Juego de palabras 1,2,3...

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Ella:


Tu cabello despeinado.

Tu perfume hipnótico.

Y tu sonrisa espontánea.

Tus ojos color miel,

dulce de leche, avellana

que reflejan el verde del lugar

cuando al Sol

con sus rayos de luz

se le place hurgar.

Tus chistes mal contados

y tus bailes improvisados.

El mejor poema de verano sos vos

y recitarte es mi gloria.




Errores repetidos


Lo tuyo no es muy sensato.

Vas corriendo en círculos tratando de llegar a otro lado. Y nunca te preguntaste conscientemente por qué siempre terminabas igual, en el mismo punto, con los mismos problemas. El porqué no podías cambiar.

Hasta que te cruzaste conmigo y te dije esto.

Atraverse a cambiar de dirección da pánico, ¿no? Pero ahí estás. Otra vez ahí. A punto de finalmente cambiar el rumbo. O de volver a caminar por tus mismas huellas.


Esa noche:

No creíamos en la magia hasta que nos besamos esa noche, la siguiente y la posterior a esa. Ayer, hoy y mañana espero también.

No fuimos más que dos despistados que necesitaron encontrarse en un beso para descubrir que la verdadera magia habita en las personas.

En esas que sí tienen miedo de perderte. De dejarte ir sin haberte enseñado que el mundo podía ser un poquito mejor.


Primavera:

No te vas a morir esperando la primavera.

Ni aunque el invierno te agarre desprevenido y sea infinitas veces más largo, crudo e incómodo de lo que pensás que podés soportar.

Es cuestión de tiempo y de fortaleza.

De aceptar o de adaptarse.

De dejarnos marchitar o hacerle frente y cuidarnos de la helada.

Y sobre todo, de creernos o no merecedores de la próxima estación.

Y sí. Yo creo que sí te merecés la primavera.

Eso y mucho más.




Fin xD.


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