Tocan el timbre.
Mi madre mira la puerta extrañada, refriega su ojo izquierdo y bosteza.
-–Akari, ¿podrías abrir por favor?
–Claro–voy en camino a la puerta.
–¡Pregunta quién es!–grita mi padre desde la sala.
Me acerco y veo por la mirilla. Es Carmen, la amiga de mi madre. Estaba poniéndose un labial rojo, mientras se miraba en un pequeño espejo redondo, de esos que vienen en el polvo compacto.
Abro bruscamente la puerta sin avisar, provocando que se asusteasuste; da un brinco y su polvo cae al suelo.–Siete años de mala suerte–digo con una falsa sonrisa al ver que el espejo se rompió.
Me hago a un lado para que pase y esta me devuelve una falsa sonrisa, llego a ver cuándo rueda los ojos mientras va adentrándose en la sala.
Nunca me ha caído bien, cuándo era pequeña, fingía ser cariñosa conmigo; una de las cosas que hacía era apretar muy fuerte mis cachetes.
Mis padres, no saben que varias veces llegué a tener moretones en los brazos debido a que en su descuido, ella aprovechaba la oportunidad y con todo despecho, me tiraba del brazo con fuerza. Luego disimulaba abrazándome y presionando mis cachetes diciendo: "Qué lindos cachetes", "eres tan bella" o "Qué ternurita".Flashback: (Mi fiesta de cumpleaños n°6).
–¡Vengan! ¡Vamos a sacar fotos con la torta!-grita mi madre enfocándome con una cámara mientras espera que los invitados se acerquen.
Todos los niños se acercan a la mesa.
-¡Carmen, parate al lado de la silla de Akari para la foto!
Ella, rodea con su brazo izquierdo mi espalda, abrazándome.
Mi madre toma la foto y se voltea para hablar con mi papá, es ahí cuándo me bajo de la silla y comienzo a rodear la mesa. Carmen, me toma de la muñeca y me tira con fuerza llevándome hacia ella, se agacha hasta estar más o menos a mi altura y dice:–Tu mamá, dijo que no te alejes-me guiña un ojo, se levanta y se va.
Miro mi muñeca y tenía los dedos marcados, junto con dos arañazos. Mis ojos comienzan a juntar lágrimas, me doy un beso en la muñeca, la sobo y me escondo debajo de la mesa, había manteles que llegaban hasta el piso, nadie podía verme. No quería que por mi culpa nadie disfrutara de la fiesta.
Una niña levanta el mantel en una esquina de la mesa e ingresa cómo si de una casita se tratase. Me vio, sonrió y se acercó a socilizar un poco.
Creamos un juego, yo era su hija y ella me traía comida, dulces y refresco cuándo era la hora de "almorzar".Vuelve con una "almohada", (era uno de los cojines del sillón) y un cupcake.
–A comer y después dormís–dijo la niña.
Comí el cupcake y me dormí debajo de la mesa.
Desperté y levanté un poquito el mantel, seguía habiendo movimiento, entonces, seguí durmiendo, esperando que vuelva.Mi padre me despierta, me saca de ahí abajo, me abraza y carga en sus brazos para llevarme hasta mi cuarto.
Fin del flashback.
La niña nunca volvió a despertarme, me encontraron mis padres porque estaban desesperados buscándome.
Años después, me enteré de lo que pasó, para ser exactos, cuándo tenía 15 años. Ya que, mi madre me comentó que las cosas se habían descontrolado un poco; habían avisado a la policía de mi "desaparición" y los vecinos se unieron en mi busqueda.
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Campamento de verano.
Teen FictionAkari, es una chica de 17 años muy aventurera, sensible y amable. Acaba de terminar el año escolar y casi todos sus amigos se fueron de vacaciones a distintas ciudades, algunos más al norte, otros al sur y muy pocos fuera del país. Sus padres, est...