8. Un amigo menos.

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ELENA´S POV

Pasé las tijeras por las puntas de mi cabello. Mmm... nada mal. Continué hasta dejarlo en mis hombros. Una nueva apariencia física no implica un cambio por dentro, así que no me importaba. 

Toda la semana evité a Ayleen, al igual que ella a mí. Desde la pelea se había estado encerrando en el sótano, donde estaba el viejo piano de mi madre. Tal vez a llorar. Igual, de ese sótano no se escucha ni un terremoto, así sea lo sea que hiciera ahí, no se escucharía. 

En la escuela elogiaron mi cabello, obviamente mis amigos. En especial Tony. Él llevaba detrás de mí aproximádamente tres años, en los cuales no le hice caso, o bueno, no del todo. Sólo hubieron unos cuantos besos. De hecho, una vez, antes de que yo tiñera mi cabello de rubio, se intentó sobrepasar con Ayleen creyendo que era yo. Pero ella le dió una cachetada, y de vez en cuando le coquetea. Debe ser para que me ponga celosa. El sábado todos me propusieron ir a la discoteca. Todo sonaba bien hasta que vino a mi mente esa vez, con el guardia. Me insistiteron a más no poder, pero era como hablar con una pared. Me negué hasta que Tony accedió a quedarse conmigo en mi casa, pues Will quería ir a beber. Él y yo hacíamos parecer nuestra relación perfecta, de chico malo a chica popular, pero eran pocas las veces que nos veíamos como pareja. Como Megan le dice "relación comercial". Era para aparentar, porque una chica que esté buena y soltera ya se la quieren tirar todos. Y no soy fácil.

— Oye, rubia —me llamó Tony desde el sofá— ¿Dónde está la mini tú?

Él acostumbró a llamar así a Ayleen porque según él, ella parecía menor. 

— Ni que me importara — me encogí de hombros mientras caminaba con tazón de palomitas de maíz en las manos— ¿Por qué preguntas? —le dediqué una sonrisa maliciosa. Estaba la posibilidad de que Tony se sintiera atraído hacia Ayleen, después de todo tenía el mismo rostro que yo.

— Yo... sólo quería saber... —se puso rojo y solté una carcajada.

— Si te gusta mi hermanita sólo dímelo —puse los ojos en blanco y me senté en la sillón de al lado. Por alguna extraña razón él no protestó para que me sentara a su lado— Podría ayudarte con eso.

— A mí no me gusta nadie —afirmó. Lo que pasaba con Tony era que él era igual de cabezota que yo, y no iba a aceptar que le gustaba una chica.

Me incliné exageradamente hacia el reproductor de video para que la película empezara. "Mi mejor amigo es gay" así era el título.

— ¿No será que eres gay? —le pregunté ante lo que él rió.

— Cállate. Te voy a confesar algo, si a mí me gustabas cuando tenías el cabello castaño imagina tu hermana que no se ha teñido...

En eso llegó Ayleen con cara de tonta. Y al parecer Tony la imitó. Los dos tenían los ojos iluminados. Ella entró tarareando una de sus canciones basura y mi "amigo" sonrió. Fruncí el ceño.

— ¿No sabes hacer otra cosa además de interrumpir? —le recriminé a Ayleen. Ella se limitó a encogerse de hombros y seguir su camino escaleras arriba. Esos días se estaba comportanto muy rebelde, y yo no liba a permitir. Me levanté y la jalé del brazo — Tú no vas a ningún lado, rencuaja. 

— Elena... suéltame —dijo ella firmemente. ¿Qué le pasaba? Esa no era la Ayleen que yo podía manipular.

— Tú no me mandas —entorné los ojos — ¿Dónde estabas?

— No tengo una razón para decírtelo. Tú tampoco me mandas.

— Claro que la tienes —musité y le pegué una cachetada. Unos brazos me tomaron por atrás y me llevaron a la cocina — ¡Soy tu hermana y hago lo que quiera contigo!

— ¿Qué carajos te pasa? — me preguntó Tony obviamente furioso.

— ¿Qué me pasa de qué? —le respondí fingiendo indiferencia — Es de mi propiedad, yo puedo.

— No, no puedes —se le tensó la mandíbula— Ella es una persona, no es tuya ni de nadie. Ella...

— Estás enamorado de ella —retrocedí unos pasos y él se quedó quieto, mirándome — ¡Niégalo, imbécil!

— ¿Por qué te importa tanto? —replicó él con furia.

Tragué duro. Esa era una buena pregunta. Antes de ser mi amigo yo le había echado el ojo a Tony, y él a mí, pero al parecer las rubias no son lo suyo y se fue por el lado de Ayleen. No me debía importar, pero por alguna razón lo hacía.

— Eso no te incumbe.

— Vaya — esbozó una sonrisa maliciosa— Hasta que por fin Elena Ford ha caído en los encantos de Tony Sheen.

— ¡Deja de inventar estupideces, joder! —tomé al servilletero que le había a lanzado a Ayleen ese día, lo habían dejado ahí, se lo lancé a Tony, pero rebotó en su brazo bien trabajado sin ningún efecto — Sabes que a mi no me gusta ni mi novio, por favor, para que me vengas con semejante...

— Eres una antipática —me interrumpió— Todos los que te rodean te tienen miedo, menos ella. Ayleen decidió, como deberíamos hacer todos, tener luz propia y rebelarse contra ti. Ojo por ojo... 

— Están cerca de mí porque me aman —sentí como el tic de mi ojo amenzaba con aparecer— Todos me aman. Nadie puede vivir lejos de mí. Yo soy la reina.

— Le diré, querida reina —sonrió sarcásticamente— Que si cree que la gente está con usted por puro placer, tienes usted un muy serio problema mental —dicho esto, dió la media vuelta y se fue escaleras arriba.

Me tomó un rato procesar lo recién sucedido. Había acabado de perder a Tony. El que creí mi amigo por tanto tiempo. El que tantas veces me acompañó en siniestros planes de humillación, me acababa de abandonar. Tal vez si era una perra, sádica, antipática y egoísta, pero ¿qué? así me aman.

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Cachetadas infinitas hacia Elena. ¿Cómo les cae? Bueno, estuve pensando y no, no la haré fan fic, a pesar de que no comentaron nada tomé esta decisión. Quiero que comenten que piensan de Tony. Yo digo que es un amor, aakññfgh.

With love, Cannxbal.

I Miss You  | l.h |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora