Capítulo 22: Enfermo... o ¿algo así?.
Rubén.
Joder, ¿es posible que te duela hasta el último dedo del píe?. Porque a mi si me dolía. Menuda noche que había pasado, me sentía fatal. Bueno, lo siguiente a eso. Tenía fiebre, y un cansancio que no era ni medio normal...
“Y todo por dejar la puta ventana abierta toda la noche”.- Me felicité internamente por haberlo hecho, irónicamente, claro.
Cuándo conseguí aclararme mentalmente -cosa que realmente me costó- me percaté de algo bastante importante: ¿Cómo iba a ir a BGames, cuando no podía ni levantarme de la cama sin acabar cayéndome al suelo por estar tan jodidamente mareado?.
“Me cago en mi puta vida, en mi puta suerte y en mi puta todo, coño”- ¿Cabreado y enfermo?, la mejor convinación para que tu día sea una mierda.
Y para colmo no sabía que hora era, ya que el móvil no lo tenía en la habitación, si no en el salón y no podía levantarme para ir a cogerlo ya que todo daba vueltas a mi alrededor. Mi cabeza dolía como si no hubiese un mañana, y mi cara ardía. La verdad es que no me sorprende el haber amanecido enfermo, y no solo por haber dormido con la ventana abierta, si no porque llevaba varios días sintiéndome con sutiles dolores de cabeza, cambios brusco de temperatura... etc.
“Joder, me duele todo...”- Me quejé internamente.
¿Y ahora que hacía yo todo el día en cama, enfermo, sin poder prácticamente ni levantarme?. Además, como no podía ni caminar, ¿cómo iba a ir a comprar las medicinas -esas típicas que se compran cuando no queires ir al médico porque sabes perfectamente lo que te pasa-?. Por ende, ¿cómo iba a recuperarme?. Normalmente si te tomas la medicación 'adecuada'- como dije antes, esa que te pones tú mismo porque hay momentos en la vida donde te crees médico- en dos o tres días mejoras, pero, ¿cómo iba yo, hoy por lo menos, a ir a cualquier parte?.
“Joder, que hoy todo me tiene que salir mal, coño”- Hasta pensar me dolía, y es que no tenía fuerzas para nada, ni tan siquiera para estirar el brazo y coger el vaso de agua que tenía en la mesita de noche, ya que me estaba muriendo de sed. Eso realmente, en mi siuación actual, parecía algo así como recorrer un puto mundo entero para ir a coger agua.
“Creo que tengo la temperatura demasiado alta”- Los ojos se me empezaban a cerrar nuevamente. Tenía sueño nuevamente. Y como estaba tan cansado, dejé que mi cuerpo se relajara completamente, para volver a caer en el mundo de los sueños.
“Si duermo, puede que mejore”.- Me dije a mi mismo.
Y sentí mis ojos más y más pesados, hasta que todo se volvió oscuro.
“Allí estabas tú, gritando como si la vida te fuese en eso. Gritando... ¿por qué gritabas?.
-¡No!. ¡Por favor, no!.- Estabas en el suelo, de rodillas, tu rostro bañado en lágrimas, te sentías agotado, desamparado y... demasiado triste como para si tan siquiera poder levantarte.- ¡¡No!!- Sentiste una mano detrás de ti, pero no podías distinguir el rostro.
-Todo irá bien- Escuchaste un susurro.
Pero tú seguías llorando, cada vez más fuerte. ¿Cómo había pasado todo aquello?. Quizás era porque todo había sucedido muy rápido que tu cerebro no había conseguido asimilar todo aquello, o quizás porque... esas cosas nunca se asimilan ni se superan, simplemente que con el tiempo se aprende a vivir con ello. Con esa carga. Con ese dolor. Con ese sufrimiento.
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Del odio a algo más. (Rubelangel)
Romance¿Qué ocurre cuando tienes que representar cierta obra 'actual', junto a una persona que no te agrada demasiado? ¿Y si esa persona empieza a acercarse a ti lentamente, y al final acabas cediendo? ¿Y si acabáis siendo amigos? ¿Y si tienes miedo? ¿Y si...