Parte 14

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Adrien llegó hasta su casa, estaba exhausto por haber corrido tanto, sin embargo se encargó de entrar sin que Nathalie o Gorila lo vieran, lo que menos quería en esos momentos era que se dieran cuenta de su presencia.

Llegó hasta su cuarto y se dirigió hasta su cama y de debajo de su almohada sacó la caja que tenía dentro el Miraculous del gato, cuando lo tuvo entre sus manos, no pudo evitar temblar, su cabeza estaba llena de dudas, así que, sin pensarlo, abrió la caja, haciendose notar un resplandor, y seguido de el, un Kwami que se estiraba, una vez reaccionando, gritó.

-¡A-Adrien!

Plagg abrió los ojos, estaba sorprendido, y emocionado, aunque lo último no se podía notar.

-Plagg...

-¡Adrien! ¿Por qué?

-Yo...

Plagg se acercó a la mejilla de Adrien y extendió sus brazos, cómo si lo abrazara, los ojos de Adrien se cristalizaron en ese preciso momento.

-¡Adrien! Pensé que no te volvería a ver, pensé que no volvería a ver a mi compañero, a mi mejor Chat...

Adrien no lo pudo evitar, las lágrimas corrieron de sus ojos, estaba temblando, pero parecía que escuchar la voz de Plagg estaba arreglando lo que hacía falta en su interior.

Plagg se separó y volvió a su comportamiento regular, pues no pensaba mostrar su lado sentimental por más tiempo, Adrien secó las pocas lágrimas que tenía y miró a Plagg, finalmente sabía que hacer.

-¿Aún quieres que yo sea tu portador?

Plagg rio y cruzó sus brazos, portandose indignado.

-Por supuesto, sería una pena perderte, eres irritante y cursi, pero también eres valiente.

Adrien soltó una pequeña risa mientras se ponía el anillo, estaba nervioso y ansioso, pero después de dos semanas, volvería a repetir aquella frase.

-Plagg ¡Las garras!

FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora