AYLEEN´S POV
Subí a mi cuarto corriendo. Me senté en la cama y miré mi mano, estaba roja y dolía, mucho. Esto no se iba a quedar así. Bajé a la cocina rápidamente para tomar el botiquín de primeros auxilios. Cubrí de gasa mi mano, pero algo me seguía doliendo. Las palabras de Elena. La frase "eres un error" quemaba en mi cerebro e impulsaba a las lágrimas a salir de mis ojos. No voy a llorar, pensé, ya no más. Tenía que ser fuerte, vencer el temor y huir de la temeridad. Le tuve miedo a mi hermana toda mi vida, pero me di cuenta de que soy más que ella. Y no por la cantidad de amigos que tuviera, ni la de novios, sino por lo que en realidad conforma una persona. Le iba a demostrar que puedo ganar más que ella sin necesidad de ser una escoria. Caí en la cuenta de que aún traía el uniforme y me puse una pijama mientras ponía "It´s my life" de Bon Jovi a todo volumen. Irónico, creo que debería empezar a tomar en cuenta la letra de las canciones que escucho. Vi en la repisa el dibujo de la bailarina sin terminar y pensé en mi vida. El día que la dibujé aún era la temerosa Ayleen que se ocultaba en la sombra de su hermana. Pensé. Ya no me importaba lo que pensara Elena de mí, podía seguir mis sueños con toda la libertad del mundo. ¡Por fin! Había roto las ataduras. Me paré de un salto mientras bailaba al ritmo de "Really Don´t Care" de Demi Lovato. ¿Era el día de que todas las canciones se dedicaran a mí? Saqué el portátil de un cajón y busqué en Google: "The X Factor Australia próximas audiciones". Aparecieron 13 resultados, le di click al primero y leí todos los requisitos. Quien había dicho que el trece era número de mala suerte estaba muy equivocado.
Pasaron miércoles, jueves, viernes, sábdo y domingo con Elena y yo evitándonos a toda costa. Yo, mientras estaba sola, cantaba bajito en el piano del sótano. Nadie me escuchaba. y yo lo prefería así. Las audiciones eran en dos meses, pero no me atreví a mandar los datos. Me preocupaba si quedaba mal frente a... un momento. No tenía a nadie con quien quedar mal. Mi madre me iba a apoyar, de seguro Elena se reiría, pero no me importaba. Mi padre apuesto a que ni se enteraba. Pero luego recordé; Luke. Crucé algunas palabras con él apenas el martes, y ni siquiera me volvió a hablar el resto de la semana, pero por alguna razón me importaba. Y entre todas mis dudas, pasaron dos semanas sin ninguna novedad en la escuela ni en mi casa. Hasta el sábado, cuatro semanas antes de las audiciones. Con el dinero que papá había recientemente enviado, me inscribí sin que nadie se diera cuenta en una escuela de música, ese día era mi primera clase. Al llegar al local vi con admiración los instrumentos pegados a la pared. Me acerqué al mostrador.
— Disculpe —dije a la chica que parecía una barbie en la recepción. Me miró de arriba a abajo, con gesto de superioridad y odio ¡Elena, encontré a tu verdadera hermana gemela!— Tengo clase con Andrew Hemmings.
— Ajá —dijo pasando el chicle que tenía en la boca de una carril a otro mientras mascaba ruidosamente. Presionó un botón y se escuchó como cuando enciendes un walkie-talkie— Andy, te busca una chica... —me miró y entrecerró los ojos. Comprendí lo que me intentaba decir y susurré "Ayleen" — se llama Ayleen.
— Que pase, Lindsey — se escuchó una voz masculina bastante grave. La tal Lindsey me señaló el pasillo para que me fuera.
— Gracias— musité y caminé hacia una de las puertas abiertas, donde salió un hombre rubio con ojos azules. A quien me recuerda... — ¿Andrew Hemmings? —le pregunté y él asintió energéticamente.
— En vivo y en persona —me extendió una gran mano, la cual estreché.
Hablamos un rato sobre quien era él y sobre quien era yo, que quería hacer. Le conté que tocaba el piano.
— ¡LUKE, TRÁEME LAS PARTITURAS DEL PIANO! —gritó de repente. ¿Luke? Oh, no...
— ¿CUÁL DE TODAS? —gritó una voz conocida en respuesta desde la habitación de enfrente.
ESTÁS LEYENDO
I Miss You | l.h |
Non-FictionAyleen y Elena son gemelas, y como en todo cliché, son completamente opuestas. La una es un cubo de azúcar, tímida y amable, refugiada en su música, el arte y los libros. La otra es la representación del mal, egoísta, grosera pero con profundos secr...