10. Pecado y pecador

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Wonwoo tenía siete años y el cabello tan largo que su flequillo le cubría los ojos, le hacía cosquillas en la nariz y no le dejaba ver bien, por lo que había decidido hacía unos días peinarlo hacia un costado. No faltaba demasiado para que su mamá sugiriera ir al salón de belleza de todos modos y, si juntaba las agallas suficientes, quizá podía finalmente decirle que quería cortarlo todo por completo, como su hermano. 

A Wonwoo le gustaba mucho leer, mucho, casi de manera obsesiva y al crecer se dio cuenta que ese amor por la lectura era ni más ni menos que un método de escape; claro que le gustaba imaginarse todas historias en su mente, imaginarse que era él quien protagonizaba y a quien le pasaban todas esas cosas mágicas, maravillosas, dramáticas e increíbles... pues su realidad era bastante más triste, aburrida y dolorosa. También le gustaban las plantas, los animales y mantener su distancia con las personas por temor a ser herido. 





Wonwoo salió de su habitación y bajó las escaleras hacia la cocina, de donde escuchaba que provenían voces, todas hablando bastante alto y riéndose. Les saludó de manera educada, dedicándoles una sonrisa pequeña pero genuina y se acercó hacia la alacena para tomar un vaso de cristal, mismo que llenó de jugo de manzana hasta la mitad; la hora del desayuno siempre era la más ruidosa y movida en la casa, pues era la única comida que compartían todos juntos sin falla alguna.

—¿Alguna vez has escuchado sobre el espacio personal? — Preguntó Chan a Jeonghan, quien acababa de entrar a la cocina y fue directo a sentarse sobre sus piernas.

—No, no lo ha hecho — Le aseguró Mingyu.

—Claro que sí he escuchado hablar sobre eso — Aseguró Jeonghan, levantándose para permitir que Chan se levantara también; Jeonghan tomó asiento en la silla y, antes de que el menor se alejara, le hizo sentarse sobre sus piernas, rodeándole con ambos brazos —simplemente no es lo mío —

—El itinerario de hoy incluye a Jeonghan y Wonwoo, el resto de ustedes tienen el día libre — Seungcheol dijo aquello en voz alta sin apartar la mirada de su teléfono móvil, desde donde leía correos.

—¿A qué hora debería estar listo? — Preguntó Wonwoo, mirando a su jefe atentamente.

—A las tres, por favor — Seungcheol levantó la mirada de su teléfono móvil para dedicarle una mirada al menor y le sonrió.

Wonwoo asintió con la cabeza, esbozando una sonrisa pequeña. 


—¿Te gustaría ir a ver a Lily? — Preguntó Mingyu mirando a Wonwoo, quien se mantenía de pie junto al refrigerador, terminándose lo que le restaba de jugo.

—Puedo esperar a que termines tu desayuno, no quiero molest—

—¡Terminé! — Mingyu anunció aquello en voz alta, poniéndose de pie rápidamente y golpeando a Minghao en el brazo en aquel proceso.

—Voy a perder el brazo — Se quejó Minghao dramáticamente, mirando a su amigo.

—Lo siento, lo siento — Mingyu se disculpó intentando acariciar el área afectada.

—Mingyu, eres guapísimo y tienes un cuerpo increíble, a veces se me olvida que no tienes control sobre el — Jeonghan le dedicó una sonrisa al más alto, riéndose en voz baja; no había burla ni malicia en su voz, al contrario, le parecía tierno hasta cierto punto que la personalidad de Mingyu fuera tan opuesta a cómo se veía, llegando a rayar en lo distraído y torpe.

Jardín [SEVENTEEN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora