I Miss You | l.h |

13. Odio los calendarios.

AYLEEN´S POV

El domingo llovió. Después del sábado (un día bastante agitado, por cierto) me dediqué a estar todo el día tirada en la cama con un bote de helado, mi celular y el portátil viendo Teen Wolf. A veces ver a Dylan O´Brien era un respiro para el alma.

Tony: ¿Comiendo helado dijiste?

 Ayleen: Oh yeah. Y está delicioso.

Tony: Yo quiero.

Ayleen: Cómpratelo.

De la noche a la mañana, literalmente, Tony había conseguido mi número y me había mensajeado todo el día. Cada 10 minutos me preguntaba "¿Qué haces?" y yo le respondía "nada", hasta que le tuve que decir que estaba INTENTANDO ver una serie. 

Tony: Eres mala.

Ayleen: No me confundas con mi hermana xD

Tony: Ja, ja. Que graciosa.

Ayleen: lol. Déjame ver mi serie en paz, esto de ver a Tyler Posey sin camisa hay que aprovecharlo.

Tony: ¿ME ENGAÑAS? OMG.

Ayleen: A veces me preocupa si tu cerebro realmente está en funcionamiento.

Tony: Me lo dicen a menudo. 

Ese chico era un caso. Rodé los ojos y me volví a concentrar en el portátil hasta que quedé absolutamente dormida. 

                                                                   ***

El lunes me levanté a las seis en punto y me miré al espejo. Recordatorio: No volver a ver series hasta más de media noche. Ni un kilo de maquillaje podría con esas ojeras.

Media hora después, ya vestida y no tan desayunada, conecté mis audífonos y me subí a mi bicicleta con toda la calma del mundo, concentrada únicamente en el camino gris que tenía al frente. 

Para mí a veces todo era gris, con algunos destellos rojos que me atormentaban. Destellos que trataba de ignorar, como todo.

Al llegar caminé a paso zombie hasta mi casillero, tomé mis libros y miré el pasillo. No había rastro de Luke. 

¿Cómo pude haber sido tan ingenua? Era obvio que me había tomado del pelo. Nadie quería ser visto con la equis de la escuela.

Suspiré y caminé hacia mi clase, sentándome en uno de los pupitres dobles del medio. Rayos. Química. ¿Quién se va a querer sentar contigo? El salón empezó a llenarse con rapidez, y una chica de cabello oscuro se sentó en el puesto vacía a mi lado. Alcé mis cejas y la miré, ella me sonrió tímidamente. Le devolví la sonrisa.

— ¿Estás... segura de querer sentarte aquí? —le pregunté algo insegura.

— Oh, disculpa —hizo un mueca— ¿Hay algún problema?

— No, no, para nada, sólo que por lo general nadie se sienta conmigo —me encogí de hombros y ella dejó salir una sonrisa de verdad.

— Me pasa lo mismo —rió levemente— Soy Julianne, pero puedes llamarme Julia —me extendió  su mano.

— Ayleen —se la estreché— Y, si te soy sincera, no tengo ningún apodo.

Las dos reímos y el profesor entró y comenzó a dictar una aburridísima clase de química, con un tema que ya habíamos visto el año anterior, así que nadie estaba prestando atención.