Capítulo 15

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Una castaña se encontraba en la parte trasera de la casa, pues su hermana antes de entrar al auto pidió tomar una ducha, la chica no se negó y le pidió a una de las empleadas hacer aquello, castaña diviso a su padre jugando golf, camino hacia él.- ¿Padre?.- Metió ambas manos al bolsillo de su sudadera gris.

Tu mamá compro, estas ridículas pelotas, se disuelven en el agua.- Dio un fuerte golpe a la pelota, esta voló muy lejos, casi caí en aquel hoyo..- No se como encuentra estas cosas.- Comento arrastrando la pelota a aquel artefacto pequeño.

Ella esta algo molesta, al parecer no fui el mejor anfitrión a noche.- Golpeo la pelota con el palo, miro a la castaña- Me quede en shock, al saber que te vas a casar con Laur, al parecer nadie sabia que tenias pareja.- La castaña hizo una mueca y alzo los hombros.- El punto es te debo una disculpa.- El señor Cabello le estiro la mano, la castaña dudosa tomo la mano.- La capto.- Comento ella.

Se acero a la bolsa donde estaban los demás palos.- Hay algo mas.- Comento de nuevo el señor posicionándose para golpear otra pelota, la joven tomo un palo y lo miro.- He revisado mis planes de retiro recientemente.- La joven se giro y miro a su padre, se coloco el palo en la espalda.- Y estuve pensando.- La miro.- Pense en toda mi vida, practicante construí un imperio con tu madre de la nada, no importara.- La joven la interrumpió.

Ya discutimos sobre eso papá, a menos que puedas heredarla.- La joven bajo el palo y lo miro seriamente.- Si, quiero discutirlo otra vez, tienes muchas responsabilidades aquí.- Señalo a la joven, ya no hablaba tranquilamente, ya había alzado un poco la voz.- he sido muy comprensivo sobre tus aventuras en New York, necesito que vuelvas a casa.- La joven ya se estaba comenzando a enojar.- Hay papá, ¿cuando tomaras enserio lo que hago?.- Pregunto con una mueca.

Cuando tú.- Coloco la punta del palo en el pecho de la castaña.- Lo tomes enserio.- Sentencio, un poco mas relajado.- Lo lamento, siento pena por ti, quisieras que tuvieras otro hijo, crees que es fácil para mi afrontar esta situación, crees que soy un hombre, por el solo hecho de mi condición, crees que soy un hombre, y no una mujer, pero puedo ser ambas cosas, y se algo que tu no, me gustaría que tu otro hijo quisiera estar aquí, que atienda tus negocios de la familia, alguien que quisiera casarse con alguien que tu apruebes.- Tomo un respiro.- Para mi no funciona eso, puede parecerte extraña mi vida en New York, sentando en una oficina, leyendo libros, pero me hace feliz, ¿entiendes?.- El hombre miro hacia el mar.

Regreso la mirada a la castaña y la miro con tristeza.- Si dices que eso te hace feliz hija, no puedo decir algo mas.- El hombre guardo silencio y iro al mar, la castaña se molesto y aventó el palo.- Si que novedad, ¿sabes que?, disculpa no aceptada.- Metió sus manos de nuevo al bolsillo.- Divierte.- Se retiro molesta, se sentía tan estúpida, tan usada, tan miserable.

El hombro el golpeo con mas fuerza la pelota, se sentía tan estúpido, no fue la respuesta correcta que pudo a ver dado, el había prometido amar a sus hijas, las iba a querer tal y como eran, las iba a proteger, pero al parecer su hija, su "pequeña" hija la rechazaría de ahora en adelante.

La castaña entro a su cuarto, se desnudo y entro a la ducha, dejo que el agua recorriera su cuerpo, dejaba que el agua se llevara aquella frustración, aquella tristeza, aquellos recuerdos dolorosos, tomo su toalla y comenzó a secar su cuerpo, se unto la crema, se enrollo la toalla en el cabello, se coloco un pantalón de mezclilla de color azul marino, una polera de color rosa pastel, unos tenis blancos, y unas gafas oscuras, se dejo el cabello suelto, miro al espejo y maquillo un poco.

Bajo a sala de estar y ahí estaba su pequeña, hermana tan hermosa, se veía realmente hermosa, toda una diosa, bajada del Olimpo, ella vestía un pantalón de mezclilla color blanco, una gorra negra, una polera negra, un chaleco del mismo color, y unas botas de mismo color, que le llegaban casa a las rodillas, se acerco a ella y le dio pequeño pico en la mejilla.

Te ves realmente hermosa princesa.- La tomo en sus brazos.- No mas que tu Kaki.- Le dio un pequeño pico en la la frente.- Andando mi helmosa cabellela, que no espera un día lalgo.- Comento con una sonrisa la pequeña, la joven asintió y camino hacia la salida, diviso su auto, era un viejo, pero hermoso, era un Mustang de color negro. El Shelby Mustang GT500 venía acompañado de un Certificado de Autenticidad de parte de Cinema Vehicle Services, la compañía que suministró todos los Mustang "Eleanor" a la producción de la cinta.

Le encantaba mucho ese auto, y no sabia el porque, sentía que eran grandes amigos, eran compañeros aventuras, de una que otras travesuras, dejo a su pequeña en el asiento de copiloto, abrocho la silla, y después el cinturón de seguridad, rodeo el auto y empezó a conducir.

"En un bar de Alakas"

Habia muchas chicas jóvenes, y señoras hermosas, en aquel bar, donde llevarían acabo aquella sorpresa, la ojiverde estaba sentada en una mesa frente al escenario, a su izquierda estaba la abuela de la castaña, y una que otra prima de la chica, a su derecha estaba la madre de la castaña, Ariana, y su hermana, la ojiverde hurgo su bolso.

A todo esto linda, no hay forma de dejarla en casa.- Comento su madre.- La abuela también hablaba y esto hacia estresar a la ojiverde eran muchos murmullos, de un momento la mesa quedo en un silencio.- Si, si, espero que estés lista, para tu gran sorpresa, es uno de los grandes tesoros que tenemos en Sitka, ¿o no?.- Comento la señora Sinuhe mirando a Ariana.

Espero que disfrutes linda.- Comento ahora la señora Mercedes, la ojiverde estaba confundida, no sabía a que se refería, de un momento a otro, la luces del lugar fueron bajando lentamente, una luz blanca se encendió, iluminado el centro de aquel escenario, la pelinegra frunció el ceño, miro a la abuela y le regalo una sonrisa, regreso la vista al escenario, la luz blanca fue subiendo hasta dar con la parte de arriba en la barra de bebidas, había una cortina, esta se arrastro mostrando a un joven, que miraba el lugar, "esto no puede ser", susurro la ojiverde.

Todas en aquel bar comenzaron a gritar y aplaudir como locas, menos la ojiverde estaba aun seguía en trance, pues sabia que aquella persona era un stripper.

La propuesta. (Camren g¡p) [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora