Parte 11

977 72 9
                                    

Chloe acababa de llegar a el Hotel Le Grand París, lugar en el que vivía.

Fue directo a su cuarto, seguía enojada por lo que había ocurrido, el mayordomo se dio cuenta de ello y fue a verla, quería saber porque aquella chica estaba tan deprimida y enojada.

-Señorita, ¿Qué la atormenta?

Chloe volteó a verlo, no sabía si hablar o no, necesitaba desahogarse, pero siempre le costaba abrirse hacia los demás.

Sabía que el siempre estaba para ella, así que soltando un suspiro, decidió hablar.

-¿Enserio todos creen que soy tan mala?

-¿Por qué lo dice señorita?

-Hoy ocurrió algo, y sin tener pruebas, todos me culparon.

-¿Absolutamente todos?

-Bueno, no, evidentemente Sabrina me creyó y también...

Se percató de algo, aquella chica a quien había considerado su enemiga fue la única chica que la había defendido.

-¿Y también...?

El mayordomo se acercó a ella, Chloe simplemente desvío la mirada.

-Du-Dupaing Cheng...

El mayordomo mostró una ligera sonrisa de satisfacción, en su rostro también se podía notar algo de asombro.

-Señorita, eso si que es nuevo.

-Lo sé, pero... Tampoco le agrada Lila ¿y si prefirio defederme que creerle a ella?

-Mmm...

Aquel mayordomo, como por arte de magia, sacó de atrás de el un oso amarillo, después lo acercó a la cara de la chica y continuó hablando, sólo que está vez utilizando un tono más agudo, simulando la voz del oso.

-Ella simplemente pudo haber ignorado la situación,si te defendió fue por algo.

Chloe volteó a ver al oso, su mirada estaba completamente fijada en el.

-Tal vez tengas razón,¿pero de que sirve que una sola persona me crea si las demás no lo harán?

-Por algo se empieza, y tu ya diste un paso importante.

-¿De cuál paso hablas?

-La persona que menos esperarías creyó en ti, eso significa que la gente algún día se dará cuenta de que estás cambiando realmente.

Chloe ya no respondió, ahora su pensamiento procesaba todo lo que acababa de escuchar.

Ella fue sacada de sus pensamientos por un estruendo que venía de fuera, gritó cayendo al suelo.

-¿Qué fue eso?

Fuera del hotel Le Grand París se encontraban tres chicas con látigos los cuáles eran poderosos, pues con un simple golpe podían afectar la estructura de un edificio, la chica de en medio, quien era la más alta, comenzó a gritar.

-¿¡Donde está Chloe Burgois!?

El mayordomo salió al balcón y vio que era lo que ocurría, una de las castigadoras se percató de su precencia, así que se impulsó con el látigo para llegar hasta arriba, despierta, viendo al mayordomo, lo enredó con el látigo y lo acercó a ella.

-¿Dónde está Chloe Burgois?

Dijo con un tono seco, el mayordomo, tartamudeando un poco, habló.

-L-La señorita Chloe se encuentra camino al trocadero...

Chloe al escuchar esto se quedó tirada en el suelo, ya que de esa forma no la verían.

La castigadora acercó más al mayordomo dándole una mirada de intimidación.

-¿No me estás mintiendo, verdad? De ser así lo pagarás muy caro.

-No... Estoy seguro de que va al trocadero.

-Jum...

La chica vio por unos segundos a aquel hombre hasta que lo soltó, después de ello saltó y llamó a las otras dos chicas.

-Va camino al trocadero, vamos.

Las tres castigadoras se impulsaron con los látigos, alejándose del lugar.

Una vez alejándose, Chloe salió al balcón.

-¿Por qué...?

El mayordomo volteó a ver a la chica mostrando una sonrisa que emitía serenidad.

-Por que yo también creo que usted es capaz de cambiar.

Chloe se quedó sin palabras.

FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora