4. Entrenamiento

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Lo siguiente que Chan supo, era que se encontraba arriba en su habitación, sentado a la orilla de la cama con Jeonghan, Minghao, Mingyu, Seungkwan y Hansol, todos mirándolo. El único que faltaba era Wonwoo, quien todavía estaba en su habitación, probablemente leyendo un libro, probablemente evadiendo la situación. 



—Entonces... — Comenzó a decir Seungkwan, su mirada fija en el menor frente a ellos —Cuéntanos qué es lo que te gusta hacer en la cama —

—Dormir — Se apresuró a responder Jeonghan, riéndose entre dientes, hasta que notó que Minghao le estaba dedicando la mirada. Todos conocían la mirada, aunque nadie sabía exactamente cuál era el castigo que venía si la desobedecías o la pasabas por alto, nadie se arriesgaba. Quizás era alguna clase de tortura traída desde China.... 


—Uh... — Chan lo dudó por algunos momentos. Había clavado la mirada en el techo, como si allá arriba estuviese escrita la respuesta que necesitaba dar. —Honestamente no tengo idea, lo normal, creo — No tenía sentido mentirles, era un chico normal, además no iba a arriesgarse a decir cosas que después no pudiera demostrar.

—Qué soso — Minghao se cruzó de brazos y enarcó una ceja, —al menos dinos qué cosas te ponen, así nos damos una idea —

—Bueno, les diré qué cosa definitivamente no me excita: tener cinco pares de ojos mirándome con tanto escrutinio. Están matando mi erección chicos — El menor de todos suspiró con pesadez —Nunca he hecho nada fuera de lo común, me acosté con un chico y él me cogió, después yo me lo cogí a él —

—Bien, vamos a enfocarnos en otras cosas entonces, ¿te parece? — Jeonghan tomó asiento junto a él y le acarició la espalda con cariño, intentando ser un poco más comprensivo. Era difícil para todos al inicio, solo era cuestión de tiempo y que se sintiera más en confianza —Nuestra política es que todos los clientes deben quedar satisfechos al final de sus sesiones, al final del día ellos son los que pagan. A veces ellos terminarán y tú no, pero no te preocupes, si eso llega a suceder siempre puedes llegar a casa y tener una orgía con nosotros —

—Me alienta bastante — Chan se rió —Pero ya en serio, chicos, ¿ustedes realmente tienen sexo entre ustedes? ¿No se cansan de eso al tenerlo como trabajo? —

—Por supuesto que no — Hansol se apresuró a responder, abrazando a Seungkwan desde detrás. Rápidamente llevó ambas manos a los pechos de su novia y los apretó con suavidad —Nunca me cansaré de darle a esta preciosura como testigo de Jehová al timbre —

—Todavía no entiendo cómo es que Seungkwan se fijó en ti — Comentó Minghao con un visible rostro de desagrado, cosa que hizo reír a Mingyu. 

—Algunos clientes van a ser unos completos idiotas, pero te dejarán saber eso de antemano — Comenzó a decir Jeonghan, ignorando completamente a los demás, enfocándose en el recién llegado —Seungcheol y Jihoon se encargan de manejar a los clientes, los entrevistan y se aseguran de que no sean asesinos seriales y esas cosas, después de todo la idea no es que nos maten por un par de billetes. Con base en eso ellos deciden a quién le toca cada cual, como podrás darte cuenta somos bastante diferentes entre nosotros y eso precisamente es la clave del éxito que tenemos —

—Hansol y yo siempre vamos juntos a nuestras citas, nos acostamos exclusivamente el uno con el otro, los clientes pagan por vernos — Seungkwan explicó aquello rodeando a su novio por la cintura con uno de sus brazos, sonriente. 

—Minghao es la chica ideal, diez de diez clientes la vuelven a pedir después de la primera vez, sabe cómo ser encantadora sin fingir o pasarse de la raya, tiene un encanto natural — Esta vez Mingyu fue quien habló, evidentemente halagando a la chica, quien como toda respuesta la dio un golpecito en el brazo, sonriendo de forma tímida.

Jardín [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora