto que la de Mean, pero él no estaba interesado en la conversación de esos dos, simplemente le molestaba sentirse excluido.

Mean se relajó un poco al ver al rubio tan confundido cómo él, al menos se había librado de responder quién era Saint. Pero seguía sintiendo esa espina, ese cosquilleo que te dice que algo no anda bien y que deberías salir corriendo a meterte bajo la cama. Apretó el agarré en la mano de Plan y cuando esté lo volteó a ver le dedicó una cálida sonrisa, el rubio se recostó en su pecho. Mean soltó su mano y lo rodeó con sus brazos pegándolo más a él, recargó la barbilla en su cabeza y se quedó allí, quieto, sintiendo su respiración, su calidez, su aroma... el ruido del mundo desapareció y por ese emifero momento sintieron paz, en esa fracción de segundo lo sintieron todo y nada... perfección.

—Plan... —le llamó Gun al darse cuenta de lo que hacía con el alto—. ¿Nos vamos?

—Pero... —murmuró Plan. Separándose del castaño.

—Por favor —le pidió con voz cansada—. Krist y Mean tienen que hablar. Vamos... ¿si?

Plan suspiró, volteó a ver al alto sonriéndole de lado, él no quería irse, pero no era como si su primo iba a dejarle quedarse. Se despidió de Krist con un gesto y Mean se apresuró a llevarlo a la puerta que daba al garaje. Gun salió momentos después tras susurrarle algo a Krist. El alto se quedó observado hasta que los primos salieron a la acera y se perdieron en la calle. Cerró el garaje y fue hasta la sala a tirarse sobre el sofá. Le dolía la cabeza y se sentía realmente cansado, no físicamente, más bien de forma mental.

—¿Quieres? —levantó la vista encontrando a Krist tendiéndole un vaso con agua, a la vez que bebía del suyo.

—Gracias —respondió, llevándose el líquido frío hacía los labios—. Y bien... ¿De qué quieres hablar?

—Plan —fue lo que dijo, sentándose en el sofá de una plaza.

—¿De Plan? —preguntó el alto confundido. Viendo a Krist que jugaba pasando el dedo en el borde del vaso—. ¿Qué hay con él?

Fanático SensualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora