2. La casa

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Chan había seguido las instrucciones de Seungcheol, yendo a la dirección que le había dado en la tarjeta en la hora acordada... tenía las manos sudorosas, y apretaba la manija de su maleta con ansia, teniendo el estómago más que revuelto, pero intentando mantenerse tranquilo. O al menos insistía en querer parecer que estaba tranquilo.

Se detuvo frente a la casa y, para ser sincero, de camino hacia allá, no sabía bien qué esperar... pero definitivamente no era eso
Tragó saliva y presionó suavemente el botón del timbre, dedicándose entonces a esperar pacientemente. Tan paciente como se podía estar en una situación así.


—¡Hey! — La puerta se abrió frente a Chan, y ahí se encontraba Seungcheol, sonriéndole —Pasa, pasa, qué bueno que llegaste temprano — El mayor le dedicó una sonrisa y le permitió a Chan adentrarse en el domicilio mientras él se encargaba de cerrar la puerta.

Era todavía más impresionante por dentro que por fuera. —Sígueme, te mostraré el lugar — Le invitó Seungcheol, esta vez yendo delante él —Todos nos llevamos bastante bien y usualmente es un sitio tranquilo —

—¡Te voy a matar perra, deja que te ponga las manos encima! — Chan escuchó aquellos gritos y, preocupado, giró el rostro para mirar a Seungcheol, quien como toda respuesta suspiró largamente.

—Ése es Jeonghan — Comentó pasándose una mano por los cabellos, peinándoselos hacia atrás —En este momento no están todos en casa así que será algo difícil que los conozcas hoy mismo, pero te presentaré con los que sí están —


Chan miró a su alrededor. Los muebles, las decoraciones, la alfombra... todo parecía costoso, muy costoso. Le estresaba un poco el hecho de estar pisando el suelo de madera que seguramente era mucho más caro que los sucios zapatos con los que andaba encima de el. 
Cuando fue con Seungcheol a pedir trabajo, no esperaba también recibir un sitio donde vivir... menos uno de ése estilo. Y aunque no era queja... no sabía qué más esperar. Estaba agradecido, pero nervioso; se limitó a asentir con la cabeza a las palabras de su jefe y lo siguió sin decir nada.


—Tengo un socio, su nombre es Jihoon. Con él arreglamos hasta el más mínimo detalle de los negocios que manejamos... si todo sale bien para ti, puedes acercarte a cualquiera de nosotros dos para hablar sobre lo que sea, cualquier duda o pregunta — Seungcheol comentó aquello mientras subían las escaleras con lentitud —Uh, déjame ver... — Se detuvieron en la primera puerta del corredor de lado izquierdo y el mayor tocó una sola vez antes de abrir —Jihoon, éste es Chan, ¿recuerdas que te conté sobre él? —

Chan se acercó un poco más a la puerta para echar un vistazo dentro de la habitación, después de todo, éste chico Jihoon también iba a ser su jefe. —Hey — de forma tímida movió su mano para saludarlo, impresionado de que, a pesar de que Jihoon era claramente varios centímetros más corto que él y también parecía tener un par de años menos, el aura que emanaba era... intensa. 

—Ah, claro que sí, Chan — Jihoon se levantó de la silla donde se encontraba sentado frente a un escritorio, dejando el computador para ir hacia la puerta a saludarlo —¿Ya te están mostrando todo? — Preguntó, sacándose las gafas redondas que reposaban sobre el puente de su nariz.

—Sí — Asintió con la cabeza —Quiero aprovechar para decirles lo agradecido que estoy por esta oportunidad —

—¿Qué tan bueno es? — Preguntó el más bajo de los tres, ignorando completamente las palabras de Chan, dirigiéndose a Seungcheol como si el otro no se encontrara allí con ellos.

Jardín [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora